Libro 1: Capitulo 14

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Una  hermosa espalda  desnuda ascendía y descendía acompasada por la calma respiración del sueño tranquilo, y un brazo flaco pero fuerte descansaba sobre una línea dorsal delicada, más abajo, una torneada pierna reposaba dominante sobre un llamativo trasero. Sus rostros lucían serenos y parecían estar plácidamente sumergidos en el más profundo de los sueños. Recuperando las energías consumidas después de haber hecho un derroche con sus cuerpos enredados, en dos oportunidades durante la madrugada y parte de la mañana.

 Recuperando las energías consumidas después de haber hecho un derroche con sus cuerpos enredados, en dos oportunidades durante la madrugada y parte de la mañana

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-¡Juliana! ¡Juliana! ¿Estás en casa?... -la estridente voz de Lucia, resonó demasiado animada desde algún lugar en el apartamento.

Juliana escuchó la voz lejana que se acercaba cada vez más a medida que la sacaba del sueño placentero en el que se encontraba. Sus parpados se abrieron poco a poco y se despertó con una deliciosa sensación de irrealidad, se pasó las manos por el cabello, parpadeando varias veces dejó que sus ojos recorrieran la blanca pierna que la apresaba con tanta posesión, que odiaba admitir que le encantaba como se sentía aquel peso sobre su trasero. Dios, la mujer estaba monumentalmente buena, las cobijas apenas si la cubrían y toda esa piel latina se extendía cálida y tentadora frente a sus ojos.

-¡Mierda!... -exclamó sorprendida. Se incorporó con violencia, haciendo que sus cabellos se agitaran con energía y le cubrieran el rostro. Los pasos de su amiga aproximándose a su habitación hicieron que entrara en pánico.

-Valentina... Valentina, levántate... -le pidió en susurros, pero la ojiazul en medio del sueño sólo le llevó el brazo al torso obligándola a acostarse nuevamente- ¡Qué te levantes!...

-¿Qué pasa?... -preguntó Valentina. Quejándose con un sensual ronroneó la pegó aún más contra su cuerpo. Apenas abriendo sus azules ojos.

-Corre... Lucia, mi amiga... escóndete... -La instó halándola por una mano- Esa puerta de ahí es el armario...

-¿Ahora soy un adolescente? ¿Qué no eras suficientemente madura? ¿Una mujer dueña de sus actos?... -decía la ojiazul aún adormecida- Ni de mierda voy a saltar desnuda por la ventana...

Valentina entrecerró sus preciosos ojos mirándola con sospecha y desaprobación. Sí, la estaba llamando absurda cobarde con una sola mirada, pero justo en ese momento le importaba un pepino. Responder incomodas preguntas de Lucia implicaba que ella misma se detuviera a pensar en el asunto, y sabía que su línea de pensamiento la llevaría inevitablemente a un lugar al que no quería ir.

-Cállate y escóndete... -ordenó empujándola con las manos hacia el armario.

-¿Y por qué lo haría?... -La cuestionó- ¿Qué me darás para que obedezca?...

Juliana arqueó una ceja.

-¿Una patada entre las piernas?...

Valentina le sonrió mordiéndose los labios.

—No creo que eso me motive mucho a mantenerme quitecita... -le dijo antes de girarse y abalanzarse contra ella, pegándola a una pared- ¿Al menos obtendré luego una recompensa sí me porto bien?... -habló contra la piel de su cuello, rotando la pelvis contra ella.

Dulces Mentiras Amargas Verdades (Saga completa) Juliantina g!p adapt.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora