Muggle's (parte 3)

612 61 5
                                    

  No sabía muy bien por qué pero allí estaba otra vez. El calor del local calentó sus huesos mientras cruzaba la puerta. El sonido de la música llegó al instante y se le escapó una sonrisa inevitable. Le buscó con la mirada y lo encontró en el mismo sitio que el día anterior, sentado al piano, con la camisa remangada. Intercambiaba melodías con el trompetista afroamericano mientras el público se volvía loco. La canción era preciosa, tenía un ritmo que llevaba al buen humor y permaneció de pie, observándole tocar. Era atrapante ver sus dedos moverse por las teclas, el pelo de su flequillo inclinado hacia abajo, agitándose con cada movimiento. Se le veía muy concentrado pero parecía absolutamente feliz.
 
  Cuando la canción terminó, fue directa a la barra a pedir una cerveza de mantequilla.
  —Oíche mhaith —saludó el camarero con una sonrisa—. ¿Qué va a tomar, señorita? —se sorprendió al escuchar su inglés—. ¿Lo mismo de ayer? —no esperaba que el camarero se acordase de ella, que ni había retenido el nombre del chico...
  —Eh... Sí, una cerveza de mantequilla, por favor.
  —A ser posible una que no se le caiga al suelo, ¿verdad? —bromeó comenzando a servirla—. ¿Le gustó el ambiente? —Hermione no supo qué responder y se quedó en silencio—. Lo digo porque como ha vuelto... —añadió sonriente.
  —Ah, sí... Me gustó mucho—respondió cogiendo la cerveza—. El jazz tiene algo... Mágico —la ironía de la frase le hizo sonreír y ocultó la sonrisa tras la jarra mientras bebía un sorbo.
  —Luego, si no hay mucho trabajo, puedo llevarle a conocer a la banda —ofreció el chico con una mirada que solo se podía calificar de coqueta.
—Pues... —no supo qué responder pero su titubeo se vio interrumpido por una voz a su espalda.
  —No sabía si volverías.

  Se giró para enfrentar a un Draco Malfoy vestido con un traje granate, en mangas de camisa, y con una sonrisa ladeada. Se miraron mutuamente, con media sonrisa en la boca y la respiración atorada en el pecho.
  —Yo tampoco —respondió ella mordiéndose el labio, meditando qué decir, analizando cada paso que daban.
  —El poder del jazz es fuerte —la frase de Malfoy le hizo sonreír.
  —Lo es.
  —¿Quieres sentarte conmigo? —hizo un gesto con el brazo y, por algún motivo, ella sintió presión en el pecho. Asintió y le siguió hasta una mesa cercana. Desde allí, Malfoy le hizo un gesto al camarero, que al minuto apareció con un vaso.
  —¿Whisky de fuego? —inquirió ella al volcer a quedarse a solas.
  —El otro no me gusta —rebatió él sonriendo divertido.
  —¿Hay alguna bebida mágica que no sirvas aquí?
  —Hidromiel. No tuvo mucho éxito y dejé de comprarla —la resuelta respuesta provocó que ella le mirase incrédula pero él parecía muy divertido por la situación—. ¿Qué?
  —Que sigo fascinada con tu decisión de jugar así con la línea que nos separa de los muggles —protestó dando un sorbo a su cerveza.
  —Tranquila, nadie se va a dar cuenta. No es como si me hubiera dado por vender ranas de chocolate.
  —Pues no me extrañaría que te lo planteases —Malfoy sonrió y ella se vio contagiada.
  —¿Qué tal la reunión? —la pregunta del chico la desubicó—. La que tenías esta mañana, la de los duendes.
  —Ah... —le sorprendió que se acordase—. Bueno... De aquella manera —resopló—. Los duendes reclaman derechos sobre todo, da igual si han pasado mil años desde que lo fabricaron y por en medio lo han tenido otros seres del mundo mágico... Son muy pesados —protestó hastiada.
  —Hay que tener mucho cuidado con ellos, sí, mi madre siempre lo dice —Granger estudió su rostro al oírle hablar de su madre.
  —¿Cómo está?
  —Bien. Acostumbrándose a la vida de divorciada, supongo —él parecía responder con soltura pero algo en su interior le decía que no estaba tan tranquilo como parecía.
  —¿Y tu padre? —la pregunta fue como un jarrazo de agua fría. El chico cambió el rictus a una tensión palpable.
  —Lo sabes mejor tú que yo —musitó retirando la mirada.
  —¿Yo?
  —Potter es jefe de aurores, estoy seguro de que sabe cómo les va a todos los presos por delitos de seguir al Señor Tenebroso —sus palabras sonaban secas, como si las disparase contra ella, pero no parecía enfadado o cruel como había sido antaño, simplemente se le notaba muy incómodo.
  —Pero es tu padre...
  —No le he vuelto a ver desde el juicio —atajó, y la chica fue consciente de lo invasiva que estaba siendo con él. Se sintió culpable por incomodarle de esa manera.
  —Oh... Yo... Disculpa si...
  —Esta canción me encanta —dijo de pronto, poniéndose en pie—. Ven, baila conmigo —le tendió la mano.
  —¿Qué? —le miró sintiéndose perdida.
  —Que bailes conmigo, por favor —la sonrisa de Malfoy era una invitación atrayente y, por algún motivo, ella cogió su mano.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 12 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Dramione One Shots 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora