𝙈𝙊𝙊𝙉𝙆𝙉𝙄𝙂𝙃𝙏-𝙊𝙉𝙀 𝙎𝙃𝙊𝙏𝙎

🌌002🌌

"¡No me pondré los malditos lentes, mujer!"

-Marc Spector.

.

.

La calidez de la cocina llenaba el departamento mientras cocinabas la cena tranquilamente.

El suave sonido del burbujeo de la salsa en la olla y el crujido de los vegetales en el sartén creaban una sinfonía casera. Todo estaba en calma, una paz que rara vez se encontraba en la caótica vida que compartías con tus chicos.

Desde la sala, escuchaste un quejido de parte de Marc. Te giraste para verlo sentado en el sofá, con unos papeles en la mano y los ojos achinados, claramente esforzándose por leer.

-¿Todo bien, cariño?-preguntaste con curiosidad.

-No veo bien las letras de este maldito escrito-murmuró Marc, frunciendo el ceño.

No pudiste evitar reírte suavemente. Te acercaste a él, secándote las manos en el delantal.

-¿Por qué no te pones los lentes, Marc? Sabes que Steven no puede leer sin ellos y probablemente tú también los necesites. Después de todo, comparten cuerpo.

Marc soltó un bufido. Acababas de herir su orgullo.

-No necesito esos lentes. Puedo leer perfectamente bien sin ellos.

Steven, en el reflejo del espejo cercano, levantó una ceja y se dirigió a Marc con su tono usualmente calmado.

-Vamos, Marc. No es un problema. Sólo póntelos.

Marc se cruzó de brazos, mirando el reflejo de Steven con terquedad.

-No necesito los lentes, Steven. ¡Puedo leer sin ellos!

Tú insististe una vez más, con paciencia.

-Marc, por favor, sólo póntelos. No tiene sentido forzar tu vista así.

Fue entonces cuando Marc, con un tono irritado, te respondió.

-¡No necesito los lentes, mujer! ¿No entiendes?

Te quedaste en silencio por un momento, sorprendida por su brusquedad.
No solías enojarte, pero su actitud y tono te molestaron. Respiraste hondo, tratando de calmarte, pero al mirarlo de nuevo, la ira latente salió a flote.

-¡Marc Spector, ponte esos lentes ahora mismo!-dijiste con firmeza, tus ojos chispeando de enfado.

Marc se quedó helado, nunca había visto esa expresión en tu rostro. Sus ojos se abrieron un poco más y, sin decir una palabra, tomó los lentes que estaban sobre la mesa y se los puso.

El silencio se hizo más pesado por un momento, hasta que Marc, con sorpresa, murmuró.

-Perdón, no quise gritarte. Es sólo que... no quiero admitir que los necesito.

Te acercaste, suavizando tu expresión, y te sentaste a su lado.

-Está bien, Marc. Todos necesitamos ayuda a veces. No hay nada de malo en eso. Además-añadiste con una sonrisa-te ves muy bien con ellos.

Marc sonrió levemente, relajándose un poco. Steven, desde el espejo, asintió con aprobación.

-Gracias-dijo Marc en voz baja, apretando suavemente tu mano-. A veces olvido lo afortunado que soy de tenerte.

Le devolviste la sonrisa, sintiendo que la tensión se disipaba.

-Y yo soy afortunada de tenerte a ti, con lentes y todo.

Con una risa compartida, el momento de tensión pasó, y la calidez del hogar regresó, un recordatorio de que, a pesar de los desafíos y las diferencias, el amor y la comprensión siempre prevalecían.