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Morada del Hijo de las Estrellas ▪︎ Sede principal de la Secta del Manto Estelar.
Habían preparado una cama especial para el Cuerpo de Plasma Estelar.
—Aquí lo tienen.— Señaló Toji y la maldición escupió el cadáver intacto de Riko Amanai sobre la mesa. —El cadáver enterito de Riko Amanai, el Cuerpo de Plasma Estelar.
Shigeru Sonoda, representante de la Secta, inspeccionó el cuerpo. —Todo en orden. La entrega del pago acordado se hará de inmediato, agregando un pequeño bono adicional.— Anunció volviéndose hacia ellos.
—No esperaba menos de la generosidad de Su Santidad.— Dijo Toji con fingida formalidad.
—No es "Su Santidad".— Corrigió Shiu con un suspiro.
El rostro de Toji se ensombreció. —¿Qué significa eso?
Shiu hizo caso omiso a su pregunta, más atento al representante. —¿Pesé a haber ayudado bastante con los gastos y cooperado con el trabajo? Pensé que nos regatearía.
—Cierto, esperábamos el fracaso de esta misión.— Admitió Sonoda. —Hasta que llegó el día de que las profecías se cumplieran. Una afrenta a nuestra religión monoteísta mencionada en los antiguos textos: la unión impura de nuestro dios Tengen y el Plasma Estelar. Los creyentes necesitaban ver acción para no perder la fe. Actuar con osadía habría atraído la ira de los hechiceros. Pero miren ahora, hemos recuperado lo que casi se nos arrebataba. ¿Qué importa recompensar su ayuda con unas monedas más?
—Si Tengen se pone violento, lo que caería sería la propia civilización.— Terció Shiu poniendo un cigarrillo en sus labios con parsimonia.
—Si nuestro destino es caer junto al planeta, que así sea.— Sentenció Sonoda viendo el Cuerpo de Plasma Estelar.
Toji y su camarada cruzaron una mirada de incredulidad ante las palabras del representante. Toji simuló un gesto de locura haciendo reír a Shiu, como si encontraran absurdas semejantes declaraciones. No parecían tomarlas del todo en serio.
—Su generosidad es notable.— Respondió Toji con parquedad.
—Por cierto, ¿han traído a una hechicera con ustedes, no es así?— Inquirió el representante.
—Sí, trajimos a una mujer herida.— Intervino Shiu. —No supone amenaza en su estado.
—Por ahora no, pero su potencial es inconmensurable.— Terció Sonoda con sonrisa enigmática. —Cosas grandes se avecinan, han hecho bien en traerla. Será todo un honor presenciar el despertar de su poder.