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Normalmente, nunca tenían una discusión tan fuerte como esta. Ustedes tenían desacuerdos, pero siempre los hablaban y resolvían. Sin embargo, Marc y Jake lo habían sacado de quicio y él descargó su frustración contigo. Recordaba las palabras que te dijo y el dolor que vio en tu rostro, y se estremecía del arrepentimiento.
Estabas ignorándolo y eso lo desesperaba. Intentaba de todo para que le hablaras: te preparó té, pero solo le dijiste "gracias". No querías ir a la cama y preferías dormir en el sofá, lo cual le impedía dormir, pues sin ti no era lo mismo. Steven pasaba las noches despierto, mirando el techo.
—Mon Amour, ¿estás despierta? —preguntó mientras se levantaba lentamente de la cama.
—Mh —. Respondiste.
Se acercó al sofá y se sentó en el suelo, a tu lado. Aunque estabas enojada, eso no te impedía cuidar de él.
—Lo siento por lo que dije... No lo decía en serio —dijo con su respiración acelerándose mientras intentaba encontrar las palabras para arreglar el desastre que había creado.
Steven se sobresaltó al sentir tu mano acariciar su mejilla. Se inclinó hacia ella y respiró hondo antes de continuar.
—Marc y Jake han estado peleando mucho últimamente y no se callan. Lo siento por habérmelo desquitado contigo.
Tomó tu mano y la sostuvo con fuerza, esperando a que hablaras.
—Acepto tu disculpa.
Marc Spector
Marc saldría del apartamento para calmarse y darte espacio.
Su tiempo fuera se alargaría de 30 minutos, a una hora, hasta dos horas. La culpa crecía en él, murmuraba para sí mismo y no se daba cuenta del tiempo hasta que eran las 2 de la madrugada. Se maldecía a sí mismo y volvía a casa, sabiendo que probablemente estarías dormida.
Pero no lo estabas.
Al abrir la puerta, te vio sentada en el sofá, con lágrimas rodando por tu rostro.
Deseaba que la tierra se lo tragara.
Se quitó la chaqueta y los zapatos, manteniendo el contacto visual contigo, y se sentó a tu lado. Nervioso, tomó tu mano entre las suyas y comenzó a llorar también.
Su cuerpo temblaba de tristeza mientras te miraba a los ojos, recordando escenas de la pelea. Apretaba el cojín del sofá para intentar calmarse.
—Perdóname —murmuraba una y otra vez. Se perdía en sus pensamientos hasta que sentía tu mano sobre la suya.
—Lo siento, amor. Siento todo lo que he hecho. Te hago preocupar todos los días y lo veo. No te merezco, no merezco nada de lo que me das —las lágrimas caían con más frecuencia—. Estoy tratando de ser el hombre que te mereces, estoy intentando con todas mis fuerzas y da miedo. Lo siento por toda la mierda que he hecho.
Lo jalaste hacia ti, permitiéndole llorar en tu pecho mientras le acariciabas la espalda para consolarlo.
—Te perdono.
Jake Lockley
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Jake se cerraría completamente, dejando que uno de los otros tomara el control y te consolara.
No saldría durante semanas.
Marc y Steven tratarían de hacerlo salir, y cuando lo lograban, él simplemente se iba sin decirte una palabra. Cuando volvía, te encontraba durmiendo en el sofá, de espaldas a la puerta.
Te levantaba con cuidado, asegurándose de no despertarte, y te llevaba a la cama, cubriéndote con el edredón y las mantas. Luego, se iba a dormir al sofá.
A la mañana siguiente, despertaba con un café que tú le ofrecías. Intentaba que Steven o Marc tomaran el control, pero ellos se negaban, diciéndole que debía arreglar esto él mismo.
—¿Tratando de huir? —sonreías, tratando de aligerar el ambiente. Él daba un ligero murmullo y tomaba el café de tus manos, colocándolo en la mesa.
—Lo siento, Mi dama —susurró y dio unas palmaditas en el espacio a su lado, que tomaste con cierta vacilación—. He estao bajo mucho estrés —estaba demasiado nervioso para mirarte a los ojos, la culpa lo estaba consumiendo—. Ya tenía que proteger a los dos pendejos, y creo que la idea de no poder protegerte a ti también me estaba afectando.
Le tomaste la cara entre tus manos y acariciaste suavemente sus mejillas.
