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Todo era... borroso.
No recordaba lo que había pasado antes de sentirse así.
Lo único que podía distinguir era que estaba en una misión importante contigo. Khonshu les había ordenado "silenciar" a unos tipos en el otro lado de la ciudad por razones que no comprendía del todo. Habían conseguido dos cuartos en un hotel -obviamente no iban a dormir juntos- y estuvieron días intentando dar con el objetivo.
Pero ahora, y sin saber cómo, estaba recostado en una cama, con la cabeza doliéndole como si un elefante hubiera pasado encima de él.
Con su mano, Marc se sobó los ojos con fuerza. Estaba oscuro. Se destapó de un jalón. Estaba solamente en boxers.
¿Cómo había llegado ahí? ¿Dónde estaba? ¿Que paso ayer?
Puso un pie fuera de la cama y se dirigió hacia donde estaba la cortina. Caminó unos pasos y sintió la tela en sus dedos. La abrió de golpe, permitiendo que la luz inundara la habitación. La brillante claridad reveló el caos que reinaba en el lugar: ropa tirada por todo el suelo y todo hecho un desastre.
Su vista viajó hacia la cama. Estabas ahí, acostada boca abajo con el cabello hecho un lío y desnuda. La manta te cubría parcialmente, pero era suficiente para sobresaltarlo.
-¿Que mierda? -murmuró, incapaz de comprender la situación.
Eras simplemente su compañera de trabajo. ¿Qué hacías ahí?
Su mente se aceleró tratando de recordar los eventos que lo habían llevado a esa situación. La confusión lo invadía, mezclada con una creciente sensación de alarma. Te observó, tratando de decidir si debía despertarte o salir corriendo.
Pero justo antes de poder decidir entre esas dos, despertaste, volteandote para quedar con tu cabeza apuntando hacia el techo, aún con los entrecerrados.
-Ugh... Carajo-. Gruñiste, con la mano en tu cabeza, aún estando acostada. Luego tú vista se clavó en Marc quien estaba viéndote aún cerca de la ventana de pie
-¿Que haces en mi cuarto, Spector?-. Preguntaste sin comprender la situación-. Y porque estás sin...
No pudiste completar tu frase cuando tú mirada fué hacia tu propio cuerpo que ya hacía sin ropa, con solo siendo cubierto con la suave manta de la cama. Al notar esto, te asustaste y cubriste más tu figura.
-¿Cómo tú...? Yo... ¿cómo? -preguntaste, tratando de conectar tus recuerdos con lo que estaba pasando. Lo miraste una vez más y luego suspiraste-. ¿Recuerdas algo? -preguntaste, ahora tratando de mantener la calma.
-¿Que, tu no?
- Responde.
-¿Porqué debería decirte algo?-. Respondió más exaltado.
-O sea que no recuerdas...-.Dijiste poniendo tus manos en tu rostro-. Genial, lo único que me faltaba. ¿Qué mierda paso anoche?
Marc frunció el ceño mientras te daba la espalda para ir a por su ropa, mostrando su gran espalda llena de arañazos y marcas de uñas.
Eso te avergonzó por completo.
Cualquier cosa que haya pasado, ya tenías una idea de qué era.
-Recuerdo... que estábamos buscando a esos tipos en el bar -dijo Marc, mientras se vestía lentamente-. Habíamos pateado sus traseros luego de seguirlos. Luego...creo que luego entramos a tomar algo. Pero no recuerdo más allá de eso.
-Bueno, como estamos ahora, creo que es obvio lo que pasó -. Dijiste con ironía, sin dejar de cubrirte con la sabana.
- No me digas-. Te respondió con sarcasmo, terminando de cerrar el cierre de su pantalón.
Ambos se quedaron en silencio. Al observar el desorden esparcido por toda la habitación, la evidencia de lo que había ocurrido la noche anterior era más que suficiente para deducir lo sucedido.
-Marc -lo llamaste por su nombre, algo que no pasaba a menudo. Él se giró para verte.
-¿Mmm?
De la nada, una almohada voló hacia su rostro.
-¿¡Qué estás esperando, idiota!? ¿Una orden de desalojo? ¡Vete! -exclamaste enojada.
-Ah, sí, sí, claro, ya me voy -respondió él, dirigiéndose hacia la puerta-. Aaahmm...
-¡Vete ya!
Marc se detuvo un segundo, como si estuviera a punto de decir algo más, pero decidió no hacerlo. Salió rápidamente de la habitación, cerrando la puerta tras de sí.
Te quedaste ahí, respirando hondo, tratando de ordenar tus pensamientos. Todo se sentía tan irreal, como un sueño del que no podías despertar.
Te levantaste de la cama, envolviéndote con la sábana, y comenzaste a recoger tu ropa del suelo. Mientras lo hacías, trataste de recordar los eventos de la noche anterior. Fragmentos de conversaciones, risas y la pelea en el bar comenzaron a encajar en tu mente, pero aún había grandes lagunas.
Te sentaste en el borde de la cama, sosteniendo tu cabeza entre tus manos. El dolor de cabeza era insoportable, y la confusión solo lo empeoraba. Necesitabas respuestas, pero sobre todo, necesitabas un plan para enfrentar lo que vendría después.
Luego de haberte cambiado, oíste cómo la puerta de la habitación se abrió, revelando a un Marc aún nervioso, algo poco común en él. Marc, siempre tan duro y serio, rara vez mostraba signos de inquietud.
-El autobús hacia el centro llega en 15 minutos... ¿estás lista? -preguntó, con su mano detrás de su cuello.
Te giraste para verlo.
-Sí... sí, eso creo -respondiste, desviando la mirada. Aún era incómodo verlo después de lo que había pasado.
Marc se quedó en la puerta por un momento mientras te observaba. Luego asintió brevemente.
-Bien, te espero afuera -dijo, saliendo de la habitación.
Te quedaste unos segundos más en silencio, intentando calmar el torbellino de pensamientos en tu mente. Después de todo, tenías un trabajo que cumplir y dejar que la noche pasada te distrajera no era una opción.
Con un suspiro, terminaste de arreglarte y saliste al pasillo, donde Marc ya te esperaba.
-Vamos -dijiste, caminando hacia la salida sin mirarlo directamente.
Marc caminó a tu lado, ambos sumidos en un silencio tenso mientras se dirigían hacia la parada del autobús. Sabías que era inevitable olvidar eso y que eventualmente tendrían que hablar sobre lo que pasó, pero por ahora, solamente se encargarían de olvidar el: ¿Que pasó ayer?
