El auto clásico negro, se desplazaba al límite de la velocidad permitida por la panorámica carretera que bordeaba la costa californiana, hechizando con su belleza a quien tuviese la oportunidad de hacer el recorrido, la brisa se estrellaba contra el rostro de Valentina, mientras que el intenso sol le sacaba destellos a los lentes, con sus dedos tamborileaba el volante al ritmo de la batería de Time is running out de Muse y cantaba en voz baja para no despertar a Juliana, quien iba dormida en el asiento trasero del vehículo.
La noche anterior habían visitado un local en Los Ángeles; aunque la pasaron muy bien, tuvo que controlar sus impulsos de romperle la cara a dos hombres que intentaron seducir a Juliana, mientras se encontraba en la tarima cantando el tema que tanto quería e iba vestida de cuero, recordar cómo se veía, era demasiado para la ojiazul, esa morena era definición de sensualidad e iba a fulminarla de un ataque al corazón y cómo si fuese poco su vestimenta, se lució en el escenario, no mostró nerviosismo en ningún momento, ese despliegue de seguridad y erotismo, lograron que su sed de ella la calcinara, por lo que apenas bajó la tomó de la mano y en el baño de mujeres tuvieron sexo, como si fuesen unas adolescentes que no podían controlar el arrebato sexual, y en medio de arremetidas y besos voraces, la felicitó por la presentación y cumpleaños.
Juliana se sorprendió porque pensaba que Valentina lo había olvidado; si bien no le había hecho el regalo oficial, sí pensaba hacerlo, solo estaba esperando el momento apropiado para entregárselo, aún le quedaba toda la tarde para hacerlo.
Iban camino a la playa Rincón en Santa Barbará que también contaba con olas perfectas, ya que al llegar a playa Malibú en Los Ángeles, esta se encontraba a reventar, y como pensaba enseñarle a surfear a Juliana no iba a poder hacerlo con tantas personas alrededor porque la morena no lograría concentrarse.
Estaban por llegar y miró a través del retrovisor a Juliana, se encontraba de espaldas y una sonrisa curvó sus labios al ver que la minifalda de jeans se le había subido, dejándole al descubierto el trasero enfundado por la tanga fucsia del traje de baño.
Estiró la mano y agarró la cámara que iba en el asiento del copiloto, donde la había dejado Juliana antes de decidir dormir unos minutos, sin enfocar, solo agarrándola como podía, ya que tampoco detenía el auto, le hizo un par de fotografías al culo de la morena, para después regresar la cámara al asiento.
-Despierta Scarlet, que no estamos en Tokio... -le dijo Valentina nalgueándola suavemente, refiriéndose a la toma del trasero de la actriz Scarlett Johansson en el film Perdidos en Tokio, que la lanzó a la fama.
-Solo un poco más, Val... -le suplicó apenas removiéndose en el asiento.
-Despierta y deja de soñar que estamos cogiendo, hasta dormida me pides más, vas a acabar con mi vida...
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Dulces Mentiras Amargas Verdades (Saga completa) Juliantina g!p adapt.
De TodoLa directora de una prestigiosa firma de abogados y exitosa fiscal del distrito de Manhattan Valentina Carvajal, vive sin restricciones, experimentada, aventurera, apasionada e intensa. No le gustan los compromisos y se verá envuelta en una explosió...