Muggle's (parte 1)

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  Apretó con fuerza los bordes de su abrigo de astracán protegiéndose del viento. La noche era inusualmente fría para ser otoño. El viento agitó su pelo con fuerza y echó en falta su gorro de lana. Le habría gustado tenerlo consigo. Llegó a la esquina y miró a lo largo de la calle Catherine. Estaba completamente vacía a excepción de un coche que giraba hacia la calle Cecil.
  Miró hacia la esquina y verificó la dirección en la placa. Se sorprendió a sí misma acertando con el nombre de las calles, solo llevaba cuatro días en aquella ciudad irlandesa y ya empezaba a conocerse zonas poco transitadas. Se debatió entre seguir caminando pero las noches en Limerick eran muy frías y estaba entumecida. No tendría que haber salido a pasear tan lejos de su casa.

  Una nueva ráfaga de viento hizo volar las hojas del suelo que habían caído de los árboles y ella apresuró el paso. Solo se escuchaba el viento y el ruido de la suela de sus botas contra el pavimento. Al cruzar por la calle empezó a escuchar una melodía que provenía de algún bar cercano. La iluminación de un letrero en un pub subterraneo brillaba en la oscuridad de aquella tarde en la que las nubes tapaban la incipiente luna. Pasó frente al letrero y lo miró fugazmente. Siguió caminando y cinco pasos más allá tuvo que pararse y retroceder a verificar lo que había visto.
  Frente a ella podía leer sin dificultad el nombre del local: Muggle's. Le dio un vuelco al corazón. Podría ser casualidad y sin embargo... Lentamente bajó las escaleras y llegó a la puerta. Una parte de su cerebro le decía que era ridículo, que ningún mago sería tan insensato como para poner ese nombre a un bar. Además, pensándolo bien era difícil que los muggles supieran que les llamaban así que podía ser una casualidad perfectamente. La otra mitad de su cerebro nadaba en curiosidad y fue la que la impulsó a abrir la puerta y pasar.

  Recibió una bofetada de calor al contraste de temperatura con el exterior. Sintió un escalofrío muy agradable mientras notaba el calor en la cara, que tenía congelada. Mientras el frío abandonaba su cuerpo la música entraba en él, una preciosa melodía invadía el ambiente. Era un local modesto en tamaño, terminado en madera oscura, seguramente de roble, según pudo observar. Todo parecía antiguo pero excelentemente conservado. Le recordó vagamente al Caldero Chorreante. Había un escenario al fondo y bastantes mesas de cara a él, ambos espacios estaban llenos: en el escenario una banda de jazz con más instrumentos de los que casi cabían y las mesas con un público muy entregado a lo que escuchaban.
  Había un buen ambiente y tenía tanto frío que decidió pedir algo y quedarse un rato. Se dirigió a la barra sin dejar de mirar hacia el escenario y allí un camarero alto y pelirrojo se acercó a ella.
  —Dea-tráthnóna Miss. Cad atá tú ag dul a ghlacadh?
  Hermione le miró en incomprensión, todo lo bien que se le había dado la geografía urbana no se le había dado aprender el condenado idioma de aquel país.
  —Disculpe, no hablo irlandés... —se excusó. El chico sonrió.
  —Perdona —dijo con un marcado acento—. Le preguntaba que qué va a tomar.
  —Ah, sí... Pues... —meditó lo que pedir mirando hacia detrás del chico. No sabía qué le apetecía, no se había parado a pensarlo por estar distraída con la música.
  —Puedo ofrecerle ginger ale o una amplia variedad de cervezas... —ofreció el camarero intentando ayudarla—. Tenemos de lúpulo, malteada, de mantequilla, afrutada... —Hermione dio un respingo.
  —¿Has dicho de mantequilla?
  —Sí. Está muy buena, es especialidad de la casa.
  Hermione frunció el ceño y miró a su alrededor. Era evidente que allí había magia. Eso explicaba el nombre, el ambiente tan similar al Caldero Chorreante y por supuesto la cerveza de mantequilla.
  —La probaré entonces —respondió al barman, que la miraba expectante.
  —Iontach! —Hermione le miró sin entender absolutamente nada, el irlandés se le antojaba imposible, pero no preguntó, se limitó a asentir sonriendo mientras el chico le servía una cerveza de mantequilla en una jarra—. Aquí tienes.
  —Gracias.

Dramione One Shots 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora