Una proposición demasiado indecente para rechazarla (parte 3)

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  La observaba escondida detrás de su taza de café y se esforzó por contener la risa. Un compañero del Ministerio que tenía menos luces que las mazmorras de Hogwarts acababa de tropezar tirándole toda la taza de café a otro compañero, y ambos se hallaban discutiendo en ese momento.
  Draco había visto la situación y había pensado en lo lamentable que era que alguien se enfadase con Clark por tirar el café cuando era la persona más torpe que conocía. Sin embargo, al ver a Hermione tener que controlar la risa, no pudo evitar reírse también y ambos se estaban intentando controlar en ese momento.

  Tras una larga discusión, que realmente fue más una bronca al pobre Clark, ambos salieron de la cafetería y el resto de empleados, que habían estado de espectadores, salieron detrás. En cuanto se quedaron solos ambos rompieron a reír como desquiciados y hasta que no pudieron reírse en voz alta no se calmaron.
  —¿Por qué te reías? —preguntó él acercándose a Hermione.
  —Porque has puesto una cara muy graciosa al ver la reacción de Francis —Hermione dejó su taza en el fregadero y se giró hacia él—. ¿De qué te reías tú?
  —De ti, verte contener la risa me hizo reír a mí —respondió mirándola.
  —Uf, me dolía la tripa de aguantar... En fin, volvamos al trabajo —Hermione fue a salir pero Draco agarró su mano y tiró de ella, que se giró. Él la besó mordisqueando levemente su labio—. ¡Draco, nos podían haber visto! —exclamó ella en un susurro.
  —No te preocupes, no había nadie —sonrió él —acariciando su labio—. Tenías café —se encogió de hombros y salió.

——————————

  Draco miró la hora y suspiró. Se levantó de su escritorio y salió de su despacho. Cruzó el pasillo y llamó levemente a la puerta antes de entrar en el despacho de en frente. Hermione se había quedado dormida con la cara apoyada en la mesa, y al verla, sonrió y se acercó a ella.
  —Hermione... —la meció suavemente—. Hermione despierta —acarició suavemente su cara. Ella parpadeó confusa—. Vamos, Granger, te has quedado sopa en la oficina —ella se incorporó y se frotó los ojos.
  —Oh... —carraspeó y le miró, Draco rió levemente—. ¿Qué?
  —Te has manchado de tinta —le señaló la mesa, donde, efectivamente se había volcado el tintero que, por suerte, estaba medio vacío.
  —Oh, qué desastre —intentó colocar las cosas fuera de la tinta y agitó su varita para limoiar aquel desastre.
  —Venga anda, vámonos, son las nueve y media —dijo Draco.
  —Oh, Merlín, es tardísimo...
  —Estás sola, ¿verdad? —preguntó Draco observándola. Hermione le miró y asintió mordiéndose el carrillo por dentro.
  —Sí, ¿cómo...?
  —Estás sola y has pensado que como no tenías que volver a ninguna hora concreta que podías adelantar trabajo, por eso estabas aquí como si fueses un dálmata —explicó él. Hermione rió ligeramente.
  —Buena deducción, Sherlock —contestó levantándose.
  —Es un honor pero no creo llegar a ser como el gran Holmes —rebatió él.
  —¡¿Sabes quién es Sherlock Holmes?! —preguntó ella mirándole como si estuviese loco.
  —Obviamente, Hermione, ya sabes que leo de todo —respondió alzando la cabeza orgulloso. Ella le miró admirada y sonrió negando con la cabeza.
  —Eres una maldita caja de sorpresas, Draco Malfoy —murmuró levantándose. Él por respuesta solo le guiñó el ojo.
  Se quedaron mirándose, perdidos en los ojos del otro.
  —Hermione...
  —Draco... —dijeron a la vez, ambos rieron.
  —Dime —pidió él.
  —No, tú primero
  —Insisto —ella enredó el dedo en un mechón de pelo, claramente nerviosa.
  —Bueno... Yo solo iba a pedirte si...
  —Sí —respondió él sin dejar que acabase—. Lo que sea, pero ven conmigo —pidió.
  —¿Qué? —preguntó ella sorprendida.
  —Ven conmigo, por favor —repitió poniendo las manos en sus brazos.
  —No sabes que te iba a pedir —murmuró ella.
  —No me importa, haré lo que quieras pero ven conmigo —su voz sonó casi a lamento.
  —Te iba a pedir si podía irme contigo  —susurró ella.
  —Oh... —Draco parpadeó confundido y la abrazó. Ella se escondió en su cuello y suspiró. Él besó su cabeza y cuando Hermione abrió los ojos les había aparecido en su casa.

Dramione One Shots 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora