Las primeras vacaciones

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  Hermione se giró una vez más y cansada de no poder dormir se levantó. Se acercó a la ventana, por la que, a pesar de estar abierta de par en par, no entraba ni una ligera brisa. Hacía tanto calor... Y ella odiaba el calor, especialmente desde que Scorpius había nacido. Según Leo, su sanador, era normal que después del embarazo sus hormonas hubieran cambiado pero que fuese normal no lo hacía más llevadero.
  Se apoyó en la barandilla y miró en la oscuridad, no se veía absolutamente nada pero a pesar de ser las tres de la mañana hacía mucho calor, ese verano estaba siendo un infierno. Tenía tanto calor que se había quitado los pantalones del pijama para quedarse solo con la camiseta y las bragas y ni siquiera podía taparse con la sábana, algo muy angustioso porque necesitaba hacerlo para poder dormir bien.
  De repente sintió que la abrazaban por la espalda y se apoyó contra el pecho de su marido, que al igual que ella llevaba la ropa justa.
  —¿No puedes dormir? —preguntó Draco con la voz ligeramente ronca.
  —No, hace demasiado calor —suspiró—. ¿Tú tampoco?
  —Bueno, no si no dejas de dar vueltas —rió ligeramente y ella sonrió cuando besó su cabeza.
  —Lo siento, es que todo me da calor, sobretodo tú —él recogió su pelo para apartarlo dejar su cuello despejado, y después sopló suavemente.
  —Lo sé —besó su piel expuesta notando que ella suspiraba suavemente—. Está siendo un verano terrible —volvió a besar su cuello y la abrazó apoyando la barbilla en su hombro.
  —Cariño, estaba pensando que podíamos irnos de vacaciones... —él se separó ligeramente y ella se giró.
  —Pero si te lo sugerí y me dijiste que no podías irte del Ministerio ahora, que suficiente habías faltado cuando nos fuimos de luna de miel y luego con la baja de maternidad con Rose y Scorp y que... —no pudo seguir porque ella le puso las manos en la boca sonriendo.
  —Sé lo que dije, Draco, pero es que no aguanto más este calor asqueroso y, la verdad, me gustaría poder estar más tiempo contigo y con los niños —Draco acarició suavemente su mejilla.
  —¿De verdad necesitas preguntarme, amor? ¿Cuándo te he dicho que no a algo? —Hermione rió y le besó en los labios.
  —Eres un sol —murmuró. Él sonrió y la abrazó.
  —A ver, ¿dónde quiere mi mujer que nos vayamos de vacaciones? —preguntó mientras volvía con ella a la cama.
  —No lo sé, me da igual mientras que no haga este calor —suspiró Hermione tumbándose con él. A pesar de que hiciese calor necesitaba estar en contacto con él de alguna manera así que se tumbó de lado y automáticamente Draco la abrazó por la espalda.
  —Bueno, podemos ir a la costa Mediterránea o al centro de Europa —sugirió acariciando su brazo suavemente con la punta de los dedos y volviendo a soplar aire fresco en su cuello.
  —¿No hará calor allí? —preguntó ella mientras notaba que le entraba sueño al sentir sus caricias.
  —En el centro de Europa hará más frío que aquí seguro y en el mar las temperaturas siempre son más suaves —su voz era tranquila y ella comenzó a sentirse cansada.
  —Siempre me ha gustado Italia... —murmuró haciéndose una bolita.
  —Pues iremos a Italia —determinó antes de darle un suave beso detrás de la oreja.
  —Gracias... —susurró quedándose dormida. Y no era solo por las vacaciones, también era porque gracias a él por fin se había podido dormir.
  Draco sonrió y mantuvo sus caricias hasta que notó su respiración lo suficientemente pesada, entonces la abrazó suavemente y fue él quien trató de dormir.

—————————

  Hermione se abanicó mientras trataba de no morir de calor en su despacho. Iba a matar a Kingsley como no arreglasen la ventilación del Ministerio. De repente un memo interdepartamental entró volando en su despacho. Ella lo cogió y sonrió al ver el papel con una marca de agua en la que se leía DMB.

¿Comes conmigo? :-)

  El mensaje amplió su sonrisa y se apresuró a contestar. El memo volvió a salir de su despacho y ella se levantó y cogió el bolso para salir también.
  Recorrió el camino hasta los ascensores notando que todo el mundo se moría de calor. Definitivamente la población inglesa no estaba preparada para temperaturas de 20 grados por la noche.
  Cuando salió del ascensor ya en el hall, vio a Draco esperándola apoyado en la pared. Él se había quitado la chaqueta y remangado la camisa.
  —Hola... —saludó él dándole un suave beso en los labios.
  —¿No comías hoy con Theo? —preguntó ella agarrándose a su brazo mientras ambos salían del Ministerio.
  —No, él está ocupado con los gemelos desde que Luna ha empezado a trabajar en el departamento de magizoología —respondió él.
  —Pues mejor para mí —Draco la miró—, así puedo comer contigo —añadió Hermione, ruborizándose al oírle reír.
  —Soy todo tuyo siempre que me quieras —se carcajeó abriendo la puerta de la cafetería, donde prácticamente todos los empleados del Ministerio almorzaban, y sujetándola para que pasase.

Dramione One Shots 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora