Sé mi luz (Jikookmin)

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Jimin se sienta relajado en el sofá, echando la cabeza hacia atrás y liberando bocanadas de humo blanco de sus labios regordetes en una densa columna. Una chica que conoce bien se sienta en su regazo y acaricia su tenso cuello con sus elegantes dedos. En la "Cueva" suena la música a todo volumen y hay un fuerte olor a tabaco y alcohol. Aquí, como siempre, hace mucho calor y el ambiente incita a hacer cosas prohibidas. La gente ya está muy borracha y algunos drogados. Cuerpos calientes se presionan unos contra otros, bailando como si fuera la última vez en esta vida. Algunos besan a extraños, mientras que otros ya tienen sexo sucio en el baño. Este lugar es libre para cualquier acción y fantasía, y cualquier persona normal lo llamaría un lugar de reunión. 

El antiguo almacén, ahora convertido en club, abrió sus puertas hace varios años y se ha consolidado como un punto de encuentro entre la población joven de Seúl. La gente no venía aquí sólo para bailar o conocer gente. Los jóvenes acudían a este establecimiento para disfrutar de la permisividad y no tenían miedo de ser avergonzados por ello. Luces estroboscópicas colgaban de los techos altos, reflejando pequeñas luces de colores en los cuerpos de las personas en la amplia pista de baile de la planta baja. Paredes oscuras y una larga barra en la que bailaban chicas semidesnudas, atrayendo al alcohol al mayor número posible de clientes jóvenes. 

Y el segundo piso en forma de balcón, cercado solo por una mampara de vidrio baja, se consideraba un territorio prohibido para la mayoría de los huéspedes de la "Cueva". Allí no entraron extraños, solo aquellos a quienes Park Jimin y sus amigos les permitieron. Se trata de un asiento VIP, ocupado siempre por la misma empresa. En el sofá de al lado, su amigo Seokjin, ya muy borracho, se sentó y prácticamente copuló con dos bellezas que estaban sentadas a cada lado de él. Había varias personas más aquí, cuyos nombres ambos desconocían. Sí, no importaba, mañana ni siquiera recordarán sus caras. Todos bebían y se divertían al máximo. 

Después de todo, todo lo que pasó en la "Cueva" siempre permanecía en la "Cueva". Este es el eterno lema de este establecimiento. 

- Escucha, sal ya de aquí. No tengo ningún deseo de verte follar", dice Jimin con disgusto, mirando a su amigo besando a las chicas por turno. Seokjin se separa de los labios del de la derecha y sonríe con aire de suficiencia. 

"Pensarías que no has visto esto antes", responde, levantándose con una chica del sofá, sujetándola por la cintura y agarrando la mano de la otra. 

"Me gustaría borrar esto de mi memoria, pero, ¡ay!", responde Park haciendo una mueca y le entrega la llave de la habitación. 

- No gracias. 

"No, gracias", dice Jin, tomándolo y golpeando con los nudillos el puño extendido de su amigo. Jimin, Seokjin y Yoongi saben exactamente dónde ir para divertirse. El dueño del club es un viejo amigo suyo, por lo que se puede decir que este lugar les pertenece. Ellos son los invitados más importantes y siempre esperados aquí. En este lugar pueden discutir cualquier tema y estar absolutamente seguros de que no saldrá de estos muros. El trío se siente bastante seguro aquí. Se divierten, beben mucho y llevan una vida sexual promiscua. Y esta clave existe sólo para tres personas en este establecimiento, por lo que si uno de ellos está impaciente por tener privacidad, se la pasan entre sí como si fuera un trofeo. 

Park toma unos sorbos del cuello de la botella y siente que el líquido caliente inmediatamente le quema la garganta. A pesar de la completa relajación en su cuerpo debido a la elevada temperatura de la sangre, su cerebro continúa trabajando activamente y piensa intensamente en cuándo regresará Yoongi de su próxima tarea. Necesita saber que todo salió bien para poder calmarse. La chica sentada en su regazo se vuelve cada vez más audaz y segura después de beber alcohol, por lo que juguetonamente lo empuja en el pecho y se sienta encima de él, abriendo las piernas a los lados.