Contexto: Steven y tú están esperando a un bebé y él no para de leer libros y de informarse por miedo a que algo malo pase.
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—Steven, cariño, ¿estás bien? —preguntaste suavemente, interrumpiendo su lectura.
Steven levantó la vista y cerró el libro lentamente, colocándolo en la mesa.
—Sí, sí, solo estaba revisando algunas cosas... ya sabes, por si acaso —respondió, tratando de sonar despreocupado, pero su voz temblaba ligeramente.
Agarraste una silla, la cual él tomó primero para poder ayudarte. Luego, te sentaste a su lado, tomando su mano y apretándola suavemente.
—Estás muy nervioso —dijiste con una sonrisa comprensiva—. Todo va a estar bien, Steven. El doctor dijo que todo está perfectamente normal.
—Lo sé, lo sé —dijo Steven, suspirando—. Pero no puedo evitar preocuparme. Quiero asegurarme de que tú y el bebé estén a salvo. ¿Y si algo sale mal? ¿Y si llega el momento y hay complicaciones? ¿Y si...?
Le pusiste un dedo en los labios, deteniéndolo antes de que pudiera seguir.
—Shhh... no pienses en eso. Estamos haciendo todo lo correcto. Estamos siguiendo todas las indicaciones del médico, y tú estás siendo el mejor futuro papá que podríamos pedir.
Steven te miró, y una pequeña sonrisa apareció en su rostro. Sabía que estabas en lo cierto, pero la preocupación aún estaba allí, profundamente arraigada.
—Gracias, Mon Amour...—dijo finalmente, apretando tu mano con más fuerza—. Pero solo quiero que todo sea perfecto para nosotros.
—Y lo será —respondiste suavemente, colocando su mano sobre la tuya, ambas descansando sobre tu vientre—. Nuestro bebé está bien, y lo estará. Además, no veo la hora de que podamos verlo.
Steven sonrió más ampliamente esta vez, y te miró con gratitud y amor. Sabía lo emocionada que estabas, y no quería arruinar esto. Él también estaba impaciente por poder ver por primera vez a su bebé, al igual que tú.
—Si...si, yo espero lo mismo.. —dijo, inclinándose para besar tu frente—. Te amo. A ti y a nuestro pequeño.
—Y nosotros te amamos a ti —respondiste, sintiendo una calidez en tu corazón.
