Libro 1: Capitulo 24

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-Buona será, come ti chiami?...

-Mi chiamo Antonella...

-Piacere di conoscerla, mi chiamo Juliana.

-Juliana, mi può dire l'ora?

-Sono quattro e un quarto.

-Grazie. Quali sono i vostri piani per oggi?... -frente a la tienda pasó un Lamborghini rojo inconfundible- Juliana, quiali sono i vostri piani per oggi?... -insistió la profesora Rossellini.

-¿Perdón?... -se disculpó Juliana distraída.

Un par de minutos después, Valentina Carvajal entró en la tienda, desde la oficina, Antonella vio a través del cristal como la recién llegada y su alumna se comunicaban mediante miradas nada disimuladas.

-Hemos terminado por hoy... -dijo la profesora recogiendo sus carpetas y láminas.

-Discúlpeme profesora Rossellini, me he distraído por un momento...

-No te preocupes Juliana, estás agotada, nuestra sesión de hoy ha concluido...

-Muy bien... -suspiró con cansancio- Muchas gracias por su paciencia...

-No hay de qué, aprendes muy rápido...

Juliana sonrió y se puso de pie para despedir a la profesora de idiomas, abajo, pudo ver como Mauricio cerca de la recepción le impedía el paso a Valentina.

-Señorita fiscal... -intervino Lucia tocando amable y discretamente el brazo de Mauricio, su amigo le dedicó una mirada y desapareció entre los bastidores tras las pequeñas habitaciones que hacían las veces de almacenes.

-Valentina por favor, lo de fiscal no es necesario... -le pidió la ojiazul- Encantada Lucia...

-Muchísimo gusto... -le correspondió la rubia con una sonrisa sospechosa- No habíamos tenido la oportunidad de coincidir, pero he oído mucho hablar de ti...

-Lo mismo digo, he oído bastante de ti...

Lucia sonrió al tiempo que la invitaba a seguirla con un suave ademán. La fiscal subió las escaleras tras ella, y aun así, Lucia tuvo la certeza que los ojos de Valentina siempre habían estado puestos en Juliana, la mirada distraída de su amiga se lo aseguraba. Aguardaron en el pequeño balconcillo que hacía las veces de hall, y uno segundos después, la profesora Rossellini salió de la oficina, saludó a Valentina y se despidió de Lucia.

-Toda tuya...

-Eso espero... -comentó Valentina con una sonrisa retorcida.

Al entrar, cerró la puerta, aunque de nada le valdría sí buscaba privacidad, las paredes frontales de la oficina estaban hechas de cristal, de manera que estaban expuestas a la vista de todos los que estuvieran dentro de la tienda.

-Señorita Valdés... -la saludó inclinándose sobre el escritorio y besándola rápidamente en los labios.

-Señorita Carvajal ¿A qué debo el honor de su presencia?...

Valentina se sentó sonriendo en uno de los asientos frente a ella, mientras Juliana dominaba el lugar desde la sofisticada silla de aluminio y cuero, entre ellos, el escritorio no hacía más que estorbar.

-Quería verte...

Esa no fue la respuesta que esperaba, era demasiado simple y rudimentaria, pero a la vez perfecta, era justo lo que quería oír.

Valentina le sonrió mordiéndose los labios, silenciándola, seduciéndola.

-¿Los has hecho tú?... -le preguntó intrigada al ver un block con varios de sus bocetos hechos a lápiz.

Dulces Mentiras Amargas Verdades (Saga completa) Juliantina g!p adapt.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora