Moonboys x reader Advertencia: Mención de autolesion pasada, cicatrices, angustia, ellos siendo un amor.
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Miraste tu reflejo de pie frente al espejo.
Tus ojos recorrieron tu sedosa piel centímetro a centímetro, divisando aquellas cicatrices que estaban tatuadas a tu ser. Hacía mucho que habías superado aquellos malos hábitos, pero de igual forma-e inexplicablemente- aún sentías la vergüenza y la impotencia al verte a ti misma.
Tus desnudos dedos se posaron en tus brazos, trazando caminos desde tu muñeca hasta la mitad de tu antebrazo.
¿Por qué te preocupabas tanto? Hacía mucho que no tenías estás crisis. No te molestaba el hecho pero...¿Por qué justo ahora?
Oíste la puerta abrirse con suavidad a tus espaldas, dejándote ver el rostro de Steven asomarse con curiosidad desde el reflejo del espejo.
-¿Todo bien, Mon Amour?-. Preguntó Steven, entrando a tu habitación del salon en dónde se quedaban, vistiendo de un traje que, Dios, le quedaba demasiado bien. Tú por otro lado, no te giraste. Aún así, pudo distinguir tu sonrisa.
-Sabes que es de mala suerte ver a la novia antes de la ceremonia, ¿Cierto?-. Dijiste, acomodando el broche de tu cabello.
Steven sonrío y se acercó a ti, rodeando tu cintura sin vergüenza. De inmediato supiste que no se trataba de tu Steven con V.
-Si, lo sabemos. Pero andaba de nervioso y no pude decirle que no para ir a verte-. Respondió Marc en el control con una sonrisa, para luego besar tu cuello con suavidad -. Pero me sorprende que no tengas tu vestido puesto. Dime, ¿Te preocupa algo?
Te volviste a mirar al espejo. Te miraste de arriba a abajo. Aún tenías la ropa con la que habías llegado a tu cuarto. Volviste a mirar tus brazos, mejor dicho, a esas marcas que tanto te avergüenza mostrar y tanto te cuesta ocultar. Al ver tus ojos moviéndose por todo tu cuerpo, Marc supo casi de inmediato la causa de tu inquietud.
-Hey...-. Te susurró y con una gentileza similar a un toque de un petalo de rosa, tomó tus manos con las suyas, con su palma apoyada en el dorso de la tuya, dejando ver tus muñecas y antebrazos. Y ahí, las marcas se mostraron ante sus ojos y los tuyos. No era novedad verlas para Marc, Steven y Jake. Ya sabían de la existencia de estás desde el primer momento que te conocieron y sabían el conflicto que te generaba siquiera verlas. Sus manos bajaron a tus muñecas y empezó a acariciarlas. Sus pulgares formaban círculos constantes en aquel lugar, logrando calmarte de cierto modo. Marc siempre fué el que tenía ese toque especial en ti. Él era tan callado, pero sus caricias simplemente podrían decir mil y un palabras. Desde que te conoció y se enamoró, ha amado todo de ti. Absolutamente todo. Lo mismo pasaba con los otros dos restantes. Cada uno tenía su forma de amarte.
