Libro 3: Capitulo 28

295 45 0
                                    

Apenas se abrió la puerta de la suite del hotel donde se estaban hospedando, Megan dejó de lado la Macbook bajó de la cama y corrió hasta su novio, quien ágilmente la atajó en el momento en que ella se le lanzó a sus brazos.

-¿Qué pasó?... -preguntó y la respuesta que obtuvo fue un beso vehemente por parte de Santiago, al que ella correspondió con las ganas que él despertaba.

El chico la mantenía segura, mientras Megan se aferraba con sus piernas a su cintura. La llevó a la cama y se dejaron caer sin ningún cuidado. Ambos rieron y las caricias empezaron a viajar por las pieles, sin dejarle tregua a sus bocas.

-No pretendo ser la primera en ver sus videítos... --a voz de Tessa se escapaba de la portátil.

Santiago y Megan pausaron los besos, las caricias y posaron sus miradas en la chica que estaba en la pantalla.

-Lo siento Tessa... En un rato seguimos hablando... -dijo Megan sonriendo algo sofocada por los besos y el excitante peso de su novio sobre su cuerpo.

-Esto no puede esperar Tessa... -expresó Santiago sonriente y cerró la Macbook, con ese simple movimiento desconectando a la amiga de su chica, para volver al ataque con sus besos y caricias.

Megan una vez más se entregaba a Santiago con todo lo que tenía. Con sus ganas y la experiencia que en cada encuentro con él adquiría. Poco a poco aumentaba esa necesidad casi enfermiza por sentirlo piel a piel, besos a beso. Beber la respiración de su dios del trueno y dejarle en la espalda las huellas del placer que él le brindaba, ese placer que llegaba a la cumbre en medio del orgasmo.

-¿No me has dicho cómo te fue en la reunión con tu papá y Valentina?... -preguntó acostada sobre el pecho de su novio, mientras con uno de sus dedos le bordeaba una tetilla.

-Bien... Valentina no termina de aceptar lo nuestro, pero hará el intento, mi padre quiere que sigamos viviendo juntos... -murmuró dejándose llevar por la maravillosa sensación que le regalaban las hebras de los cabellos de Megan a sus dedos.

-Santi... -la chica pensaba en las palabras precisas para que su novio la entendiera- Creo que es momento de que regrese a mi casa, no puedo quedarme a vivir en este hotel. Necesito afrontar a mi padre, él debe entender y aceptar mis sentimientos...

-¿Extrañas a tus padres?... -preguntó en un murmullo.

Megan asintió, pero también lo abrazaba demostrándole con ese gesto que quería a sus padres tanto como a él, tal vez en la misma medida, pero eran amores completamente distintos.

-Sí, los extraño, también extraño a Tyrion... Sé que mis padres, no son los más atentos, ni cariñosos, mucho menos los más comprensivos, pero en mí existe la necesidad de verlos. Quiero abrazar a mi madre, escucharla por teléfono no es suficiente...

-Te entiendo, sé que necesitas verlos. Cuando quieras te llevaré...

Megan elevó un poco la cabeza y buscó la mirada de Santiago.

-Podría ser ahora...

-¿Ahora?... -preguntó un poco sorprendido, porque no se había preparado para una despedida. Había planeado pasar la tarde juntos, aprovechar el día libre- Está bien, vamos a bañarnos... -Santiago sabía que, aunque quisiera tener a Megan a su lado, ella también necesitaba de su familia.

.

.

En el corazón de la isla de Manhattan, se encontraba un oasis que invitaba a cualquiera a escaparse de la gran urbe que la cobijaba. El Central Park con su gran variedad de vegetación y sus áreas de recreación era un poderoso imán para multitudes; personas en busca de distracción o descanso se concentraban en el maravilloso lugar.

Dulces Mentiras Amargas Verdades (Saga completa) Juliantina g!p adapt.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora