¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Poe Dameron x Reader
. . .
El reloj marcaba las dos de la madrugada cuando Poe Dameron finalmente llegó a casa después de una misión agotadora. La base estaba en silencio, sus pasillos vacíos y las luces tenues, señalando que la mayoría de los miembros de la Resistencia ya estaban dormidos.
Poe abrió la puerta de su habitación con cuidado, queriendo evitar cualquier ruido que pudiera despertarte. Al entrar, su mirada se posó en la cama y una sonrisa se dibujó en su rostro. Allí estabas tú, dormida profundamente, envuelta en su chaqueta de piloto. La chaqueta te quedaba grande, pero te daba un aire adorablemente reconfortante.
Cerró la puerta suavemente y se acercó a la cama, tratando de no hacer ningún ruido. Se inclinó para quitarse las botas y dejó caer su equipo en el suelo con delicadeza. Sin embargo, a pesar de todos sus esfuerzos, el sonido de sus movimientos te despertó.
-Poe...-murmuraste, abriendo los ojos lentamente y parpadeando para adaptarte a la oscuridad.
-Shh, lo siento-susurró él, acercándose y sentándose en el borde de la cama-. No quería despertarte.
Te incorporaste ligeramente, frotándote los ojos y sonriendo al verlo.
-No importa. Estoy feliz de que hayas vuelto. ¿Estás bien?
Poe asintió, su rostro mostrando una mezcla de cansancio y alivio.
-Sí, estoy bien. Solo un poco cansado. ¿Por qué llevas mi chaqueta?
Sonreíste y te encogiste de hombros.
-Me hace sentir cerca de ti cuando no estás aquí. Además, es muy cómoda.
Poe rió suavemente y se inclinó para besarte en la frente.
-Te queda mejor a ti que a mí-dijo, su voz suave y llena de ternura-. ¿Te importaría compartirla?
Te moviste hacia un lado, haciendo espacio para que Poe se recostara a tu lado. Él se deslizó bajo las sábanas y te envolvió en sus brazos, sintiendo la calidez de tu cuerpo junto al suyo. A pesar del cansancio, el simple acto de tenerte cerca le dio una nueva energía.
-Te extrañé-murmuraste, acurrucándote contra su pecho.
-Yo también te extrañé-respondió Poe, acariciando tu cabello con una mano-. Pensé en ti todo el tiempo. Eso me mantuvo enfocado.
Cerraste los ojos, sintiendo el latido constante de su corazón bajo tu oído. La presencia de Poe siempre te hacía sentir segura y completa.
-Prométeme que siempre volverás-dijiste en voz baja.
Poe se inclinó y besó tu cabello, su voz apenas un susurro en la oscuridad.
-Siempre volveré a ti. No importa lo que pase.
El silencio se instaló en la habitación, roto solo por la respiración tranquila de ambos. Poco a poco, el cansancio de la misión y la tranquilidad de estar juntos los llevaron al sueño.
Antes de que el sueño lo venciera por completo, Poe susurró:
-Te amo, más de lo que puedo expresar.
Sonreíste, sintiendo una paz profunda al escuchar esas palabras.
-Yo también te amo, Poe. Buenas noches.
Y con esa última declaración de amor, ambos se quedaron dormidos, envueltos en la calidez de la chaqueta de Poe y en el amor que compartían, sabiendo que, pase lo que pase, siempre se tendrían el uno al otro.
