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—Entiendo los motivos de Q.— Dijo Satoru descorchando un refresco y bebiendo de él mientras caminaba. —Pero, ¿por qué la Secta del Manto Estelar quiere matarla también?
Yuuko soltó una risita y corrió a alcanzarlos, se notaba que avanzaban muy dispersos.
—Ellos veneran a un Tengen puro.— Explicó Suguru viendo el edificio en cuestion. —No permitirán que el Cuerpo de Plasma, una "impureza", se fusione con él.
Yuuko se acercó a Suguru en silencio. Él, sin necesidad de palabras, asintió entendiendo su mensaje.
...
Suguru hablaba por teléfono con Satoru, manteniéndolo al tanto.
—La Secta del Manto Estelar es un grupo de no-hechiceros, no representan amenaza — Explicaba. —Debemos enfocarnos en el grupo Q, son los más peligrosos.
—Como sea, todo saldrá bien.— Respondió Satoru confiado al otro lado de la línea. —Nosotros somos los más fuertes, por eso el mismo señor Tengen nos eligió.
Mientras, en el elevador Yuuko se observaba en el espejo pensativa.
—Mi cabello está muy largo, tal vez deba cortarlo.— Murmuró para sí.
En ese momento, la reflexión de Yuuko se vio interrumpida. A través del espejo notó que Suguru ponía cara de asco.
—¿Ocurre algo?— Preguntó dándose la vuelta para verlo de frente.
Suguru suspiró con resignación.
—Satoru, llevo tiempo pensando decírtelo..— Dijo pensativo, rascándose la barbilla. —Deberías tratar a las personas con más respeto.
—¿Eh?— Bufó Satoru aplastando la lata vacía en lo que parecía un gesto de indignación.
Las puertas del elevador se abrieron. Suguru dejó pasar a Yuuko con cuidado.
—Recuerda sobre todo ser respetuoso con los superiores.— Aconsejó. —Podríamos toparnos con el mismísimo señor Tengen.
Yuuko observó cómo se cerraban las puertas tras ellos.
—Intenta hablar con más humildad.— Sugirió Suguru a través del teléfono. —Y los demás jóvenes no te tendrían tanto miedo.