Es extraño ambos creían que sus vidas ya no volverían a juntarse.
El creía que la odiaba.
Ella tenía que soportar sus malos tratos.
Ella veía como el le daba toda su atención a una nueva chica... la atención que una vez fue para ella... la atención...
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Seúl, siendo testigo de amores, desilusiones, traiciones, y más.
Un suspiro más abandono los labios de Yang-Mi, quien se encontraba profundamente dormida.
-Deberias dejarla sola, está muy abrumada y lo último que necesita es verte. -Min-Ho, cerro los ojos con fuerza mientras intentaba calmarse ante las palabras de Baek.
-No la voy a dejar sola es mi novia, ella cuenta conmigo para todo lo que necesite y está claro que me necesita en este momento. -Le respondió Min-Ho
-Ademas no entiendo el por qué de tu presencia, no eres bienvenido.
-Yang-Mi, no piensa lo mismo, ella siempre está feliz de verme. -Respondió Baek con esa sonrisa tan altanera.
-No te quiero cerca de mi novia, eres una persona cruel, así que alejate de Yang-Mi ahora mismo.
-¿Quien eres tu para decidir con quien se relaciona Yang-Mi? Ella es libre de decidirlo, y está claro que yo soy bien recibido.
-Soy su novio, y mi deber es cuidarla y claro que la voy a cuidar de una escoria tan desagradable como tú. -Aseguro Min-Ho poniéndose de pie y encarando a su primo.
-No te proyectes en mi primito, ambos sabemos que tu eres una basura de persona, así que no...
-No soy ningun angel pero tú tampoco, y creeme que haré todo lo posible para alejarte de mi novia, ella no sabe la porquería de persona que eres, y si está contigo es por qué le mentiste.
-¡¿Acaso tu no hiciste lo mismo?! -Grito Baek -Si, Yang-Mi está contigo es por qué no sabe la clase de escoria que eres.
Los gritos de Baek, sonaron por toda la casa provocando que Min-Ho rápidamente tapara su boca.
-¡¿Qué pasá?! Te incomoda que diga la verdad... Tu eres una...
-¡Cállate! No tienes derecho a criticarme, cuando tú eres el títere de mi padre.
-¡No metas a mi tío en esto! El no ha hecho nada malo, el único error que cometió fue tenerte como su hijo.
Un silencio se hizo presente en aquel departamento, un silencio al que ninguno de los varones estaba acostumbrado.
Durante mucho tiempo en su ambiente lo único que se podía percibir eran gritos, ya sea de ellos mismos, o de sus mayores.
Es por eso que Baek, lo único que esperaba era un grito, seguido de algún golpe, y finalmente desatar una de sus tipicas discusiones.
-Vete ahora mismo de mi casa. -La voz ahogada de Min-Ho, sonó por toda la casa, los ojos de Baek se abrieron de a poco y no fue por la petición de Min-Ho, sino por el estado en el que se encontraba.
Min-Ho, tenía sus ojos razados en lágrimas, sus manos temblaban, y su mirada estaba completamente apagada.
Y eso fue un golpe para Baek, quien sintió un escalofrío recorrerlo de pies a cabeza, sintiendo la culpa, instalarse en su pecho.
