Se despertó agitada por el sonido del despertador y cerró los ojos mientras maldecía por haberse despertado justo en ese momento. Al volver a abrirlos fue consciente de qué había soñado y con quién y se sonrojó hasta las orejas.
Se sentía culpable por soñar con besar a Draco cuando ella estaba saliendo con Ron. Suspiró y salió de la cama deseando que el día fuese interesante para poder olvidar a Draco Malfoy y su maravillosos besos.
Se metió en la ducha y un escalofrío le recorrió de arriba a abajo al recordar su cuerpo la noche anterior.
—¡Céntrate, Hermione! —se ordenó a sí misma.
Bajó a desayunar agradeciendo a los cielos no haberse encontrado con él, no quería que volviese a pasar lo de la otra noche, aún seguía confundida.La mañana se le hizo eterna, por más que trataba de concentrarse en clase notaba la mirada fija de Draco, a pesar de estar sentado los más alejado posible en el pupitre.
Cuando llegó la hora de la comida recogió rápidamente y salió de la clase de Encantamientos. Se vio envuelta en la marea de alumnos que se dirigían al Gran Comedor y de repente notó un tirón en un brazo que la sacó del gentío hacia un pasillo lateral.
—¿¡Pero qué...!? —su protesta fue amortiguada con un beso y ella se dio cuenta de que era Draco. Tiró de él pegándose a la pared, ocultándose detrás de una armadura—. Draco... Nos van a ver... —jadeó cuando él se separó.
—Llevo toda la mañana esperando este momento... —susurró antes de vovler a besarla. Ella se derritió al oírle y se agarró con más fuerza para devolver el beso.
—Draco... Vamos... Nos van a ver —pero a pesar de sus palabras ella misma seguía besándole con frenesí.
—Después de clase... —murmuró mirándola intensamente. Ella asintió y él le dio un último beso rápido ante de soltarla y guiñarle el ojo para después salir de su escondite.
Hermione se quedó apoyada en la pared con la respiración agitada, el corazón latiendo como loco y las sensaciones aún acariciando sus labios. Definitivamente podría acostumbrarse a eso.—————————————
La última clase de la tarde era Runas Antiguas y como esa clase ni Ginny ni Luna la daban, se separó de ellas dirigiéndose a las escaleras.
—¡Herms! —llamó la pelirroja—. ¿Podrías ayudarnos a Luna y a mí con Encantamientos? —preguntó ilusionada.
—Pues... Claro, sí —respondió con una sonrisa amable.
—¡Gracias! ¿Te viene bien que después de clase quedemos en la biblioteca? —la cara de Hermione se cristalizó al oírle.
—¿Después de clase? —preguntó en un hilo de voz.
—Sí, es que tengo las prácticas de quidditch y no me da tiempo si no... —explicó Ginny alegremente.
—Ya... —miró a su amiga, que parecía tan ilusionada, y se mordió el labio dudando sobre si decir que no podía. Finalmente asintió mientras mentalmente maldecía su suerte—. Sí, en la biblioteca, después de clase —suspiró.
—¡Genial! ¡Gracias, Herms! —exclamó ella contenta antes de salir corriendo por el pasillo para llegar a clase.Hermione subió rápidamente a clase rezando porque la profesora Babbling no la matase por llegar tarde. Para su suerte la puerta aún estaba abierta y ella estaba de espaldas. Entró y se sentó con rapidez y Draco la miró preocupado.
—¿Estás bien? —susurró. Ella nunca llegaba tarde, de hecho siempre era la primera. Hermione asintió y se apresuró a sacar el libro, el pergamino, la pluma y el tintero.
—Ginny me ha retrasado —contestó en el mismo tono—. Me ha pedido que les ayude a Luna y a ella después de clase —añadió mientras la profesora comenzaba a hablar.
—¿¡Qué!? —exclamó ligeramente más alto, y ella le miró mientras se llevaba una mano a los labios para que no gritase.
—No podía decirles que no, ellas no saben que tú y yo... —se sonrojó mientras le hacía un gesto con las cejas—. Bueno, eso, que no lo pueden saber.
—¿Y no podías poner ninguna excusa? —se lamentó. Hermione ahogó una risita y negó poniendo la mano sobre la suya en un acto involuntario.
—Lo siento, te veré después —Draco sonrió de lado y la miró levantando una ceja sugerentemente.
—¿Es una promesa? —ella sintió que volvía a sonrojarse potencialmente pero no pudo contestar.
—Señorita Granger, ya que ha llegado tarde, me parece que al menos podría tener la deferencia de no hablar en mi clase —la voz de la profesora Babbling hizo que diese un respingo y dejase de mirar a Draco.
—Esto... Yo... Disculpe, profesora —se sonrojó.
—Sé que nunca llega tarde y espero que esta sea una excepción, pero no tolero que hable en mi clase, y menos siendo Premio Anual —la mujer se cruzó de brazos y Hermione se limitó a asentir avergonzada.
—No volverá a... —comenzó a decir.
—Ha sido mi culpa —la voz de Draco interrumpió su disculpa—. Le estaba pidiendo ayuda con una tarea, por eso estaba hablando —Hermione le miró como si se hubiese vuelto loco y de no haber estado sentada en primera fila se habría fijado en que no era la única con esa cara de impacto, el resto de sus compañeros, incluidos Theo y Neville, estaban igual.
—¿Es eso cierto, señor Malfoy? —inquirió la profesora con un cierto tono de sorpresa en la voz.
—Sí, profesora —respondió estoicamente.
—En ese caso le pediré a usted que se calle, que también es Premio Anual y deberían dar ejemplo ambos —les miró severamente a los dos, que asintieron en silencio, y después continuó hablando.
Como no podían hablar, Hermione arrancó un pequeño trozo de pergamino.
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Dramione One Shots 2
FanficBreves historias sobre Dramione. La autoría es completamente de JK Rowling, yo únicamente uso sus personajes y su universo para un fin lúdico. Portada por: captbexx. Créditos a los dueños de las imágenes (especialmente a Upthehillart). Para que no...