TERCERA PARTE: LA ASESINA|CAPITULO 19|

0 0 0
                                    

Yo realmente nunca había visto antes a Boggs enojado. No cuando había desobedecido sus órdenes o vomitado encima de él, ni siquiera cuando Gale quebró su nariz. Pero él está enojado cuando regresa de su llamada telefónica con la presidenta. La primera cosa que él hace es instruir a la Soldado Jackson, su segundo al mando, para establecer una guardia de dos
personas por veinticuatro horas en Peeta. Entonces, me lleva a dar una caminata, tejiendo a través del extenso campamento de carpas hasta que nuestro equipo ha sido dejado atrás.

—De todas formas, él volverá a tratar de matarme —digo yo—. Especialmente aquí. Donde hay tantos malos recuerdos para sobresaltarlo.

—Lo mantendré contenido, Katniss —dice Boggs.

—¿Y ahora por qué me quiere muerta Coin? —pregunto.

—Ella niega que lo hace —él responde.

—Pero nosotros sabemos que es verdad —digo yo—. Y tú por lo menos debes tener una teoría.

Boggs me da una larga y dura mirada antes de contestar.

—Esto es lo que yo sé. No le agradas a la presidenta. Nunca lo has hecho. Era a Peeta a quien ella quería rescatar de la arena, pero nadie más estuvo de acuerdo con eso. Eso empeoró aun más cuando tú la forzaste a proporcionarles inmunidad a los otros vencedores. Pero hasta eso puede pasarse por alto ante lo bien que te has desempeñado.

—Entonces, ¿qué es?

—En algún momento del futuro cercano, esta guerra terminará. Un nuevo líder será elegido —dice Boggs.

Yo ruedo mis ojos.

—Boggs, nadie piensa que yo vaya a ser el líder.

—No. No lo hacen —él está de acuerdo—. Pero tú apoyarás a alguien. ¿Será a la Presidenta Coin? ¿O a otra persona?

—No lo sé. Nunca he pensado sobre eso —digo yo.

—Si tu respuesta inmediata no es Coin, entonces eres una amenaza. Eres el rostro de la rebelión. Podrías tener mayor influencia que ninguna otra persona—dice Boogs—. Aparentemente, lo más que tú has llegado a hacer es tolerarla a ella.

—Entonces, me matará para callarme. —En el mismo momento que pronuncio las palabras, sé que son verdad.

—Ella ya no te necesita como un punto de reunión. Como ella misma lo dijo, tu objetivo principal, como la unión de los distritos, se ha logrado —Boggs me recuerda—. Estos propos actuales podrían hacerse sin ti. Hay una sola cosa que tú puedes hacer para dar más fuego a la rebelión.

—Morir —digo en voz baja.

—Sí. Darnos un mártir por el cual luchar —dice Boogs—. Pero eso no va a pasar bajo mi guardia, Soldado Everdeen. Planeo para ti una larga vida.

—¿Por qué? —Esa clase de mentalidad solamente va a traerle problemas—. No me debes nada. 

—Porque te lo has ganado —él dice—. Ahora vuelve con tu equipo.

Sé que debería sentirme agradecida porque Boogs esté arriesgando su cuello por mí, pero realmente sólo estoy frustrada. Quiero decir, ¿ahora cómo puedo robar su Holo y desertar? Traicionarlo era lo suficientemente complicado sin su nueva capa de deber. Ya estoy en deuda con él por salvarme la vida.

Ver a la causa de mi drama actual clavando calmadamente su tienda de campar en nuestro sitio me pone furiosa.

—¿A qué hora es mi guardia? —pregunto a Jackson.

Ella me entrecierra los ojos dudando, o tal vez sólo está tratando de enfocar mi rostro.

—No te puse en la rotación.

LIBROS PARTE 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora