Dramione One Shots 2

La pareja equivocada

  ¡Hola! ¿Qué tal? Bueno, no soy muy de comunicados, la verdad, pero me apetecía hacer este.
  Muchxs escritorxs de Wattpad hacen, además de subir capítulos, cosillas variadas y he pensado que a lo mejor os gustaría:

  a). Un Preguntas y Respuestas. Me gustaría compartir con vosotrxs aquello que queráis saber así que había pensado en un A&Q sobre mí para contestar esas preguntas personales que queráis hacerme. Contestaré prácticamente a todo (muy horrible me tiene que parecer la pregunta para no contestarla) y si no queréis que se muestre que la habéis hecho vosotrxs me lo pedís por privado y no digo vuestro nombre.

  b). Curiosidades. Este también serían preguntas y respuestas pero en vez de sobre mí, sobre el mundo que he construido a partir del de JK Rowling. Cualquier cosa que queráis saber, cosas que pasen en los capítulos o datos que aún no se conocen... No sé, lo que queráis. Todos los datos que yo tenga en mi mente de la historia los compartiré con gusto.

  Bueno, si estás cosas os parecen bien me gustaría que me lo dijeseis en los comentarios en el párrafo que queráis (el de Q&A o el de Curiosidades. Si lo hacéis por privado o en comentarios generales ponedme al menos a que categoría va la pregunta no vaya a ser muy ambigua y me pierda) y yo lo haré muy pronto, de verdad.
  También he pensado que como no quiero interrumpir el curso de la lectura con capítulos totalmente ajenos a los One Shots y que a determinados lectorxs seguramente les importen un bledo estas cosas, pues voy a crear un Dramione One Shots entre bastidores, una nueva historia en la que subiré todos estos capítulos que complementan a este y al anterior fic. Además, si la idea os gusta, subiré información que he ido creando en la libreta donde llevo los datos para no perderme en la historia, que ya os garantizo que son un montón.

  Sin más agradecer como siempre vuestra participación y colaboración, informaros de que os leo siempre y desearos que os guste este One Shot y mi propuesta. Un saludo.

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  La música sonaba alta, todo el mundo bailaba disfrutando de la fiesta. Todo el mundo menos ella. Volvió a insistir a su novio.
  —Vamos, Ron, por favor... —pidió—. Todos están bailando...
  —Que no quiero, odio bailar y odio estas estúpidas fiestas del Ministerio, ni siquiera sé por qué tengo que venir —respondió mientras seguía bebiendo.
  —Porque eres mi novio —dijo ella dolida—. Y porque esta fiesta es en honor a nuestro departamento por haber hecho los mejores números de la historia del Ministerio —añadió molesta.
  —Me da igual, Hermione, solo quiero acabar con esto de una vez —la miró y gruñó—. Y no me gusta ese vestido.
  —¿Qué? ¿Por qué? —preguntó ella extrañada.
  —Porque es jodidamente corto, te están mirando todos los depravados que tienes por compañeros —masculló mirando su vestido.
  —¡Mis compañeros no son unos depravados! —exclamó ofendida.
  —Por Merlín, Hermione, son hombres —dijo como si eso explicase todo.
  —Ron, nadie me está mirando y yo solo quiero bailar contigo... Por favor —suplicó. Ron gruñó y se negó.
  —Vete con tu compañero Martin, que no deja de mirarte —increpó. Ella abrió los ojos incrédula.
  —Ron, Martin no me está mirando...
  —No niegues lo que he visto —espetó.
  —¡Martin no me está mirando! —insistió.
  —Lo que digas... —Hermione apretó la mandíbula, odiaba que le diese la razón como si fuese tonta.
  —Ron, no has podido ver que él me mire porque yo no le intereso...
  —Si no te pusieses ese vestido...
  —¡Por dios, si él es gay! ¡Y además está casado! —gritó enfadada. La música impedía que nadie escuchase su discusión. Ron gruñó por lo bajo y Hermione cerró los ojos cansada—. Mira, si no quieres estar aquí me parece perfecto, márchate a casa. Yo iré en un rato —se cruzó de brazos mientras su novio la miraba furioso.
  —¿Te vas a quedar aquí? ¿Así vestida? —se levantó y ambos se quedaron mirándose mientras la ira afloraba en su cuerpo.
  —Sí —respondió tajante.
  —No puedes...
  —Tú no decides qué puedo o no puedo hacer. Voy a quedarme y si tú quieres irte me parece bien —espetó furiosa.
  —¡Pero soy tu novio! —gritó con la cara tan roja como su pelo.
  —Pero no mi dueño —y sin decir nada más se dio la vuelta y salió de la fiesta sin preocuparse de si Ron se iba o se quedaba, en ese momento, si por ella fuese, podía irse al infierno.