Capítulo 55: El Pasado

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El calor abrasador envolvía el campo de batalla mientras Mereoleona Vermillion se enfrentaba a Rhya la Perfidia. Nick Roulacase observaba la pelea con asombro, impresionado por la ferocidad y destreza de Mereoleona. A su lado, Yoriichi permanecía neutral, su expresión calmada a pesar de las altas temperaturas. Esto hacía hervir la sangre de Nick. Él no podía soportar el calor extremo, pero Yoriichi parecía imperturbable.




Nick apretaba los puños con rabia descontrolada. Algo en él comenzaba a despertar, al igual que durante el examen de caballería. Rocas a su alrededor empezaban a levitar, aunque nadie lo notaba. Cuando estaba a punto de atacar, se detuvo al ver la expresión feliz de Yoriichi.


—¡Hey, Nick! ¿Quieres apostar? Yo creo que gana Mereoleona en 5 minutos— dijo Yoriichi,
sonriendo.


Todo el enojo de Nick se desvaneció y una mirada de incredulidad apareció en su rostro. Tartamudeando, respondió, —No... No, concéntrate en la misión.



Yoriichi asintió con un puchero en su rostro y luego, en un movimiento juguetón, lanzó a Asta hacia adelante. Asta regresó gritando por las fuertes temperaturas, causando la risa de Zora a su lado.



Nick dio pasos atrás, agarrándose la cabeza. Se preguntaba si se estaba volviendo loco.




Entonces, comenzó a oír una voz tenebrosa que le susurraba: —Dame el control...



Nick se confundió y asustó, cayendo al suelo. Ante él apareció una sombra, sin cuerpo ni forma, como una proyección astral.


—¡¿Qué eres?!— Pregunta en un tartamudeo, esa sombra tenia la forma de su cuerpo, su sonrisa se estiró ante su curiosidad de saber quien era, un escalofrió recorrió su cuerpo al verla.




—¿Quieres vencerlo, no?— susurró la voz. —Dame tu cuerpo y cumpliré tu deseo.




Nick comenzó a llorar por el miedo. No podía levantarse ni lanzar hechizos. Mientras tanto, Yoriichi, ahora combatiendo junto a Asta, se enfrentaba a Rhya, quien intentaba hacer explotar todo el lugar.



—¿Lo admiras?— preguntó la sombra, levantándolo por el brazo y obligándolo a observar la pelea. Ya había terminado. Yoriichi, Mereoleona, Asta y Zora estaban mirando a Rhya, que empezaba a reír mientras era envuelto en una luz intensa que cegó a todos.


—¿Quieres ser como él?— insistió la voz. Nick apretó los puños, observando la rápida decisión de Yoriichi de cubrir a sus compañeros con escudos solares mientras intentaba cortar a Rhya por la mitad con un Tajo Solar.



La determinación y la valentía de Yoriichi despertaron una mezcla de admiración y frustración en Nick. Su corazón latía con fuerza mientras luchaba contra la voz en su mente, su cuerpo temblando por la intensidad de sus emociones.




—¡No necesito tu control!— gritó Nick en su mente, luchando contra la sombra que lo mantenía en su agarre.



Pero la sombra persistía, susurrando promesas de poder y victoria. Nick, aún temblando, cerró los ojos y recordó a sus compañeros, su lealtad y valentía. Con un último esfuerzo, se liberó del agarre de la sombra, cayendo al suelo, exhausto pero determinado.



Abrió los ojos justo a tiempo para ver a Yoriichi y los demás reunidos, victoriosos pero alertas, preparados para lo que pudiera venir. Nick, respirando con dificultad, vio el campo de batalla con la boca abierta jadeando por aire.



La sombra había desaparecido, pero la batalla interna de Nick apenas comenzaba. Con la resolución renovada, se unió a sus compañeros, decidido a no dejarse vencer por sus propios demonios.



Yoriichi observó a Nick con una mezcla de preocupación y determinación. Con una mano extendida, le ofreció ayuda.



—¿Estás bien?— preguntó, su voz calmada. Nick asintió, pero las últimas palabras de Yoriichi resonaron en su mente. "Bro". Yoriichi lo había llamado "Bro". Una lágrima cayó del ojo izquierdo de Nick mientras se levantaba. Empujó a Yoriichi a un lado y apareció junto a Rhya, quien sonreía maníacamente.



—¡ESO! ¡Nikola, ahora o nunca!— exclamó Rhya, viendo a Nick agonizar de dolor mientras se sostenía la cabeza. Yoriichi intentó avanzar junto a Asta, pero fueron detenidos por Mereoleona y Zora.



—¡Mereoleona-sensei! ¡Nick está en peligro...!— exclamó Yoriichi.



Mereoleona lo interrumpió. —Lo sé, pero no podemos permitir que Third Eye te asesine por tu estupidez. Siente su poder, está volviéndose oscuro— dijo, mirando a Nick con seriedad. Zora asintió. —Ahora ese bastardo es más poderoso con esa transformación— agregó, refiriéndose a Nick y luego a Rhya, quien se puso enfrente para cubrirlo.






La historia de Nick, o Nicolás, comienza en el mundo real. Provenía de México y era gran amigo de Yoriichi. Su amistad era profunda, aunque no siempre estaban juntos. Nicolás sabía lo que Yoriichi había sufrido. Sus padres habían muerto cuando Yoriichi tuvo que asesinarlos para evitar ser vendido a una red de tráfico humano. Se conocían íntimamente, compartiendo sus penas y esperanzas.





Años después de la muerte de Yoriichi, Nicolás estaba frente a la tumba de su amigo. Su novia lo había dejado debido a su inestabilidad mental, llevándose a su hijo, a quien había llamado como su amigo muerto. Nicolás cayó arrodillado, la lluvia empapando su ropa desgarrada por los cortes y rasguños de su esposa cuando intentó detenerla. En la lápida de su amigo, imaginaba a Yoriichi dándole la espalda, decepcionado.





Golpeaba repetidamente el suelo, llenándolo de sangre mientras gritaba de rabia. —¡¿Por qué, Dios?! ¡¿Por qué te llevaste a mi mejor amigo?! ¡Deberías haberme llevado a mí!— gritaba al cielo, su voz llena de desesperación y dolor.




En ese momento, mientras perdía la cordura, el cuidador del cementerio apareció. Con una pala en la mano, le dio un golpe certero en la cabeza, noqueándolo al instante. Nicolás cayó al suelo, inconsciente, mientras la lluvia seguía cayendo sobre su cuerpo maltrecho.





De vuelta en el campo de batalla, la transformación de Nick continuaba. Rhya aprovechaba la situación, alimentando el odio y la desesperación de Nick para hacerlo más fuerte. Yoriichi, Mereoleona, Asta y Zora se mantenían en guardia, preparados para enfrentar cualquier amenaza.




—¡Nick, resiste!— gritó Yoriichi, con la esperanza de que su amigo pudiera escucharle.




Pero Nick estaba atrapado en una batalla interna, su mente asediada por la oscuridad y el dolor de su pasado. La presencia oscura que había sentido antes se hacía más fuerte, intentando tomar el control.


—¿Quieres ser como él?— susurró la voz nuevamente.



Nick, con lágrimas en los ojos, recordó a su amigo Yoriichi, su valentía y su sacrificio. —No... no necesito tu control— murmuró, su voz quebrada pero decidida.






La sombra se desvaneció momentáneamente, pero la batalla interna de Nick no había terminado. Con la resolución renovada, se levantó, decidido a no dejarse vencer por sus propios demonios. La figura de Yoriichi se le aparecía en su mente, no como una figura de decepción, sino como una fuente de inspiración y fuerza.




—Nick...— murmura el nombre del chico que ahora tenia sus orejas puntiagudas, su piel se había puesto más blanca, unas marcas de color rojo en forma de rayo aparece en su mejilla izquierda, en sus ojos se forma como un delineado rojo puntiagudo y abajo en su ojo derecho una gota de esa tinta roja, como si hubiera llorado sangre.





Un fan reencarnado en Black cloverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora