Imagina que vas al Museo y conoces a un vendedor amigable de una tienda de regalos
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Mientras paseabas por el museo, tu atención se desvió hacia la tienda de regalos.
Curiosa, te acercaste, explorando los artículos en la tienda. El chico te miró y te saludó con una sonrisa cálida.
-Hola-. Hizo un ademán con la mano-. ¿Puedo ayudarte a encontrar algo? -. Preguntó acercándose al mostrador.
-Solo estoy mirando, gracias -respondiste, devolviéndole la sonrisa. Tomaste una bolsa de gomitas con forma de escorpión y la observaste con interés-. Estos se ven... interesantes.
Él frunció el ceño ligeramente, pero aún mantenía su expresión amigable.
-Ah, las gomitas de escorpión -dijo, tomando una bolsa de la canasta-. No tienen mucho que ver con Egipto, para ser honesto. En la antigüedad, los egipcios solían comer cosas como higos y dátiles. No estas... gomitas -hizo una mueca divertida.
Te reíste suavemente, encontrando su honestidad agradable.
-Tienes razón, no parecen muy auténticos -admitiste, devolviendo la bolsa a su lugar-. Entonces, ¿qué recomendarías?
Él te miró con interés, claramente disfrutando de la conversación. Nunca nadie le había preguntado eso. Le emocionó muchísimo.
-Bueno, si te gustan los souvenirs más auténticos, te sugeriría estas reproducciones de antiguos amuletos egipcios -señaló hacia una vitrina-. O quizás estos libros sobre la mitología egipcia. Son bastante fascinantes.
Mientras te mostraba los diferentes artículos, se detuvo un momento y te miró con una sonrisa.
-Oh, por cierto, mi nombre es Steven... con V. A veces lo escriben mal, ya sabes, con ph... pero no, es con V.
-Aunque creo que ya lo sabes, después de todo, tengo este plástico con mi nombre aquí-.Señaló su placa del trabajo que estaba enganchada a su camisa.
Te reíste de nuevo, apreciando su peculiaridad.
-No, la verdad que no ví esa cosa. De igual forma, encantada de conocerte, Steven con V. Yo soy___-.Respondiste con una sonrisa-. Oh, y gracias por la recomendación.
Pasaron varios minutos más conversando sobre los diferentes artículos y la historia egipcia. Te sorprendió lo apasionado y conocedor que era sobre el tema. Te comento también que soñaba con ser guía turístico. Sus conocimientos y entusiasmo eran inmensos y tú le dijiste que podría serlo porque en serio pensabas que con su potencial podría hacer grandes cosas. Era obvio que amaba su trabajo y disfrutaba compartir su conocimiento con los visitantes. O por lo menos hasta que su jefa, Donna, no lo reprendía.
Al final, terminaste comprando un pequeño amuleto y un libro sobre mitología egipcia.
-Ha sido un placer conocerte, Steven -dijiste, sonriendo, mientras agarrabas la bolsa que estaba en el mostrador para irte alejando un poco-. Gracias por tu ayuda.
Steven te devolvió la sonrisa y juraste ver un brillo encantador en sus ojos.
-Oh, el placer ha sido mío. Espero verte de nuevo por aquí. ¡Y no olvides leer ese libro!
Asentiste, levantando el libro ligeramente.
-Definitivamente lo haré. Hasta pronto, Steven con V.
-¡Hasta pronto! -respondió, despidiéndose con una mano mientras te dirigías a la salida.