Capítulo 46: Nick vs Randall

107 13 0
                                    

N/A: Me tuve que volver a ver Avatar la Leyenda de Aang para hacer este combate y no me culpen si quedo feo, no soy tan bueno escribiendo peleas y menos cuando los ataques son parecidos y tengo que repetir cosas que en el capítulo queda feo escuchar varias veces "Tierra" o "Aire" Sin nada más que decir, comienza el capítulo.


(Minutos atrás)



El campo de entrenamiento se sumergió en un profundo silencio, ninguno de los combatientes quería lanzar el primer movimiento, en un lugar cerca con arboles destruidos, hojas caídas y chamuscadas, Nick había salido de los escombros y lo primero que se encontró fue a uno de sus enemigos que no era parte de la alianza momentánea que había hecho con sus otros dos compañeros. Dando un salto atrás para tomar distancia, sin apartar la vista de su oponente que se limpiaba el polvo, al parecer el también había sufrido una parte de los escombros lanzados por el ataque inmenso de Yoriichi que cayo como una bomba.





Nick se encontraba en posición de guardia, sus piernas ligeramente flexionadas y sus puños alzados. A simple vista, su rostro irradiaba confianza, una leve sonrisa en sus labios y sus ojos fijos en Randall, pero una pequeña sombra de duda se ocultaba en su mirada. Sabía que un solo error podría costarle caro.




Frente a él, Randall, el vice capitán, sostenía una sonrisa serena, una sonrisa que emanaba una seguridad inquebrantable y un autocontrol imperturbable. Su magia no era la más poderosa, pero Randall había aprendido a compensar esa falta con una habilidad excepcional en combate. Proveniente de un pasado de entrenamiento riguroso y severo, había ascendido rápidamente a su posición actual. Sin embargo, ahora se encontraba cara a cara con Nick, uno de los cuatro mejores novatos de ese año.





Ambos sabían que este enfrentamiento no sería decidido solo por la magia o la fuerza bruta, sino por la experiencia y la estrategia. Nick había entrenado arduamente con Randall, conocía sus movimientos y patrones, pero era consciente de que la experiencia de Randall sería un factor decisivo.




Los dos permanecieron en guardia, inmóviles, midiendo al oponente, esperando el momento perfecto para atacar. Un pequeño error, una distracción mínima, y todo podría cambiar. El ambiente estaba cargado de tensión, el aire parecía más denso, cada segundo se estiraba interminablemente.





Nick tragó saliva, su mente trabajaba frenéticamente, intentando anticipar el siguiente movimiento de Randall. Un impulso inconsciente lo llevó a mover un poco el pie, y esa mínima acción fue suficiente. Randall, con la precisión de un depredador, lanzó un golpe certero. Utilizando su magia de Aire, canalizó su ataque directo al rostro de Nick.




El impacto fue inmediato, la fuerza del golpe sacudió a Nick, y por un breve momento, su visión se nubló. Sin embargo, no podía permitirse caer. Recuperándose rápidamente, ajustó su postura, la adrenalina bombeando a través de su cuerpo. Sabía que cada segundo contaba, y este era solo el comienzo de una batalla intensa y decisiva.





El rostro de Nick se transformó, su expresión confiada se desvaneció al sentir la sangre caliente brotando de su nariz. Con una mano temblorosa, se la limpió, observando con asombro el líquido rojo en sus dedos. La última vez que había sangrado así fue durante el combate de examen de caballería, enfrentándose a Yoriichi. Suspiró, resignado, consciente de que si no se tomaba en serio la pelea, perdería al instante.





—No quería usar esto hasta que llegara a enfrentar a ese tipo— dijo con calma, su voz firme aunque cargada de determinación.




Randall arqueó una ceja, su interés despertado por las palabras de Nick. A su alrededor, el estruendo de otras peleas resonaba, creando un ambiente caótico pero electrizante. Randall tenía una idea de a quién se refería Nick, pero decidió mantenerse expectante.





—Pero creo que no tengo otra opción— continuó Nick, su grimorio brillando con una intensidad renovada, su color tierra adquiriendo un tono más vivo.





Las páginas del grimorio pasaron rápidamente hasta detenerse en unas específicas. Randall decidió esperar, su curiosidad picaba. Quería ver qué haría Nick, y confiaba en su velocidad. Aquel golpe previo, sin necesidad de conectar físicamente con su mano, había sido solo un aviso.



Nick respiró hondo, su mirada volviéndose más decidida. Sabía que no podía permitirse dudar más. Levantó su grimorio y comenzó a recitar un hechizo. Las palabras fluían de sus labios con una energía palpable, y el aire a su alrededor pareció cargarse de electricidad.




Randall observaba con atención, sus ojos fijos en Nick, preparado para cualquier movimiento. A pesar de su confianza, sabía que no debía subestimar a su adversario.




Nick levantó su grimorio y comenzó a recitar con voz firme:




—Magia de Tierra: Manto Terrestre.



Al pronunciar las palabras, su cuerpo adquirió un ligero brillo de color café, que pronto se desvaneció. Sus ojos oscuros cambiaron a un tono marrón terroso, reflejando la esencia de su magia. Su postura se volvió neutral, ya no defensiva. De pie, se tronó el cuello, liberando la tensión acumulada, y escupió saliva al suelo. Una sonrisa desafiante se dibujó en su rostro mientras miraba a Randall, quien no bajaba la guardia ni por un segundo.




Nick terminó de pronunciar el hechizo con una determinación inquebrantable:





—Manto Terrestre: Control Maestro— Pisando el piso con su pie derecho, el suelo abajo de sus pies comenzó a temblar.





—¿Sera su hechizo de Terremoto?— Pensó Randall bajando su pie para cambiar la posición, entrecerró los ojos viendo a Nick levantar sus manos como si estuviera elevando algo.




—No... Es diferente— Golpeando con sus dos puños, el aire comprimido saldría volando en su dirección, pero antes de impactar en su objetivo un muro de tierra de 3 metros se alzaría. Sus ojos se abrieron en sorpresa y más cuando ese muro se dirigió hacia el intentando golpearlo.





Rápidamente daría una patada de frente, destruyéndolo en mil pedazos, que se esparcieron por el suelo, una capa brumosa de polvo que lo cegó se materializaría por el lugar, Randall tuvo que moverse usando sus otros sentidos cuando la vista dejo de funcionar, cuando encontró a Nick, cargo un ataque con sus dos puños hacia adelante, su postura cambió y Nick sonrió, esquivando sin dificultad el ataque, haciendo un movimiento con sus manos, las rocas que habían sido parte del muro se moverían a gran velocidad para crear un nuevo ataque en forma de pinchos que salían del suelo.





—Su forma de pelear es distinta— Randall predijo en donde saldría el ultimo pincho para pisar con su dedo anticipando el ataque, saltando en el aire, viendo a Nick que había desaparecido de su vista. Buscándolo con la mirada recibiría un pilar de roca en su espalda que lo mandaría a chocar en el suelo.




Randall soltó un quejido del dolor, eso le dolería mañana, ahora tenia que levantarse al sentir otro terremoto.





—¡Eres rápido! —gritó Randall desde el aire, lanzando una ráfaga de viento cortante hacia Nick.Nick, sin inmutarse, levantó un muro de roca que desvió el ataque, los fragmentos de tierra dispersándose en todas direcciones. Con un movimiento fluido, hizo que el muro se disolviera en una nube de polvo, aprovechando la distracción para avanzar.




Randall descendió con rapidez, preparado para el contraataque. Sin embargo, al tocar el suelo, se dio cuenta de que estaba en medio de un campo minado de pequeñas rocas afiladas, todas dirigidas hacia él. Con un rápido movimiento de sus manos, desató un remolino de viento, dispersando las rocas antes de que pudieran alcanzarlo.




—Impresionante, Bandido Ciego— admitió Randall, su tono mezclando respeto y sorpresa—. Pero esto apenas comienza.

(El apodo de Bandido Ciego es uno que se autoimpuso Nick, pero ahora no importa mucho, más adelante en la historia sabran)


La pelea se intensificó, ambos combatientes moviéndose con velocidad y precisión. Nick, utilizando su maestría en la magia de tierra, manipulaba el terreno a su favor, creando trampas y obstáculos para mantener a Randall en constante movimiento. Randall, por su parte, se mantenía ágil, utilizando su magia de aire para esquivar los ataques y contraatacar con ráfagas de viento precisas.




—¿Dónde aprendiste a luchar así?— preguntó Randall, lanzando una serie de cortes de aire que Nick esquivó con movimientos rápidos y fluidos.



—He tenido buenos maestros— respondió Nick, deteniendo una ráfaga de viento con un muro de roca que se levantó justo a tiempo,  una figura con pelo rojo largo imponente apareció en frente suyo en su imaginación, sonriendo al verlo girarse y darle una cálida sonrisa, el también le había enseñado mucho—. Pero también he aprendido a adaptarme.



Con un golpe rápido al suelo, Nick creó una fisura que se extendió hacia Randall, obligándolo a saltar. Aprovechando la oportunidad, Nick levantó una columna de roca que impactó a Randall en el aire, enviándolo a volar varios metros antes de que pudiera recuperarse.



—¡No puedes vencerme solo con trucos de aire!— exclamó Nick, su voz resonando con fuerza en la arena.




Randall se levantó, una sonrisa en su rostro a pesar del golpe recibido. Limpió el polvo de su ropa y miró a Nick con determinación.




—Puede que no, pero todavía no has visto todo lo que puedo hacer.



Un momento de respiro




Ambos combatientes se detuvieron por un momento, respirando con dificultad. Nick, aunque no había recibido daño directo, estaba sudando profusamente. El hechizo que usaba lo estaba cansando drásticamente, su conexión con la tierra se volvía más intensa y agotadora.




—Todo lo hago para parecerme a ella... Toph Beifong. No creo en el destino, pero el haber renacido aquí y compartir el elemento que usaba ella, dios, solo me falta dominar el metal que usa Klaus y podré vencer a cualquiera —pensó Nick mientras continuaba el combate.

(Así es, como mucho lo pensaron, Nick tambien es un reencarnado y esta inspirado en gran parte en Toph y sus movimientos que el usa como hechizos)

Observó a Randall, quien volvía a esquivar sus ataques con una agilidad impresionante. Nick frunció el ceño, reconociendo la habilidad de su oponente.



—Él es muy bueno, y cómo no serlo, es vice capitán de los Leones Carmesíes y es mi maestro. Pero yo tampoco podré aguantar mucho más, ya siento que llegué a mi límite. ¡Pero... esto es tan jodidamente divertido que quiero seguir!



Una sonrisa se dibujó en el rostro de Nick, más amplia y genuina que nunca. Su corazón palpitaba con euforia por el combate. Randall también parecía estar disfrutando la lucha, una chispa de emoción en sus ojos.




—¡Vamos, Bandido Ciego!— gritó Randall, su voz mezclando desafío y emoción—. ¡Dame todo lo que tienes!




Nick no perdió tiempo. Golpeó el suelo con ambos pies, y el terreno bajo Randall se volvió traicionero. Pilares de roca y fragmentos afilados se alzaron de todas direcciones, intentando atraparlo. Randall, con su magia de aire, se elevó y esquivó con una gracia casi acrobática, lanzando ráfagas de viento que intentaban desestabilizar a Nick.





La fatiga comenzaba a hacerse notar en Nick. Cada movimiento se volvía más pesado, su conexión con la tierra era poderosa pero exigente. Sin embargo, la euforia del combate le daba fuerzas. Sentía que estaba luchando no solo por sí mismo, sino por algo más grande, una herencia y un honor inspirados en la legendaria Toph Beifong.




Randall aterrizó suavemente, su respiración también agitada, pero sus ojos brillaban con una mezcla de admiración y desafío.





—No me lo estás poniendo fácil, Bandido Ciego— admitió, esbozando una sonrisa—. Pero eso hace esto aún más interesante.





Nick, con una última reserva de energía, preparó otro ataque. Sabía que estaba llegando a su límite, pero la pasión por el combate y el deseo de superarse lo impulsaban a seguir adelante.





—¡No he terminado todavía!— gritó Nick, golpeando el suelo con toda su fuerza, levantando una ola de tierra que avanzó hacia Randall con una velocidad y fuerza impresionantes.





Randall, a pesar de su cansancio, respondió con una poderosa ráfaga de aire, chocando contra la ola de tierra en una explosión de elementos. Ambos combatientes se vieron envueltos en el caos de su propia creación, luchando con todas sus fuerzas mientras la batalla alcanzaba su punto álgido.






La batalla alcanzó su punto culminante, ambos luchadores empujando sus límites. Sin palabras, se concentraban únicamente en el combate, cada movimiento calculado, cada golpe una demostración de su habilidad. Nick, cerraba los ojos de vez en cuando, sintiendo la vibración de la tierra bajo sus pies, levantando pedazos de tierra de 30 kilos con un simple movimiento de su mano y lanzándolos hacia Randall con precisión devastadora.



Randall, con cada movimiento, recibía más daño. Tres costillas rotas, un corte profundo en su frente que hacía que la sangre corriera por su rostro, secándose y mezclándose con el polvo levantado por su feroz enfrentamiento. El aire alrededor de la arena estaba cargado de tensión y energía.




Ambos combatientes se detuvieron brevemente, respirando pesadamente. El sudor y la sangre se mezclaban en sus rostros, pero ninguno mostraba intención de rendirse. Nick apretó los puños, sintiendo la tierra responder a su llamado.



-—Lo apostaré todo aquí— dijo Nick, sus palabras resonando con un impacto profundo en Randall, quien respiraba agitado. Su rostro, serio durante los últimos tres minutos de puro frenesí de ataque, reflejaba la determinación de aceptar el desafío final.






—¡Entonces yo también!— gritó Randall, aceptando el desafío de dejarlo todo en este último golpe.







Nick se creó guantes de tierra y botas de tierra a gran velocidad, destruyendo el camino por donde pasaba. Corrió directamente hacia Randall, quien comenzó a preparar su hechizo.






—Magia de Aire: Bala de Aire Trituradora.






Nick no se sorprendió ni vaciló en su carrera. Con gran velocidad, sus manos cubiertas en tierra se alzaron, creando un muro que se rompió en mil pedazos por el impacto del hechizo. Cuando su vista se despejó, Randall había desaparecido.






—Estoy aquí— dijo Randall, apareciendo frente a Nick y lanzando su siguiente hechizo—. Magia de Aire: Ondas Explosivas.






De su mano se generó una onda de aire que impactó en Nick. Con un leve salto, las botas de tierra que cubrían sus pies se desprendieron, creando otro muro que se desintegró al contacto. Nick sintió los escombros golpear su hombro derecho, su muslo izquierdo, y su abdomen, donde un horrible moretón comenzaba a formarse. Pero no le importó, siguió adelante, solo le faltaban unos pocos metros.





Las piedras del suelo se reunieron en un rectángulo compacto de tierra delante de su puño derecho. Gritando con todas sus fuerzas, Nick dirigió su puño hacia la cara y mandíbula de Randall, depositando todas sus energías en ese último intento para ganar.






Randall, sin embargo, estaba listo. Con una precisión impecable, lanzó su hechizo final.







—Palma de Vacío.





La palma de Randall impactó directamente en el pecho de Nick. Sus ojos se volvieron blancos, el aire se escapó de sus pulmones y, en un instante, Nick fue mandado lejos, cayendo y rebotando en el suelo antes de quedar inmóvil, noqueado.





Desde el borde de la arena, Yami Sukehiro había estado observando todo el combate. Su expresión era imperturbable, pero sus ojos seguían cada movimiento con atención. El final llegó cuando Randall lanzó su "Palma de Vacío". Yami vio a Nick caer, sus ojos volverse blancos al ser enviado volando por el poderoso ataque de Randall. Nick rebotó en el suelo, finalmente quedando inmóvil con los ojos cerrados, inconsciente. La victoria era claramente de Randall.Randall, jadeando, se mantenía en pie, su cuerpo herido y agotado pero con una chispa de triunfo en sus ojos. Yami, con una mirada aprobadora, asintió ligeramente.






—Un buen combate— murmuró para sí mismo, admirando la determinación y el coraje de ambos combatientes. Randall había demostrado ser un digno oponente y maestro, mientras que Nick, con su espíritu indomable, había mostrado un potencial increíble.





La arena quedó en silencio por un momento, antes de que los observadores comenzaran a aplaudir. Habían sido testigos de un combate épico, uno que sin duda se recordaría durante mucho tiempo.


(Espero y les haya gustado)


Así se vería Nick, solo cambienle la ropa por la de los Leones Carmesíes y lo morado por su magia de tierra y los ojos del mismo color jaja

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Así se vería Nick, solo cambienle la ropa por la de los Leones Carmesíes y lo morado por su magia de tierra y los ojos del mismo color jaja

Un fan reencarnado en Black cloverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora