➤ BICAMPEONES | Moonboys

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Moonboys x Tu
Nota: Eres argentina, pa.

Ambos habían llegado un poco tarde esa noche

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Ambos habían llegado un poco tarde esa noche. El trabajo los había retrasado, y a pesar de que el partido también lo había hecho, debido a los problemas que hubo al ingresar a los hinchas, igualmente habían llegado un poco tarde. Ya iban veinte minutos de partido, y estaban preocupados por si se habían perdido de algo. En realidad, más tú. Los chicos no les interesaba mucho el fútbol, pero como se trataba de Argentina, tu país de origen, se impacientaban contigo.

—La organización es una reverenda poronga—. Comentaste desde el asiento acompañante del taxi de Jake, escuchando la transmisión de radio sobre lo que pasaba en el estadio—. Personas entran sin boletos, golpean gente, empujan y hasta sacan armas. ¿Que mierda pasa en este mundo?

Jake, que conducía negó con la cabeza, claramente indignado.

La gente es así, una mierda. Pero ya enserio, ¿Niños llorando y nadie hace nada? Dios, es literalmente un infierno.

—Para colmo, las entradas no son nada baratas. Tres mil dólares cada una. Toma pa' vos—. Añadiste.

No manches, ¿Que putas les pasa?

— Ni me lo preguntes, Amor. La gente está mal.

Cuando ingresaron al departamento, lo primero que hicieron fue prender la televisión e ir a la transmisión en vivo. El partido se jugaba en Estados Unidos, así que la TV de ahí también transmitía el juego. Cuando ambos vieron que el marcador marcaba aún cero a cero, suspiraron aliviados.

No nos perdimos de nada —Suspiró Marc, que estaba en control ese día.

Y menos mal, si no, la dama iba a tirar la mesa por la ventana —comentó Jake en el espacio mental.

No exageres, Jake... aunque creo que sí es un poco capaz de eso... —respondió Steven, algo nervioso mientras jugaba con sus manos.

Marc revoleó los ojos con una sonrisa, a la vez que se acercaba a ti y tomaba asiento al lado tuyo mientras tú aún mirabas la pantalla. Estabas muy concentrada; era obvio que querías ver el partido.

Jugaba Argentina vs. Colombia por la Copa América. Tú eras argentina.

El primer tiempo avanzaba sin goles, y cada pase y jugada te mantenía al borde del asiento. Los chicos intentaban comprender tu pasión por el deporte, aunque para ellos fuera algo ajeno. Marc, debido a su no tan fuerte fanatismo al fútbol, decidió relajarse y disfrutar de tu compañía, aunque no entendiera del todo el frenesí.

—Vamo' Messi carajo—murmuraste con los ojos fijos en la pantalla.

Steven, te miraba con una mezcla de curiosidad y ternura. Estaba fascinado por la forma en que te involucrabas emocionalmente en cada jugada, aunque él mismo no tuviera mucho interés en el resultado.

¿Por qué es tan importante este partido? —preguntó Steven, con genuina curiosidad, tomando el control.

—Sos joda? La copa américa algo muy importante! Además, no es cualquiera—Señalaste a la pantalla—. Este es el último partido de Nuestro Angelito Di María, esto debe ser perfecto—. Le explicaste con una seriedad que transmitía que enserio te interesaba aquel deporte. De la nada, un acontecimiento sacó tu atención de tu pareja, que te hizo girar para mirar la pantalla.

¿Ese es Lionel?—. Preguntó Steven, señalando como él futbolista estaba en el suelo, adolorido.

—¡QUIÉN FUÉ EL HIJO DE PUTA!—. Exclamaste indignada, parándote de tu asiento—¡CON MESSI NO, CARAJO, QUE LES ROMPO LA JETA!

A Steven se le heló la sangre. Nunca te había visto así de eufórica como ahora, claro, el sabía que tenías un apego a la selección, pero no para tanto. Debido a esto, Jake tomó el control y sonrío hacia ti. No sabía porque, pero le parecias bastante sexy cuando te enojas así.

Mami, tranquila. Guarde ese enojo para otro día. Ahora está viendo esto y no tiene porque enojarse, va? Siéntese y deje que la abrace.

Tu, lo miraste y suspiraste con una sonrisa en tus labios. Luego te volviste a sentar a su lado, dejando que el te rodee con sus brazos.
Ambos siguieron mirando el partido y vieron como cada vez que la selección se acercaba al arco, no podían anotar un gol. Los colombianos eran buenos, eso lo sabían, eran dignos rivales.

Pero, a pesar de eso, tus esperanzas seguían en pie. Iban a ganar, lo sentías.
Tus ojos seguían fijos en la pantalla, mirando con atención cada movimiento del equipo argentino. El ambiente en la sala estaba tenso, y los chicos, aunque no compartían tu pasión, empezaron a sentir la gravedad del momento a través de tu reacción.

Finalmente, el partido avanzó con Argentina defendiendo ferozmente su posición. Con cada pase y cada tiro, contenías la respiración y tus emociones fluctuaban entre la esperanza y la desesperación.

Y entonces, en los últimos minutos del partido, un tiro preciso de Lautaro Martínez atravesó la defensa colombiana y entró en la portería. El estadio, y tu departamento, estallaron en gritos de alegría.

—¡GOL, CARAJO! ¡VAMOO' TORO, TE CHUPO LA PIJA!—gritaste, saltando del sofá y abrazando a Jake con fuerza.

¡ESO ES! —respondió Jake, sonriendo ampliamente mientras te sostenía— ¿Espera que dijo?

—Nada, mi amor.

Cuando el árbitro señaló el final del partido, celebraste con una euforia desbordante.
Luego, se llevó a cabo la entrega de premios. Y obvio, sin olvidar la despedida de Di María. Todos los hinchas argentinos agitaron las camisetas en modo de saludo, deseando al futbolista un buen camino.
Obviamente esto te hizo llorar un poco.

Pero bueno, Argentina era bicampeona de la Copa América y ahora nadie podía decir nada al respecto.

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DALE CAMPEÓN, DALE CAMPEÓN!
VAMO' ARGENTINA, CARAJOOOO!!!

Arhe. Bueno, somos bicampeones, gente bella.

 Bueno, somos bicampeones, gente bella

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Soy ese.

Soy ese

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𝙈𝙊𝙊𝙉𝙆𝙉𝙄𝙂𝙃𝙏-𝙊𝙉𝙀 𝙎𝙃𝙊𝙏𝙎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora