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"Yo soy torpe, ella es preciosa, yo soy un aburrido sin remedio y ella es fascinante hasta el infinito. Si las personas fueran lluvia, yo sería llovizna y ella, un huracán"

-Steven Grant

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Steven estaba reorganizando las estanterías de la tienda de regalos cuando captaste su atención. Bueno, en realidad, desde el principio habías logrado eso. Cada vez que pasabas, cada vez que te acercabas a la tienda, él no podía evitar verte de una manera boba y nerviosa. No podía dejar de jugar con sus manos al solo pensar que le estabas dirigiendo la palabra. A pesar de haber aceptado sus sentimientos hace ya tiempo, no tenía el valor para confesártelos.

Ahora, él te observaba desde su lugar mientras dabas un recorrido con un grupo escolar, con una cara de enamorado que se notaba desde China.

Ay, crecen tan rápido, estoy orgulloso —comentó Jake desde el reflejo de la vidriera. A cuenta del comentario, Steven dio un salto.

¿Y ahora qué te pasa? —preguntó Steven, tomando la canasta de las gomitas de escorpión que estaban a su izquierda para llevarlas a otro lado.

No, más bien, ¿qué te pasa a ti? —interrumpió Marc, también en el reflejo con las manos en su cintura—. Estuviste viendo a ___ durante toda la mañana.

Steven se sonrojó, mirando hacia el suelo.

Es que... ella es simplemente increíble, ¿sabes? —murmuró, sintiendo un nudo en la garganta.

Marc suspiró, tratando de ser paciente.

Steven, tienes que decírselo. No puedes seguir viéndola de esa forma. Pareces un pervertido.

Jake se rió entre dientes, disfrutando de la incomodidad de Steven.

Que pendejo, pero Marc tiene razón. ¿Qué es lo peor que podría pasar? ¿Ponerte una perimetral por acoso?—Bromeó Jake para luego soltar una carcajada.

Steven miró nuevamente hacia donde estabas, observándote dar el recorrido con los niños. Te movías con gracia y hermosura, capturando la atención de todos con tus historias.

Steven respiró hondo, sintiendo el peso de la decisión que tenía que tomar. Se giró hacia el reflejo, donde Marc y Jake lo miraban expectantes.

—"Yo... no sé si pueda. Yo soy torpe, ella es preciosa, yo soy un aburrido sin remedio y ella es fascinante hasta el infinito. Si las personas fueran lluvia, yo sería llovizna y ella, un huracán" es inalcanzable para alguien como yo...ella es tan...especial—dijo Steven, su voz cargada de amor.

Ay, no mame.

Marc negó con la cabeza, pero con una sonrisa comprensiva.

Justo por eso deberías hacerlo. Ella puede ser el huracán que necesitas en tu vida.

Jake asintió, por una vez en acuerdo con Marc.

Sí, Steven. Date una oportunidad. Tienes más que ganar que perder, eso creo.

Steven se quedó en silencio por un momento, mirando tu figura a lo lejos. Finalmente, asintió para sí mismo, decidido a intentarlo. Dejó la canasta de gomitas en el mostrador y salió de la tienda de regalos, caminando hacia ti con el corazón latiendo con fuerza.
Cada paso, cada mirar hacia ti lo hacía poner más nervioso. Tragó el nudo de su garganta, dispuesto a hacerlo, de confesarse.
Marc y Jake lo miraban para apoyarlo de alguna forma.

—¿'Tas seguro que lo logrará?—. Preguntó Jake, viendo hacia Marc. Él lo miró antes de responder.

Vamos, Jake. Steven ya ha hecho cosas mucho peores a estas, no es que se arrepienta estando así de cerca.

De repente, Steven se detuvo en seco. Giró sobre sus talones y caminó rápidamente de regreso.

—¡Mierda, no puedo hacerlo!—. Susurró, yéndose rápidamente hacia el pasillo que llevaba al baño.
Se había arrepentido de hacerlo.

Marc suspiró frustrado.

— ¡JA! Que pendejo, sabía que no lo haría.

𝙈𝙊𝙊𝙉𝙆𝙉𝙄𝙂𝙃𝙏-𝙊𝙉𝙀 𝙎𝙃𝙊𝙏𝙎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora