Chico de calendario

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  Hermione Granger recorrió el camino hasta su despacho como cada lunes, con el mismo sueño, las mismas tareas pendientes y un montón de cosas en la cabeza. Pero lo que ella no esperaba era que ese lunes fuese a haber algo que le daría la vuelta a todo.

  Los trabajadores del Ministerio, que normalmente estaban aburridos y cansados a pesar de ser primera hora, ese día parecían verdaderamente entretenidos: todo el mundo estaba en grupitos, comentando y riéndose en mitad de cuchicheos mientras miraban algo a lo que ella no dio importancia. Hermione se extrañó, no sabía que podía estar ocasionando tanta alegría por parte de sus compañeros.
  Intentó no darle mucha importancia pero ella tenía que trabajar y la gente de su departamento no parecía dispuesta a abandonar el cuchicheo. Molesta se levantó dispuesta a averiguar qué diablos estaba pasando. Salió de su despacho directa hacia donde estaban Brenda y Luke, mirando ese extraño papel y riéndose.
  —¡¿Se puede saber que está...?! —pero no pudo seguir hablando porque al llegar a su altura vio de qué se estaban riendo: el extraño papel había resultado ser un calendario y no uno cualquiera, era un calendario de temporadas y la persona que aparecía en él era nada más y nada menos que Draco Malfoy.

  Desde que Draco había entrado a trabajar con ella hacía ya tres meses su vida había sido una continua trayectoria de subidas y bajadas. El detestable hurón racista del colegio había dejado de ser detestable, literalmente era la única persona de ese departamento que hacía bien su trabajo, era amable con ella y a decir verdad había empezado a amar ese sentido del humor negro y sarcástico; tampoco se le podía seguir llamando hurón, por mucho que siguiese siendo rubio y pálido su aspecto había madurado a la par que su mente: era más alto, más ancho de espaldas y su rostro había perdido ese aspecto puntiagudo. Sin llegar a ser cambios radicales eran notables, por algo tenía a medio Ministerio babeando por sus huesos; el último aspecto era, quizá, el que Hermione más valoraba: ser consciente de la verdadera mentalidad de Draco, que nada tenía que ver con la de su padre, era lo más notable, por mucho que Ron insistiese en que Draco era un mortífago ella sabía los verdaderos motivos de su conversión y luego de unas merecidas disculpas supo perdonarle.

  Desde el primer día en el que los confiados pasos de Draco pisaron ese departamento todo había cambiado. Sentía unos nervios muy extraños cada vez que le veía, que se anudaban en su estómago impidiéndole respirar y que seguramente destruían sus neuronas, pues tampoco podía pensar. No sabía qué pasaba con ella pero fuese lo que fuese aumentó en cuanto vio el calendario.
  —Es un calendario para el nuevo año —comentó Brenda con una risita.
  —Y lo protagoniza nuestro querido Malfoy —añadió Luke. Hermione se había quedado blanca, el aire la había abandonado y no era capaz de pensar ni de hablar con claridad.
  —¿Mal... Malfoy?
  —Sí, Herms, es Draco Malfoy —respondió Luke divertido. A todos parecía hacerles mucha gracia la idea de que un Draco Malfoy semidesnudo apareciese en un calendario pero Hermione notaba como la sangre cada vez se juntaba más en sus mejillas.
  —Toma, échale un vistazo. Yo creo que después de esto necesitaré ropa interior nueva —Brenda le pasó el calendario y ella comenzó a mirar las fotos: enero: Draco, de espaldas, sin nada más puesto que una bata de pavos reales; febrero: el chico con una máscara de carnaval y con únicamente un tocado de plumas alrededor de la cintura que dejaba lo justo a la imaginación; marzo: agarrado a una cesta de huevos de pascua, colocada estratégicamente, mientras portaba unas orejas de conejo; abril: con un chubasquero verde y un paraguas como únicos complementos; mayo: con un delantal cubriéndole, un gorro de cocina ladeado a juego con su sonrisa y una cuchara; junio: tumbado en una tumbona, con un ejemplar de El Profeta sobre su cintura tapando hasta sus muslos y los brazos cruzados detrás de la cabeza; julio: Malfoy, sin más ropa que unos calzoncillos, de espaldas, agarrado a una barra y haciendo dominadas; agosto: tumbado sobre una toalla, con unas gafas de sol y un sombrero de paja cubriendo las partes púdicas; septiembre: Draco con su túnica y su corbata de Slytherin, con un libro de pociones en las manos y dejando que que los pliegues de la ropa tapasen de su ombligo para abajo; octubre: con una capa, arrodillado junto a una calabaza mientras le hacía los agujeros para convertirla en decoración de Halloween; noviembre: Draco con una toalla alrededor de la cintura apareciendo entre vapor; diciembre: con un gorro de Papá Noel y un jersey de decoración navideña que cubría lo necesario para que no se viese nada.

Dramione One Shots 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora