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➤ A Man Without Love | Steven Grant

Steven Grant x Reader

Steven recordaba las veces que abría los ojos y simplemente se sentía solo.
No le gustaba la mera sensación de sentirse de esa manera, pero era lo que—pensaba él— estaba predestinado.
Siempre lo primero que hacía al levantarse de la cama era mirar a la nada misma, contemplando lo rutinario que se volvía su vida.

Nunca creyó en si que eso cambiaría.

"Every day I wake up, then I start to break up, Lonely is a man without love"

Resonaba por los parlantes del restaurante donde había perdido aquella cita. La verdad, que no le impresionaba el hecho que la mujer no quisiera estar con él, pero el simple sentimiento de soledad lo quebró por completo.
Se levantó de su silla y empezó a caminar hacia el mostrador para poder pagar su cena e irse ya de ahí.
Cuando tocó la campanilla, nadie le hizo caso. Oh, lo que faltaba. Pero cuando vió al rededor de ese espacio, vió a una mujer con audífonos, golpeando con sus dedos la mesa en donde estaba ella.
Él la miró detenidamente. Parecía como si estuviera en su propio mundo. Parecía feliz.

Oh, qué envidia.

—Eemm...disculpe...—. Steven trató de llamar la atención de la muchacha, volviendo a tocar la campana. Ahí, la mujer levantó la vista y lo pudo observar.

—Oh! Lo siento muchísimo!—. Se disculpó con nerviosismo mientras se sacaba los audífonos y los dejaba en la mesa.
Ella se puso de pie torpemente y fué a dónde Steven estaba.

—Siento si te hice esperar. Cómo no había nadie más, supuse que podía...ya sabes, disfrutar de la música un rato. Veo que me equivoqué —. Sonrío ligeramente, mientras buscaba la libreta y una lapicera entre el mostrador—. Dime, ¿Que necesita?

Steven, sintiendo un nudo en el estómago, trató de reunir el coraje para hablar. Su nerviosismo era palpable, y se pasó una mano por el cabello, despeinándolo aún más.

—Ah, eh... solo quería pagar mi cena—dijo, siendo su voz apenas un murmullo.

La mujer lo miró con ojos brillantes y una sonrisa que parecía iluminar la habitación. Había algo en su energía que lo hacía sentirse un poco más tranquilo, aunque aún torpe y fuera de lugar.

—Claro, eso es fácil—dijo ella, tomando el ticket y anotando el total en su libreta—. ¿Tuviste una buena cena?

Steven dudó un momento antes de responder, su mente aún revolvía la decepción de la noche.