Capítulo 38

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ACT ONE
(Un cambio)

ACT ONE (Un cambio)

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Días después, Yuuko continuaba asistiendo a los entrenamientos de Yu y Nanami, aunque su mente parecía hallarse en otro sitio. No prestaba real atención a los movimientos de sus amigos, absorta en sus cavilaciones sobre el futuro cercano.

Sólo salía con ellos para evitar los encuentros que tanto temía con Satoru, después de tanto tiempo alejándolos. Ni siquiera sabía cómo volver a mirarlo a los ojos o pedir perdón por el daño causado con su distanciamiento.

Creía firmemente que él no merecía cargar con sus demonios. El dolor infringido era imperdonable.

Suspiró observando el vuelo libre de las aves sobre los árboles, deseando poder liberarse así de pesar eternamente.

Se mantenía al margen contemplando la cancha vacía, sumida en remordimientos y el miedo a arrastrar a Satoru de nuevo hacia las tinieblas que aún la rondaban.

Solo el tiempo diría si lograría perdonarse a sí misma y enfrentarlo para comenzar a enmendar lo quebrantado.

Aunque en el fondo anhelaba volver a sentir la calidez de un abrazo de Satoru, dudaba ser capaz de enfrentarlo, tras haberlo alejado por temor.

Las palabras de su hermano Toji resonaban en su mente. "Si hay algo que no te agrada, haz todo lo posible por cambiarlo". Mas sabía que su situación iba más allá de un capricho.

Tal vez toda su vida había sido demasiado egoísta con quienes la rodeaban, comenzando por Toji. Recordó con pesar cuánto él debió soportar dentro del clan Zenin, sólo por permanecer a su lado y enseñarle a valerse por sí misma.

Ella sabía muy bien cuáles eran los castigos que impartían, pues algunos también los sufrió. Aunque intuía que Toji enfrentó más penurias de las que jamás confesaría, sólo para no preocuparla y ayudarla a olvidar.

—¿Yun, quieres entrenar conmigo?— La suave voz de Yu sobresaltó a Yuuko, sacándola de sus meditaciones.

Le dedicó una cálida sonrisa tendiéndole la mano. Por un momento, su mente se quedó en blanco, pues no esperaba verse arrastrada de nuevo a la actividad. Pero negarse a esa mirada y sobrenombre era imposible.

Quizás moverse la ayudaría a frenar sus demonios interiores durante un rato.

—Está bien.— Aceptó suavemente, tomando la mano ofrecida para seguirlo hasta la zona de prácticas.

—Comenzaremos tranquilo, ¿te parece?— Propuso Yu con su alegría habitual.

—No soy una anciana, Yu.— Bromeó con una media sonrisa, echando un vistazo hacia abajo. Quizás el cambio de rutina la ayudara a despejar su mente.

𝐒𝐭𝐚𝐲 𝐖𝐢𝐭𝐡 𝐌𝐞 || ᴶʲᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora