Capitulo 37

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ACT ONE
(Visita)

foto de referencia de Yuuko actual en la multimedia.

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Al alba, Yuuko partió sin haber pegado ojo en toda la noche, dominada por la ansiedad y la necesidad de mantenerse en actividad para no enfrentarse a sus demonios.

Tomó el tren con destino a Yotsuya, un área en Shinjuku conocida por albergar círculos esotéricos. Vestía ropa casual, un hermoso y entallado vestido gris largo hasta los pies.

Desde su asiento junto a la ventana, dejó vagar su mirada por el paisaje cambiante, tratando de distraer la mente agitada. Esperaba hallar en aquel lugar alguna pista, algún indicio que la acercara a sus objetivos. Necesitaba retomar las riendas y volver a sentirse útil, aunque fuera de este pequeño modo.

Cerró los ojos un momento, rememorando el gesto reconfortante de Shoko la noche pasada. Se aferró a ese débil rayo de luz que iluminaba la oscuridad de su alma atormentada.

Entre las caricias al cristal, una niña captó su mirada errante. Al sentirse observada, Yuuko le regaló una cálida sonrisa que iluminó su rostro como el sol.

Por unos instantes olvidó su carga, perdida en la inocencia de aquellos ojos.

La joven paso por su lado, revolviendo sus cabellos antes de descender en Yotsuya, el lugar que buscaba.

Comenzó a caminar entre las sepulturas de un hermoso pero solitario panteón privado. No le costó hallar aquella que se encontraba más descuidada.

Se arrodilló ante la lápida de Toji Fushiguro, limpiando la piedra con delicadeza hasta revelar su nombre. Un nudo se le formó en la garganta al reencontrarse con su memoria, tras tanto tiempo sumida en tinieblas.

Acarició la lapida con suavidad, deseosa de transmitir fuerzas desde aquel plano. Pronto volvería a visitarle, esta vez trayéndole respuestas en lugar de interrogantes. Extrañaba a su querido hermano y ansiaba encontrar la paz interior para honrar debidamente su memoria.

Sin importar su elegante atuendo, Yuuko tomó asiento con delicadeza junto a la lápida.

—Por fin he venido a verte.— Dijo con voz queda, deseosa de comunicarse con quien fuera su hermano. —Siempre pensé que serías tú el que visitaría mi tumba, o que ninguno pisaría la del otro.— Continuó con melancolía.

Observó sus manos temblorosas con las emociones a flor de piel.

—Pero no puedo quedarme sin contarte tantas cosas.— Continuó angustiada. —Aquella vez, antes de reprochar tu ausencia.. quise decirte cuánto significabas para mí. Que sin ti a mi lado, me sentía completamente sola.

Finalmente tenía la oportunidad de transmitir lo que su alma ansiaba desahogar desde lo sucedido. Acarició la fría piedra como si de esa forma pudiera alcanzar el calor de sus recuerdos juntos, ahora mismo su único consuelo.

𝐒𝐭𝐚𝐲 𝐖𝐢𝐭𝐡 𝐌𝐞 || ᴶʲᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora