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🌌010🌌

"Si te tiran una puta piedra, demuestra que tú no eres igual y tírale un balazo"

-Jake Lockley

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El apartamento de Steven estaba en silencio cuando llegaste después del trabajo, pero el recuerdo de tu día seguía retumbando en tu mente.

El chico en tu oficina había sido especialmente molesto, lanzando bromas que te hicieron sentir incómoda. Me habías comentado esto a Steven y bueno, él también se preocupaba por ti.

Mientras te sentabas en el sofá, esperando que la tranquilidad te ayudara a olvidar el mal rato, Steven se acercó, preocupado.

—Deberías hablar con él, decirle que sus bromas te afectan —sugirió, algo angustiado.

—Lo sé, Steven. Pero...es complicado. Es alguien superior a mi, es de rango mayor. ¿Que pasa si me despide o algo así?

Pero antes de que pudieras recibir una respuesta de parte de él, notaste el cambio.

—¿Hablar? Chupame las malditas bolas—dijo Jake, estirando su cuerpo con una confianza que desbordaba peligro. — Si alguien te tira una puta piedra, demuestra que tú no eres igual y tírale un balazo.

Te reíste ante la respuesta extravagante de Jake, sabiendo que sus soluciones no eran precisamente las más convencionales.

Era difícil no hacerlo; él siempre te hacía reír. Sin embargo, la propuesta para nada era una broma.

—Jake, ¿en serio? —lo miraste con diversión. — No puedo ir por la vida disparando a la gente.

Jake se inclinó hacia ti, con una sonrisa traviesa.

—Pero yo si. Dime nombre y yo me encargo.

—¡Jake! —exclamaste, sintiendo una mezcla de risa y exasperación. — No quiero que hagas nada drástico. Solo quiero disfrutar la noche sin preocuparme de que alguien esté en peligro.

Jake te miró con una expresión más suave, su deseo de protegerte aún presente pero ahora acompañado de una aceptación de tus límites.

—Está bien, está bien —cedió ante tí.

— Pero si el tipo vuelve a molestarte, me aseguraré de darle una lección que no olvidará. Le tocará perder.

—Si, lo que digas, Jake Lockley.

Jake se sentó a tu lado en el sofá, envolviéndote en un abrazo cálido. Te mimó, acariciando tu cabello y besando suavemente tu frente.

Tu te acurrucaste más cerca, dejando que la tensión del día se desvaneciera bajo sus caricias.