ECOS DEL PASADO

👉 5. LAMENTOSOS RECUERDOS 👈

«Estaba enojada, hecha una furia.

Aún no me podía creer que Billy haya sido capaz de eso... No la quería ver ni en pintura, sin embargo, viviendo bajo el mismo techo, eso era algo imposible.

―Lily ―me llamo, subiendo las escaleras con rapidez para alcanzarme.

Yo estaba dispuesta a irme a encerrar en mi habitación hasta que mis padres y mi abuela volvieran, pero el agarre de Billy me detuvo en medio del camino.

―Lily, perdóname.

― ¡Suéltame!

―No quería que esto pasara, no quería que...

― ¡Pero lo hiciste!

―Lily, todo tiene una explicación.

― ¡Suéltame!

―Perdóname ―dijo con lágrimas en los ojos, sin soltarme aún―. No quería que te descalificaran, yo...

― ¡Fue tu culpa, Billy!

―Lily.

― ¡¿Qué no escuchas?! ¡Que me sueltes!

Empujo su hombro, logrando que suelte mi brazo, pero a la vez, haciendo que ella pierda el equilibrio y caiga por las escaleras»

Abro los ojos de golpe al escuchar la alarma de mi celular sonar. Postergo mi alarma y doy un respiro profundo al saber que solo fue un sueño, o, mejor dicho, un recuerdo.

Yo no quería hacerlo, no quería tirar a Billy de las escaleras. Fue un accidente.

Ese recuerdo y pensamientos son suficientes para que no vuelva a dormir durante los siguientes noventa minutos. Ya eran las siete de la mañana y hoy era lunes, en pocas palabras: mi primer día de clases en el instituto de Billy.

¡No quería ir!

Conocer a gente nueva y ser amigable no era lo mío.

― ¡Lily, baja a desayunar! ―la voz de mi madre acompañada de golpes a mi puerta hizo que me levantara de una vez de la cama.

Aún no tenía uniforme del instituto, así que me llevaría unos jeans con una camiseta blanca, nada especial.

Durante el desayuno, papás conversaban animadamente, como siempre, mientras que Billy y yo nos apresurábamos en desayunar para que no se nos hiciera tarde el primer día de clases.

Sin embargo, a pesar de que desayunamos rápido, se nos hizo tarde por mi culpa, ya que me demoré de más en alistar mi mochila con mis útiles escolares.

―Tú adelantate Billy, tu hermana y yo iremos a la dirección para hacer la inscripción.

Billy me desea suerte y se marcha corriendo por el pasillo, mientras que mamá y yo vamos a hacer todo el proceso.

Siendo realista, la institución es hermosa y grande, con numerosos pasillos en todas direcciones; estaba convencida de que me perdería fácilmente si estuviera sola. Caminamos por un largo y limpio pasillo con suelo reluciente y paredes adornadas con cuadros históricos, algunos que incluso llegaban a ser intimidantes.

―Adelante ―musita una señora pelirroja tras escuchar el golpe que mi madre le dio a la puerta de su oficina.

Mi madre y yo ingresamos a una amplia y cálida oficina, que cuenta con todo, desde un escritorio de madera pulida hasta un par de sofás y una pequeña biblioteca. También dispone de una cafetera, microondas y altavoces. Con tales comodidades, ¿quién no desearía trabajar allí?