Capítulo 3: Torre de grimorios.

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(15 años más tarde)



—Uuuuf— secándome el sudor con mi antebrazo, miraría con una sonrisa lo que había logrado.


—Haz avanzado mucho en estos años que hemos trabajado juntos— Un hombre calvo con barba y varias cicatrices de unos 30 años se acercaría a mi posición, para apreciar lo que había hecho.—Es gracias a ti, me haz enseñado mucho, Erhard.




— Usando unas pinzas para sacar del agua una espada que poco a poco fue perdiendo el color de fuego vivo que la cubria.


—Gracias a tu magia de fuego hemos podido avanzar mucho, ya no tengo esperar varias horas para que se calienten los metales, contigo se convirtieron en segundos— Alabando como aparecía fuego en la yema de mi dedo para examinar la espada.


—Es un placer ayudarlos, bueno me tengo que ir de vuelta a la iglesia— Sacándome la bata que cubría la mayor parte de mi cuerpo, pude dejar apreciar el tamaño de este, había logrado lo que quise, un cuerpo como el de Toji Fushiguro,  mi pelo ahora era largo, deje que fuera como el de Yoriichi, mi ropa consistía en una remera manga larga negra con un abrigo de color rojo encima de color rojo oscuro, unos pantalones negros y unos zapatos hechos de telas diferentes con color blanco y gris opaco, calcetines de color oscuro.


—Ya casi es la hora de comer, ¿volverás a cazar con Fir?— recibiendo una negación con mi cabeza, mientras ponía la bata en la percha que iba dentro de un armario de piedra que adentro estaba cubierto de madera.


 —El dijo que se iba el fin de semana y no volveria hasta conseguir la carne del oso Goliat del que tanto habla.


—El y sus locuras— rio con diversión mientras se cruzaba de brazos.—Gracias por la ayuda, nos vemos, Yoriichi— Despidiéndonos con un apretón de mano para yo caminar hacia la iglesia que ahora era más bien un orfanato, incluso ya habíamos tenido una cuidadora hace mas de 10 años Lily Aquaria. Aunque prefiero decirle hermana Lily por respeto al clero. Asta se había quedado flechado por su belleza que desbordaba amabilidad y inocencia. Posee el pelo azulado y tiene un lunar debajo del ojo izquierdo. Lleva la ropa típica de una monja. Había vivido varias cosas, como cuando intente controlar mi magia del sol, siendo provocado por Asta para intentar poner al engreído de Yuno en su lugar al volver a decirle que no tenia Magia, había dejado por varias semanas sin una buena cosecha ya que se había quemado por las fuertes temperaturas que ocasione al enojarme por haber visto como se habían cortado en mil pedazos las hojas que hice para hacer una Nichirin, eso ocasiono que fuera a cazar junto a al grupo que se adentraba en los bosques cercanos para conseguir carne de los animales, donde conocí a Fir un orgulloso y fanfarón hombre que presumía siempre su fuerza y logros de haber cazado sin usar su magia de agujas para derrotar a las bestias, que al principio no nos llevamos bien, pero nos hicimos buenos amigos, a pesar de la diferencia de 20 años de edad.



También como cuando fuimos Asta y yo al rescate de Yuno al que intentaron robarle su preciado collar, haciendo que yo pida disculpas repetidas veces por llegar tarde y encontrar a un lastimado Asta, provocando que me ponga furioso y acabe con el ladrón que estaba ebrio. Ese día pude desbloquear el Mundo trasparente, si bien gracias a ver estudiado biología y anatomía humana gran parte en mi vida pasada, ver a través del cuerpo era como usar rayos X. Sabiendo en donde atacar aplique lo visto en animes y como luchar, logrando acabar con el ladrón y haciendo que Asta me admirara más por eso. Mientras caminaba en dirección al orfanato oiría un grito. Suspirando sabiendo lo que pasaba.


—Cuando me convierta en rey mago, te hare completamente feliz, por favor cásate conmigo— Grito mientras se arrodillaba como si fuera a pedirle matrimonio, pero en vez de un hermoso anillo con un diamante, había una flor.


—Lo siento Asta, pero no puedo ser únicamente de una sola persona— Lo rechazaría rotundamente al peli blanco que quedo en Shock.


 —Al parecer no me equivoque— Llegando al lugar donde pasaria al lado del cuerpo casi sin alma de asta que estaba palido.


 —Hola hermana Lily, ¿lo mismo de todas las mañanas?— Saludandola con una sonrisa, la monja se apenaría poniendo una mano en su mejilla.


—Hola Yoriichi, jeje si, lo mismo de todas las mañanas—


—Llego a un punto donde ya perdí la cuenta de cuantas veces te ha pedido matrimonio— Teniendo una expresión tranquila, vimos como Asta se levantaría enojado por lo dicho por mi.


 —Ah, Cállate Yoriichi, ni que hubiesen sido tantas— Exclamó enojado Asta.


—Contando los años creo que te ha rechazado mas de un millón de veces, o capaz y eran dos?— Me detuve a pensar un poco viendo al cielo intentando recordar, causando una pequeña risa de la hermana Lily, enojando más a Asta.


—¿Ah si? Pues no me importa si son otro millón, no me rendireeeeeee— Dijo asta mientras se golpeaba la cabeza contra el suelo volviendo a insistir en mayor intensidad.


 —Bueno, aquí vamos de nuevo— Retrocediendo unos pasos, vi como la hermana Lily usaría su grimorio que poseía habilidades de agua.


—Magia de creación de agua: estocada de puño sagrado del amor— El puño de la monja se estrellaría contra Asta quedando marcado completamente por el suelo


—Si no fuera por su resistencia habría muerto— Pensé para mis adentros serio viendo como la hermana Lily se disculpaba apenada por lo hecho.


—Aunque no importa cuantas veces pase lo mismo sigue siendo gracioso como si fuera la primera vez— Dejando mi expresión seria para reírme en voz baja.


—Rié mientras pueda, pero pronto veras como la hermana Lily se volverá mi esposa, no me rendireeeeeee— Dando un fuerte salto estando listo para volver hacer lo mismo, pero recibiría nuevamente el ataque.


—Aunque digas eso, la hermana pertenece al clero eso ya lo hace en algo imposible para que te quieras casar con ella— Expliqué levantando un dedo mientras aparecían unos lentes de chico listo en mi rostro mágicamente.


—Deberías hacerle caso a Yoriichi, ¿Cuántas veces necesitas que te rechazén?— Dijierón el resto de chicos del orfanato, acompañados por un chico joven de estatura media con complexión delgada, ojos color ámbar y cabello negro desordenado. Su conjunto principal consiste en una camisa negra con cuello alto y manga larga. Las mangas tienen cuero marrón que cubre las muñecas y la parte superior de los brazos. Viste pantalones marrones claros que se cortan debajo de las rodillas y, alrededor de su cintura, un par de cinturones marrones que se cruzan. Además, usa un par de calcetines de color oscuro y un par de botas. También posee un collar hecho de una cadena de color dorado y una piedra azul, que tiene una cruz de color dorado y estrellas de cuatro puntas en cada esquina.


—Yo opino lo mismo y si aun no te rindes, te diré más razones por las cuales no puedes estar con la hermana— Poniendo una mano en su barbilla mientras inclinaba a la cabeza pensativo.


—Ahí va el critico Yuno— Susurre al oído de la Hermana que se rio ya sabiendo lo que se venia.

—Eres muy ruidoso, nunca sabes cuando callarte, tu estatura no te favorece para nada, no eres para nada tolerante. Tú no tienes nada que pueda gustarle a una mujer— las palabras de Yuno habrían golpeado el orgullo de Asta.



—Tampoco es para que seas un cretino, en algunas cosas se salva— posando su mirada en mi que estaría un poco molesto por ver que había sido muy rudo con sus palabras.



—Eres muy blando con el cuando no están entrenando, quizás debas serlo también fuera cuando no estén combatiendo.


—Yuno tiene razón— Apoyo al peli negro a su lado.


 —¿Nash tú también?— Nash es un niño de cabello castaño corto y ojos morados. Tiene pequeñas pecas en la nariz. Lleva un chaleco verde musgo sobre una camisa de manga larga de color violeta claro y pantalones grises. También usa zapatos marrones con calcetines de color marrón claro.


—Yoriichi tiene razón esa no es forma de hablarle a alguien con la cual haz vivido 15 años— reclamó enojado Asta que seria ignorado por Yuno que ayudaría con un cesto de ropa que tenia a la mano.



—¡Oye no me ignores!— Exclamó Asta al mago de la magia de viento.

—Espero que lo que te dije se te meta en la cabeza y dejes de ser tan molesto.



—¡Cierra la boca, maldita sea Yuno! ¡Enfrentémonos ahora!— Pidiendo un enfrentamiento, haciendo que me salga una gota de sudor.


—Me niego.


—¿Por que razón?

—¿Y todavía lo preguntas?— Una cara de póker se formo en mi rostro, a diferencia de mi y de Yuno, que fuimos bendecido con un abundante mana de un elemento distinto, que si bien me costo controlarlo al inicio, cuando no entrenaba con Asta o ayudaba en el pueblo cazando o trabando de herrero para aprender a hacerme mis propias armas para no tener que comprarlas y solo necesitar el material adecuada, Asta, el... Bueno.


—Por favor Asta, Sabes bien que nunca podrás vencer a Yuno— ignorando el comentario de Nash, Asta haría una pose como si de la palma de su mano fuera a lanzar algo que al final nunca salió.


—Asta bien sabes que tú no puedes usar magia— Recordándole su defecto. Asta había nacido sin una pizca de magia, aunque aun no lo acepta.


—Escucha lo que dice Yoriichi, Asta. Tú no puedes usar magia— Recalcando lo ultimo con una mirada fría.

—Creo que ya lo dejaste bien claro, Yuno— Hable en un tonó amenazante, mirándonos el uno al otro mientras mi magia salía como si estuviera liberando una intención asesina, aunque Yuno no se quedo atrás, su magia de viento se puso a la par con lo mío, habiendo un choque de intensiones de hostilidad, hasta que escuchamos a la hermana Lily hablar.



—Por favor chicos no se peleen, se criaron juntos como si fueran hermanos, aunque no lo sean de sangre, yo no los quiero ver peleandose— Apartandonos para evitar una posible pelea. Chasqueando la lengua enojado, a diferencia de la persona de la cual tengo la apariencia, que era sereno y muy amable, que solo lastimaba aquellos que lo provocaban y no buscaba pelea, yo era un mal hablado y siempre buscaba peleas, aunque era muy perezoso y a veces las evitaba.


Aunque después de enfrentarme a los "recolectores" como así se le llaman cazadores que van en busca de alimentos para el pueblo en una pelea con espadas, pude acabar con todos sin esforzarme mucho, con el único que tuve problemas al acercarme era con Yuno por su magia de viento, evitaba enfrentarse a una pelea a puño limpio ya que sabia que perdería pero en términos de magia, el tomaba la distancia, su magia de viento incrementaba el poder de mi magia de fuego y hacia que se disperse para todos lados.



—Aunque yo puedo hacer esto, es de mi mejores trucos— Yuno y yo miraríamos indiferente como hacia cientos de abdominales a una velocidad que ningún humano ordinario podría hacer. Ignorando esto ultimo lanzaría fuego de mis dedos para intentar controlar la intensidad, cuando era mediodía mi magia de sol incrementaba el poder de mis llamas, pero era difícil de controlar, ya que lo que hacia un pequeño laser de fuego a la tarde noche, ahora era como un cohete, así que por eso apuntaba al cielo en dirección al sol donde más fuerte era mi magia. Mientras que Yuno secaba la ropa con su magia de viento de una forma muy vistosa.


—¿Ah si? Pues miren esto— Agarrando una hacha del suelo pondría un tronco encima de uno más grande que había sido cortado, listo para partirlo a la mitad, pero Yuno cortaría todos con su magia.

—Sin presumir, Yuno. Al menos deja que haga algo— Dejando de disparar al sol para acercarme a ver.

—¿Para que? yo lo puedo hacer en un segundo— Que lo dijiera sin intenciones de orgullo era lo que más irritaba a Asta incluso a mi.


—Ahí vas otra ves de mamón, a veces me la bajas siendo asi cuando eres un buen compañero de entrenamiento— Yuno se encogería de hombros sin darle importancia.


—Yoriichi, ya te dijimos que a veces no entendemos lo que dices.



—Es verdad, a veces dices groserias que nunca escuchamos, como cuando la vez que hiciste que un bebe dijiera "Puta wanquera culo roto cabeza de pingo negra mal culiada" por que la gata de Erhard te comió tú comida— recordando ese momento, había sido hace 4 años y había intentando hacer guiso pero cuando iba a pasar los fideos hacia la salsa la gata se había llevado el taper de madera que había hecho comiéndose los fideos y mientras iba a buscarla maldecía en voz alta al animal.


—Jeje perdónenme— Agachando la cabeza en señal de disculpa. El padre Orfai llegaría abriendo las puertas de la iglesia con la cual golpearía a Asta.


 —Yoriichi y Yuno son la esperanza de esta pobre iglesia— Llego llorando cómicamente.


—Es verdad pueden convertirse en grandes caballeros mágicos, en especial tú Yoriichi— Apoyo la hermana al padre, haciendo que me rasque la cabeza apenado. Asta permanecería con la cabeza agachada siendo tapado por la oscuridad.


—No te pongas así, tú eres el que más me motiva a volverme fuerte— Dandole la mano para que se levantara.


—Gracias amigo, sabia que en ti puedo confiar— Agarrando mi mano para volver a ponerse de pie mientras me daba una de esas sonrisas a las cuales primeramente me acostumbre viendo una mañana en mi cama, ahora a acostumbrarme a verla en cada día.



—No digas eso, entre todos nos apoyamos, solo que a este menso de aquí— Poniendo una mano en el hombro de Yuno para atraerlos con nosotros.


 —No sabe como demostrarlo, pero es el que más te aprecia— Quedandose en silencio los dos haciendo que me enoje.


—Y yo que intento ayudarlos— Tirandolos al suelo para alejarme de ellos con una mueca en mi rostro.


—Eso dolio— quejándose del dolor, levantándose ambos mientras Yuno se quitaba el polvo de su ropa—No te desanimes Asta, dentro de poco será la entrega de grimorios y quizás obtengas la magia que tanto anhelas— Dando una suave sonrisa a Asta que lloro cómicamente, ella siempre sabia como levantarle el animo.


—Un día seré caballero mágico para luego convertirme en rey mago, igual que tú— Apuntando hacia la estatua que estaba encima del enorme cráneo.


—El actual era Julius Novachrono— Pensaría mientras miraba la estatua del primero que hubo. Había logrado aumentar demasiado mi poder, lamentablemente quería tener rápido mi grimorio para aprender algún hechizo que incremente mis capacidades físicas para aumentar mi velocidad, fuerza, reflejos, flexibilidad, para ganar más experiencia en combate con mi esgrima, quede fascinado cuando vi al Capitán Yami Sukehiro pelear, podría aplicar la respiración de control total que he estado dominando hasta el punto de romper un jarrón del tamaño de la hermana Lily, lamentablemente aun no consigo mi Nichirin o una ktana que se asemeje al estilo que busco, había intentado con un baston bo, al igual que las nunchakus, pero no me gustaron, las dagas no eran lo mio.


Era más a puño limpio o usando una espada barra katana, no se en que nivel estaría pero puedo darle pelea a un caballero mágico rango avanzado sin problemas o incluso a un vicecapitán.


—Oh no, ahí va de nuevo dándole demasiada vueltas a sus asuntos.


—Siempre ha sido así, déjalo hermana Lily— Dijo Nash cruzando sus brazos detrás de su cabeza, caminando hacia el orfanato al ver que me había quedado quieto mirando la estatua del primer rey mago...



(más tarde)



Una vez al año los jóvenes del reino del trébol que cumplen los 15 años de edad, se reúnen en un evento para recibir un grimorio capaz de aumentar su poder mágico.


—¡MPRESIONAAAAAAAAANTEEEEE, miren cuantos grimorios hay! me pregunto cual será el mió— Asta daba vueltas para ver los diferentes tipos de grimorio, algunos de un color primario como rojo, azul, verde, amarillo, luego otros de las fusiones de estos, con diferente portadas y coberturas.


—Sin duda es increíble— Poniéndome al lado de Asta con una mirada tranquila y solenme, siendo visto por varias personas por mi singular atuendo. vestía un haori rojo sobre un kimono nagagi de color naranja muy pálido con un hakama negro de estilo umanori y una espada Nichirin llevada en el lado izquierdo de su cintura.


—Creo que hoy me convertiré en un mago hecho y derecho— Mirando a las personas a su alrededor con confianza en su rostro.


—¿Oye, ya viste eso? También invitan a pueblerinos como esos— Dijo aquel chico refiriéndose a nosotros.


—¿Por que va vestido asi?

—¿Esta vestido como extranjero, ya viste?—Escuche que el enano a su lado no tiene ni una pizca de magia— Se burlo el rubio intentando ocultar su risa con su mano.


—¡Qué patético.

Cerrando mis ojos para no darle importancia, no venia a escuchar palabras.



—Las palabras son vacías si vienen de almas perdidas— Hablando en un tonó calmado, para caminar ignorando al resto junto a Yuno y Asta.


—Sean bienvenidos receptores— La voz del viejo que me recordaba a Merlín del señor de los anillos bajaría en su alfombra mágica que flotaba por su magia de viento.


—A partir del día de hoy cada uno de ustedes emprenderá su camino, que los acompañe la honestidad, la esperanza y el amor— Eso ultimo hizo que suspirara.


—Le debo lo ultimo, Don— Las mujeres se fijan nomas en el estatus o el poder mágico, aparte todas mienten.


—Soy el guardián de esta legendaria torre de grimorios, esta región no ha generado ningún rey mago y pocos son los caballeros mágicos que han destacado. Espero que algunos de ustedes llegue a ser rey mago algún día. Estoy diciéndolo en seriooooooooooooooo— Gritaria el anciano, sacándome una gota de sudor.



—Madres, ¿qué pedo?


—Sin más preámbulo les entregare sus grimorios— Todos los libros que albergaban la torre comenzarían a brillar en diferentes colores comenzando a levitar también.


 El grimorio eligirá a su respectivo dueño como si tuviera vida propia. También dependía de que tanto mana poseyera la persona.


—Este debe ser mi grimorio.

—WOW es muy grande, por fin podre marcharme e irme a la ciudad— Eran algunos de los comentarios que habían recibido su grimorio de algunos chicos al recibir el suyo respectivo.


—Haremos el examen de caballería en seis meses y de seguro aprobaremos— Los nobles que nos habían insultado hablaron con suma confianza.


—Disculpen a mi todavía no me llega ningún grimorio— Asta había extendido sus manos esperando su tan anhelado grimorio.


—Regresa dentro de un año— Las palabras del merlín shockearia brevemente al peli blanco.—¿Qué acaba de deciiiiir?— Asta no creía su suerte, había apostado todo a que conseguiría un grimorio ya sea demasiado poderoso o uno no tanto por no tener mana, pero no había conseguido nada.



—Jajaja es increíble, no puedo creerlo.—Eso si que es gracioso.—Qué patético, hasta siento un poco de lagrima por el.


—¿Qué esperabas? te lo dije solo son unos simples campesinos— los comentarios cesaron provocado por Yuno y por mi. El grimorio que habíamos obtenido empezaría a brillar de una manera espectacular.


—Asombroso, esos chicos fueron escogidos por el trébol de 4 hojas— Murmuró Merlín viendo como miraba mi grimorio con una expresión tranquila al igual que Yuno.


—¡Asombroso! —Dicen que guarda un poder increíble y además atrae buena fortuna.


—Las tres hojas de un trébol guardan honestidad, esperanza y amor. La cuarta hoja esconde buena fortuna...— Desenvainando mi nichirin, viendo mi reflejo en la hoja de color rojo brillante.



—Gracias Erhard— Susurré mientras mi grimorio flotaba al lado mío de un color negro intenso. rápidamente las hojas comenzaron a marcarse con escritura.


—Magia del Sol: Manto solar. Espada flameante— Se volvería roja mi nichirin, se cubriría en un fuego ardiente haciendo que las personas retrocedan por precaución. Dando varios cortes al rededor mío, terminaría con una estocada, para luego sonreír, guardando mi nichirin y teniendo mi grimorio en mis manos.


—Presumido— Dijo Yuno al ver como hacia una reverencia para acercarme a el.


—Veamos quien de los dos se hace más fuerte, Yuno— El sonreiría como pocas veces lo hace, una sonrisa con determinación a superar a su otro rival.


—Encontré algo interesante, nunca pensé que viniendo a este pueblo habría pueblerinos con tanta suerte, aunque siempre la suerte va hacia mi— Un hombre encapuchado se rio estando en las sombras.


La tarde cayo en la aldea, me encontraba en mi sitio de siempre acostado viendo las nubes debajo de un gran árbol a unos kilómetros antes de llegar al bosque. Viendo mi grimorio en mis manos, eran de un color rojo oscuro, pero tenia algunas líneas blancas y amarillas, la marca que tenia en mi frente estaba en cada esquina de la cobertura del grimorio y el trébol de 4 hojas con un sol en el medio. Escuchando unos estruendos, me pararía rápidamente, viendo humo y cadenas por el sitio donde habíamos hecho nuestra promesa, Asta, Yuno y yo de ver quien llegaba a ser Rey mago.


—Creo que ya empezó, pero por las dudas— Corriendo a una velocidad decente, no quería llegar rápido, sabia lo que pasaría y no quería cambiar el rumbo de la historia.


Cuando llegue vi como Asta y Yuno chocaban puños con una sonrisa determinada en su rostro.


—Supongo que la historia avanza como lo imagine— Sonriendo para caer de un salto, siendo escuchado por los chicos.


—Yoriichi, miraaaaa— Corriendo Asta a gran velocidad para refregarme por la cara su grimorio de 5 hojas.


—¡Es mi grimoriooooo.


—Asi lo veo, te felicito, Asta. Hazte fuerte no esperes que me dejare vencer por ti— Dando una sonrisa tranquila a lo que en los ojos del peli blanco saldrían las llamas de una pasión como si fuera el mismo sol.


—¡NO ME DEJARE VENCEEEEEER!—Ustedes perderan, por que yo sere rey mago— Yuno caminaría hacia nosotros sonriendo levemente.


—Ya quisieras, Yuno. Te tuvo que salvar, Asta— Mirando hacia otro lado al no tener con que contraatacar.


—¿Ahora que haremos con el?— Volteándonos para ver al sujeto que estaba estampado contra la pared.


—Me sorprende que no le hayas dado ningún corte, ¿acaso es de cartón esa espada?— Pregunte en un tono de burla haciendo enojar a Asta.



—No lo quería matar— Refutó enojado.


—Lo que digas, avisemos a los caballeros mágicos y vayamos a celebrar todo juntos... Hermanos.

Un fan reencarnado en Black cloverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora