Capitulo 16: Ceremonía.

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Habían pasado dos días desde aquella misión en la mazmorra, era una mañana pacifica en la base de los Toros Negros, Yoriichi se había curado al 80% al igual que Asta, tenían que regularse en la comida, pero teniendo a Charmy eso era imposible, la enana Frentona te cocinaba como cuando ibas a la casa de tu abuela y te daba la olla como plato.



Estuvo durmiendo durante dos días completos para recuperarse por completo y se había levantado estando por desayunar.


—Buenos días pelirrojo durmiente— Saludó dejando de beber de la botella, Vanessa se sorprendió cuando vio los pelos revueltos de Yoriichi.



—Si maestra, good morning— Pasando de largo, sin ver por donde iba, Yoriichi se choco contra una pared para ir a pegarse un baño.



tomándose su tiempo en acearse, mientras que el Capitán Yami llegaba para comer un poco y dormir, informando a Asta que tenia que hacer su reporte. Cuando volvió mientras se sacaba el pelo con una toalla.



—¡YA CALLENSE MOCOSOS!— Ese grito del capitán Yami lo asusto levemente, pero logro su cometido haciendo que todos hagan silencio.



—Asta, Noelle y Yoriichi quiero hablar con los tres— Asintiendo a lo que decía se fueron a un lugar más privado, lo que quiso hablar era de que tenían que dar su informe al rey mago sobre la misión de la mazmorra.




—Recién me despierto, ¿puede ir Luck en mi lugar?— Pregunto aburrido, pero fue tomado de su cabeza por el peli negro.



—¿Acaso quieres morir?— Negó rápidamente Yoriichi.



—Bien— Soltándolo, el pelirrojo tomo nota de cuidar su tonó con su capitán.



—Luck no ira por que causara problemas por su adicción a las peleas y dado que el Rey Mago quiso que ustedes vayan a esa misión, deberán dar ustedes mismo el informe— Explicó vagamente con su cigarrillo en la boca.


(Un rato después, el la Capital del Reino del Trébol)



—WOOOOOW— Emocionado por el gran castillo que tenían a unos metros lejos antes de entrar.



—Es impresionante— Yoriichi mentiría si no estaba impresionado por la vista del enorme castillo.



—Cállate me avergüenzas— Ignorando olímpicamente lo que decía Noelle, mientras los 3 caminaban.



—Vaya, ahi esta Yuno— Bostezando mientras observo que adelante ellos estaba su hermano.



—Hola, Señores del Amanecer Dorado



—¿Cómo les va, chicos?— Saludaron Yoriichi y Asta a la orden de caballería que habían hecho la misión con ellos.




—No nos vemos desde la semana pasada, ¿también vinieron por el informe?— El cambio que tuvo Klaus hacia los plebeyos novatos de los Toros negros era evidente, ahora se le notaba más animado y alegre con los chicos.




—¿Aun se están recuperando?— Preguntó Klaus poniendo una mano en cada hombro.


—Yo aun me sigo recuperando



—Si, aun me duele un poco la barriga pero comí y dormí lo suficiente— Respondieron los dos.


—Son unos bebés— Dijo Yuno con su rostro apacible. Ignorando el insulto, Yoriichi paso al lado del peli negro chocando los 5 para ir a ver a la otra integrante.



—Buenos días, Mimosa— Saludó con una cálida sonrisa en su rostro.



—Gracias a ti es que puedo caminar— Cuando estaba a unos 2 metros, ella se dio la vuelta y se alejo.



—No me esperaba eso



—Debió impactarle lo bicho raro que eres, una persona normal debería tardar 3 semanas en recuperarse de sus heridas aun si es un curandero— Expresó su teoría el peli negro, provocando una vena en el rostro de Yoriichi.



—¿Cómo dices, pequeño bastardo?— Volteándose enojado hacia Yuno para intentar cortarlo con su Nichirin.




—¿Ves? Tenias el brazo roto apenas hace dos días— se burló con una dulce sonrisa en su rostro.



—¿Qué sucede, Mimosa?— Se acerco para hablar con su prima, que se tapaba el rostro, a primera vista pudo notar que estaba avergonzada.



—¿Qué hago, Noelle?— La inesperada pregunta como si fuera un pedido de ayuda o consejo sorprendió a la plateada, levantando una ceja en señal de duda.



—Cuando miro a Yoriichi siento un dolor en el pecho, no dejo de pensar en él desde ese día— Captando la curiosidad de Noelle, ella podía entenderla ya que últimamente había tenido esos síntomas con cierto enano gritón.




—¿Qué me pasó?— Pregunto con sus manos en sus mejillas, se sentía rara, nunca en su vida le había pasado algo similar.



—¿Qué?— Exclamó sorprendida, al parecer Mimosa estaba sintiendo cosas por Yoriichi que aun seguía discutiendo con Yuno.





—Espero que no me odie por salir corriendo— comenzando a sentirse culpable al pensar en que ya no le hablaría por ese gesto, hacia días que no paraba de pensar en el Pelirrojo espadachín y cuando fue a saludarla no supo que responder.




—¿Por qué piensas en ese idiota que se manda de frente a cada pelea?— Preguntó Noelle, lo poco que conocía a Yoriichi era un chico que a veces tenia diferente personalidad, como si fuera un camaleón, con cada persona parecía ser alguien distinto y se comportaba de manera totalmente diferente, pero algo que compartían esas personalidades es que siempre en cada lucha el debía estar en frente para proteger al resto.





—Pienso que eso es algo lindo de su parte, lo que dijo aquella vez..



(Flashback)




—Los más fuertes protegen a los demás



(Fin flashback)



—La manera en que lo dijo, la confianza que el expreso me inundo mi corazón, yo... Me sentí protegida por el— Se rió avergonzada, pero un rubor más fuerte apareció.




—Aparte al ver esos músculos, aun envidio que te haya dado su ropa— Inflo sus cachetes disgustada por eso, mientras se limpiaba la baba que caia de su rostro, cada comentario referente al pelirrojo la recordaba a Noelle el como pensaba del peli ceniza, que ahora mismo estaba hablando con Klaus acerca de entrenar su físico. Ambas comenzaron a pensar en su enamoramiento, confundiendo a los 3 hombre que miraban con extrañez su comportamiento.



—¿Por qué gritan?— Pregunto confundido por el estado de las primas que se tapaban el rostro avergonzadas.



—¿Les dolerá la cabeza?— levantando una ceja con duda.



—¿Sera posible?— Pensó Yoriichi sonriendo de oreja a oreja, recordaba brevemente esta escena, pero se desilusiono al recordar el por que.




—A ella le gusta Asta y aparte es el prota, no tengo oportunidad— A diferencia de su actitud confiada y a veces arrogante, la autoestima que se tenia en si mismo era baja, si bien había subido desde que empezó a entrenar desde los 3 años, también que no sabia mucho del amor, salvo los romcom que había visto en su vida pasada, lo máximo que interactúo  con una chica, fue en una prueba en conjunto que luego lo invito a merendar pero el tenia que terminarse de ver One piece ese día, si bien luego John le dijo que durmió como los mejores, no entendió el porque



—Prioridades son prioridades— Le había respondido a su viejo compañero peruano de la escuela, este solo lo insulto por lo inocente y ciego que era.




Llegaron hasta unas escaleras donde fueron guiados por Klaus, habían decidido ir todos juntos.




—Creo que la sede de caballería tendría que ser aquí— Habló en un tono dudoso, no estaba tan seguro y eso que llevaba más tiempo que los novatos en una orden de caballería.




—Conque ni un cuatro ojos lo sabe todo— Comentó Asta con sus brazos detrás de su cabeza.




—Te dije que nos salió defectuoso, quizás y solo los tiene para hacerse más inteligente— Murmuró para nada discretamente Yoriichi, haciendo enojar a Klaus.




—No puedo saberlo todo, idiota— Insulto sin decir nada a que le digan cuatro ojos.



—Oh, miren a quien tenemos aquí— Antes de poder dar un paso y subir los escalones, serian sorprendidos por la presencia del rey mago.




—No... No esperaba que usted nos recibiría en persona— Nervioso al estar en la presencia del Rubio, los nobles que lo conocían se arrodillaron mostrando respeto al Rey mago.



—¿El Rey mago?— Pregunto Asta a Yuno que asintió.



—Hola Julius, ¿Cómo te va?— Pregunto intentando acercarse Yoriichi a el, pero fue detenido por Klaus.



—¿Qué crees que haces? Es el rey mago— Yoriichi inflo los cachetes mientras también se arrodillaba. Esa breve explicación causo sorpresa en Yuno y Asta, que harían lo mismo.




Al llegar encima de una torre, Julius pidió el grimorio de Yuno para que pudiera darle un vistazo.



—Buen trabajo adquiriéndolo. Este hechizo debía ser la reliquia más valiosa de la mazmorra— Informó con una sonrisa, impresionando a Yuno que no había podido entender, era una lengua antigua la que estaba escrita actualmente en su grimorio.



—¿Puede entenderlo?



—Más o menos


—La reliquia más valiosa.... ¡Suena Genial!— Asta estaría sorprendido, no pensó que ese hechizo poderoso de Yuno que había hecho fuera más valioso que todo el oro que hubo en esa mazmorra.



Los ojos del rey mago brillaron con emoción en forma de estrellita mientras seguía leyendo.


—¿Puede usar el hechizo por mí, por favor?— Pidió devolviéndole el grimorio al peli negro que lo miro de forma extraña.


—Lo siento. Creo que lo activé en la mazmorra, pero no pude volver a usarlo— Explicó teniendo un recuerdo vago de lo que paso en aquel momento.



—Ya veo. Es una lástima— Se deprimió Julius al no poder ver en persona ese hechizo.



—Sabe creo que tu y yo tenemos las mismas escrituras— Mencionó Yoriichi, reanimando la emoción de Julius que se acerco para verlo con estrellas en sus ojos.




—¿En serio? ¿Me dejas ver tu grimorio, por favor?— Preguntó más emocionado que antes, quizás el hechizo del que había rechazado ser su escolta en el examen, podía presenciarlo con sus ojos. Haciendo caso a lo ordenado, Yoriichi le dio su Grimorio para que le diera una rápida ojeada.




—Un diseño un tanto peculiar, creo que este grimorio fue diseñado para ti, incluso comparte esa marca que tienes en tu mente— Abriendo el grimorio, comenzó a leer las paginas, encontrándose con los hechizos pero en la parte final había algo que no pudo entenderlo del todo.




—¿Nunca pudiste usar el hechizo?— Preguntó en un tonó serio esta vez, recibiendo una negación del pelirrojo.



—Que extraño, en este no puedo leerlo, ¿ya intentaste hacerlo?



—No, me di cuenta ahora que lo revisaba— Se encogió de hombros haciendo salir una gota de sudor a los allí presente.




—¿Dónde lo obtuviste?— Preguntó volviendo a tener sus ojos en forma de estrellas.—En una mazmorra, días después de que me fuera de Hage al conseguir mi grimorio— Explico vagamente con su expresión Apacible.



—¿Puedes leerlo?



—A ver déjame ver— Julius le devolvería su grimorio a lo que el empezó a leer.



—Mira nada mas, acá hay palabras en japonés, pero abajo tiene escrito en imprenta de español, ¿acaso este grimorio junto al hechizo son provocados por alguien que me hizo renacer aca?— empezó a murmurar locas teorias a gran velocidad sin poder entendérsele.



—¿Qué le sucede?— Preguntó Julius en un susurro a Asta.



—Esta divagando, eso le pasa cuando sobre piensa mucho las cosas, en unos segundos debe parar— abriendo la boca con sorpresa el rubio, ahora tenia más interés en el joven espadachín.




—No entiendo ni madres— Provoco una risa nerviosa de Julius por ese tipo de comentario en un acento vulgar para algunos ya que estaba en presencia del propio rey mago.




—Bueno, es una pena— Se volvió a entristecer al no ver magia extraña y poderosa.



—Lo único que puedo decir es que el hechizo crecerá contigo y acabará otorgándote un poder inigualable— Informó Julius a Yuno que asintió con leve sorpresa en su rostro.



—Veré como hacer para entender esta escritura— Sabia lo que tenia que hacer Yoriichi, recibiendo un asentimiento de Julius.



—Te informare si descubro algo, Rey mago— El rubio agradeció feliz por eso, solo tendría que esperar a que Yoriichi pudiera descifrar lo que decía.



—¡Rey mago, Mire! En mi grimorio también apareció una escritura rara— Yuno y Yoriichi fueron empujado por Asta que abrió su grimorio para mostrárselo a Julius.



—No seas grosero— recriminó Klaus al enano, pero una mano hizo silenciar al noble, comenzando a leer con curiosidad lo que decía.



—Pero si...


—¿Qué dice?— Pregunto emocionado Asta.



—No puedo leer nada— Haciendolo caer al suelo por la decepción.



—Nunca vi un documento parecido, tanto el tuyo como el de Yoriichi no puedo leerlos en absoluto— Explicó serio, pero Asta no se detuvo y saco aquella espada que consiguió en la mazmorra.



—¡Mire, me permite sacar esto!— Mostro en todo su esplendor dicha espada.



—¡Vaya, es la segunda espada antimagia!— Rio orgulloso para voltearse a ver a sus hermanos.



—Yo sí puedo usarla— Se burlo para nada disimuladamente de Yoriichi y Yuno.


—El poder de la antimagia... ¿puedo tocarla?— pregunto con sus ojos en forma de estrella. Entregandosela, pero ni bien la tomo la espada toco el suelo por lo pesada que era.



—¿Cómo puedes blandir esto?— Pregunto sorprendido y nervioso, Asta lo había tenido con suma facilidad y a el se complicaba el mantenerla en el aire. Pero se sorprendió cuando sintió como la espada Erradicamagia absorbía su poder mágico.



—Toma, te la devuelvo. Yo no puedo usarla. Esta espada solo la puede usar alguien sin magia como tú— explicó con una sonrisa en su rostro. Asta preguntaria el como sabia todo eso, pero Julius no dio una respuesta en concentro.



—En fin, hicieron un buen trabajo— halagó por todo lo hecho en la misión.



—¿Puedo hacerle una pregunta?


—Si, adelante



—¿Como....— Se detuvo para pensarla bien. —se llega a ser Rey Mago?— Terminaron la pregunta los 3 plebeyos de Hage.



Después de explicar el como llegar a tener ese titulo, que se basaba en resultados, y que acumular resultados lo es todo. Aquellos que no los consigan, no podrán estar en la cima.Después de eso, los invito a los allí presentes a la ceremonia condecorativa, que se entregaban condecoraciones a los que más méritos habían acumulado hasta entonces. llevándolos a otra parte donde era la ceremonia, antes de abrir la puerta les pregunto en un tonó desafiante si podían conseguir más logros que ellos. Mostrando a las diferentes personas de diferentes ordenes de caballería, pasando por en medio al estar en las filas de los costados. El rey mago camino hasta que pudiera estar en frente de todos, para dar inicio a la ceremonia condecorativa. Esto se trataba en subir de rango a los que hayan acumulado mas estrellas individualmente, el Rey Mago en persona les concede el nuevo rango a los caballeros. Llamo a los diferentes caballeros mágicos para entregarle una medalla mientras decía el rango en el que estaba ahora. Después de entregar y contar las estrellas que habían obtenido informó que habían preparado un pequeño banquete, invitándolos a que lo disfruten. Diciendo que sus invitados especiales, serian el grupo de Yoriichi y que conversaran con ellos.



Julius Novachrono no pudo asistir ya que justo su asistente le susurro algo al oído y se despidió diciendo que tenia asuntos que responder pidiéndoles que disfruten del banquete.



—Las miradas del resto se clavan— Incomodo por ser observado con atención por el resto de allí presentes, Klaus no sabia el como habían terminado aquí, siendo el centro de atención de todos.


—Pero parece que a Yoriichi-kun y Asta-kun no parece importarle mucho— Mimosa rio nerviosa al ver como comía Asta y hablaba de lo más normal con Fuegoleon Vermillion.



—Mañana comenzaremos tu entrenamiento— Informó con su rostro serio que era habitual de el.



—Entendido, Sensei— colocándose una mano en su frente en un gesto de respeto, como si fuera un soldado de su viejo mundo.



—Quisiera acercarme a el, pero la mirada que le lanza Leopold me asusta— pensó Mimosa, el hermano pequeño de Fuegoleon tenia su mirada clavada en la nuca de Yoriichi que seguía hablando con su capitán.



—Parece ser que los susurros empezaron— Murmuro Yoriichi mientras volvía con los de su mesa.



—No tienen pelos en la lengua, aunque la verdad ya estamos acostumbrados— Diciendo eso mientras comía Asta, Yoriichi le tuvo que dar la razón al igual que Yuno, pero la que no parecía tan cómoda en esta situación era...




—¡Que tolerantes!— Pensaron al unisonó Klaus y Mimosa que estaban sorprendidos por ver como no parecía importarles los insultos.




—También hay plebeyos en su orden. El creído al que elevaron por tener el grimorio del trébol de cuatro hojas— Respondiendole a Alecodra Sandler Leopold, ahora que Yoriichi lo pensaba, se preguntaba el como le habían dado ese nombre, le faltaba el respeto al gran Adam Sandler y sus películas.




—Yo habría cumplido mejor la misión de investigar la mazmorra— Desprecio el trabajo hecho por Yoriichi y el resto el caballero de la orden de los Leones Carmesí.



—Dices eso pero te vencí conuna simple llave de Judo— Mimosa que estaba tomando agua por lo incomoda que se sentía, tuvo que escupir su agua por el ataque de risa, sonrojando por lo que hizo, tapándose la cara con vergüenza mientras pedia disculpas.




—Si eso es cierto, te veo muy confiado, Mocoso Carmesí. No creas que esperamos nada de ese plebeyo— Insultando nuevamente a Yuno que solo tenia un rostro serio.



—Somos nosotros los que encarnamos los ideales del Señor Vangeance y la orden— Dijo con arrogancia Alecdora, Klaus iba a replicar, pero fue callado siendo despreciado por estar aquí con su nivel actual.



—¡Arruinas el apellido Sandler!— Pensó Yoriichi observando de brazos cruzados con una expresión seria en su rostro.



—¡Y tú, Mimosa!— Ahora el insulto iría hacia ella, provocando el enojo de Yoriichi.



—En la mazmorra te lastimaron enseguida y tuviste que retirarte. ¿No eres de la familia Vermillion, de sangre real?— Cuando iba a continuar despreciando a la peli anaranjada, una mano se coloco enfrente de ella y Klaus.



—¿Qué quieres, vil plebeyo?— Pregunto Alecdora molesto por la interrupción del pelirrojo.



—No, la inútil que menos merece estar aquí...— Posando su vista en su hermana pequeña, Solid Silva.




—Eres tú— Caminando hacia Noelle que evito mirarlo dándole la espalda nerviosa y asustada. —¿Verdad, Noelle?— justo cuando iba a mojarla con su vaso de agua, una katana paso al lado de su mejilla al igual que el de Nebra, para terminar clavándose en la pared ya que Nozel Silva pudo evitarla.




Todos vieron incrédulos lo recién acontecido, viendo al responsable.




—Lo siento, se me deslizo la mano— Diciendolo en un tonó sarcástico para aparecer detrás de Noelle y enfrente Solid que quedo impactado por el estallido de velocidad del pelirrojo.



—Con que tu sangre es roja— pasando una mano por su mejilla que goteaba sangre, escupió el suelo.




—Me da asco de solo pensar de que seres tan despreciables como ustedes, traten asi a su hermana, pedazos de basura— Dandole un empujón con su mano, para sentarlo en su silla que estaba metros lejos, para aparecer frente a el.



—¡Que increíble velocidad, ni si quiera pude verlo!— Pensó Leopold sorprendido, pero no era el único, todos tenían su mirada fija en el pelirrojo.




—Esto es mío— Sacando su nichirin de la pared, dio una mala mirada a Nebra que tembló al sentir el instinto asesino.



—Tus ojos no demuestran asco a tu hermana, pero tus palabras le duelen, ¿sabes?— Dijo Yoriichi que detuvo su caminata, viendo de reojo a Nozel que se había quedado como espectador en toda la escena.



—Solo vino avergonzar a nuestra familia— Una vena se enmarcó en Yoriichi que estaba por iniciar una pelea, pero Asta se paro en una mesa cercana.

—Pensé que serían impresionantes si llegaron hasta aquí— Comenzó a hablar para pisar con más fuerza la mesa.


—Pero ¡Son como el resto! Que si plebeyo, rata, vergüenza, inútil... ¿Qué importa si somos dignos o no de estar aquí?— Un grimorio brillo abriéndose preparando un hechizo. Siendo envuelto en tierra antes de que pudiera seguir hablando.



—¡Ya basta, sabandija! No tienes derecho a hablar. ¡Cállate!— El responsable de dicho hechizo no fue ni nada menos que Alecdora.


—Eso no servirá— Yoriichi habló en tonó calmado.



—¿A que te refieres?— Su respuesta llego impresionando a todos allí cuando Asta deshizo el hechizo con su espada.




—Por esa razón— Tomando agua relajado estando al lado de Mimosa que vio como Asta gritaba que acumularía resultados y se convertiría en Rey Mago.




—Son impresionantes


—Dime algo que no sepa, tonta— Tocandole la punta de su nariz, para sonreírle en frente de su rostro.



—¿EEEH?— Se sonrojo fuertemente.




—Pero, si no soy el que llega a ser Rey Mago, confió en que el lo hará— Su rostro se puso serio recordando a los enemigos que venían, y algo en el le decía que no seria tan sencillo. Pero confiaba en el mismo y en sus amigos de que podrían vencerlos.




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