Libro 3: Capitulo 1

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Su imagen reflejada en el espejo de cuerpo entero, la mostraba con un traje femenino azul y camisa blanca. Ajustaba con movimientos estudiados y parcos de sus dedos, el nudo de la corbata de corte italiano roja escarlata.

 Ajustaba con movimientos estudiados y parcos de sus dedos, el nudo de la corbata de corte italiano roja escarlata

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Su rostro evidenciaba claramente que había disfrutado de sus vacaciones. Gracias a ese bronceado, sus ojos azules se veían más llamativos.

Mentalmente se preparaba para regresar a su rutina laboral colmada de directrices jurídicas, sin poder procesar aún en qué momento se le habían pasado las vacaciones.

En menos de cuarenta minutos debía encontrarse con el Fiscal General en el Palacio de Justicia y le tocaría readaptarse a sus días de incontables e impredecibles horas de trabajo.

Había sido realmente fácil acostumbrarse a despertar y encontrarse a Juliana a su lado, con los cabellos revueltos y su hermoso rostro iluminado por la luz de la mañana, pero lo que más le gustaba era escuchar su voz adormecida pidiéndole que le permitiera dormir un poco más.

Lo único que alimentaba su ansiedad por laborar, era que por fin trabajaría por entero en el caso de su madre. Anhelaba la hora del almuerzo, la que utilizaría como excusa para encontrarse con Luna, quien la pondría al día sobre la teoría del caso, y esperaba que su amigo ya le tuviese pruebas suficientes para empezar.

Al ver la corbata perfectamente recta, se alejó del espejo, salió del vestidor abotonándose el saco, mientras caminaba hacia la habitación, donde agarró el portafolio de aluminio que se encontraba sobre la cama.

Salió y desde el corredor pudo ver a Santiago servirse su infaltable café, que también la envolvió con su aroma.

-Quiero uno... -le pidió al tiempo que bajaba las escaleras aéreas con la mirada en su primo.

Santiago agarró otra taza de la alacena y le sirvió café sin alcaloide a Valentina, quien se mostraba mucho más relajada desde que había regresado de viaje. Definitivamente esas vacaciones habían sido verdaderamente milagrosas.

-¿Preparada para regresar al infierno?... -le preguntó Santiago con la mirada en su interlocutora, quien colocaba el portafolio sobre la barra.

-Estoy haciéndome a la idea... -le dio un sorbo a su café sin edulcorante. Le gustaba bien cargado, para que se llevara los rastros del sueño que aún estaban en ella.

La mirada de Santiago se aguzó al advertir un dije que sobresalía por el puño de la camisa de Valentina, y se acercó para poder apreciar el pequeño objeto metálico que representaba algún tipo de ave.

No había tenido la oportunidad de verlo antes, porque su adorada prima había retornado de su viaje el día anterior; como si no hubiese tenido suficiente de la diseñadora, decidió quedarse a pasar toda la tarde en el departamento de Juliana y no se dignó a aparecerse sino hasta altas horas de la noche, por lo que apenas le vio la cara.

Dulces Mentiras Amargas Verdades (Saga completa) Juliantina g!p adapt.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora