Sé mi luz (Jikookmin)

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Este capítulo contiene contenido delicado, ya que trata en gran medida el tema del abuso sexual infantil; léalo con precaución

Jimin desciende lentamente al primer piso y, dominándose, se acerca a la puerta de la biblioteca. Se aferra al pomo y se arma de valor para abrirlo. Estuvo solo con ella en esta habitación por última vez hace diez años, y este sentimiento hace que todo lo que hay dentro se enrolle en un nudo apretado. Parece que está listo para escupir sus entrañas por lo enfermo que está. Abrirlo es lo mismo que abrir la puerta a tu terrible pasado. Todos sus demonios, que ha estado escondiendo cuidadosamente durante muchos años y tratando de destruir, estallarán inmediatamente. Tan pronto como haga esto, el dolor lo cubrirá con una nueva fuerza extraordinaria y no podrá afrontarlo. Él entiende esto perfectamente en su cabeza. Esta vez no, siente en sus entrañas que hoy ella lo romperá por completo. Todavía tiene miedo de su pasado, no menos que antes, aunque ya no es un niño indefenso. 

Esto es exactamente lo que esta mujer quiere, hacer que él se sienta débil y le tenga miedo como antes. Pero esta vez no lo entenderá. No, ahora no es tan fácil estrangularlo. Suspira brevemente y entra a la biblioteca, mirando a su alrededor. También está tranquilo aquí y nada ha cambiado desde su última visita aquí, solo se agregaron flores frescas en un jarrón sobre la mesa y el olor de su maldito perfume. Señor, todo sigue exactamente igual que hace diez años. Biblioteca, él y ella. Instantáneamente se ve inundado de recuerdos mientras mira el sofá. 

Estás mejorando cada vez más, cariño. 

Jimin cierra los ojos durante unos segundos, sacándose estas palabras de la cabeza, pero es increíblemente difícil. Todo en su mente se vuelve oscuro, escucha su suave voz y gime. 

Eso es todo, todo está correcto. Eres un buen chico.

Le crece un bulto desagradable en la zona del estómago y pide salir; si no se le acaba ahora, vomitará. No. No puedes mostrarle tu debilidad. Respira profundamente, luchando contra las náuseas, y mira más profundamente en la habitación. Wien, por supuesto, está aquí. Se sienta al piano, pero no toca, sino que mira hacia adelante, pensando en algo y sosteniendo una copa de vino en la mano. La mujer lentamente vuelve su mirada hacia la puerta, notando que el invitado entra, y una sonrisa depredadora aparece instantáneamente en su rostro. Ella consiguió lo que quería: Jimin está aquí. 

Sonríe con los labios carnosos y completamente sin pintar y luego, lentamente, toma un sorbo de alcohol. Como siempre, es asquerosamente graciosa y elegante, como si siempre estuviera en su papel en el gran escenario. 

-¿Qué tipo de actuación fue está? - pregunta Park acercándose lentamente al piano y apoyando los codos en él. Mira alrededor del rostro de su madre con una mirada pesada y oscura. Esta mujer es increíblemente hermosa para su edad. Un rostro sin un gramo de maquillaje luce mucho más atractivo que con él, a pesar de las leves arrugas alrededor de los ojos. Si ella no fuera una criatura así, Jimin la admiraría y estaría orgulloso de que sea tan buena. Pero le disgusta darse cuenta de lo que hizo con esta mujer. Lo que él no le hizo, pero fue demasiado repugnante, como ella misma. Está podrida por dentro, pero muy hermosa por fuera. Como la manzana podrida del cuento de Blancanieves. Ella es venenosa y este veneno penetra en él cada vez que está cerca de él. 

Existe una cierta conexión entre ellos que no se puede romper ni comprender. No se trata de una conexión entre madre e hijo, sino de algo completamente diferente, a otro nivel. Y para erradicarlo, probablemente uno de ellos debe morir, de lo contrario no funcionará. Ella no lo dejará solo mientras esté viva, y Jimin nunca podrá huir de ella por completo. Wien levanta una ceja perfecta y estudia cuidadosamente el rostro de su hijo. 

"No sé de qué estás hablando", responde suavemente, como si nada hubiera pasado. Park se ríe, como se esperaba. Incluso creería sus palabras sin saberlo demasiado bien.