Era una tarde fantástica cuando Yoko Tanaka viajaba hasta la casa de unos conocidos de su familia, pronto iban a tener a su primer primogénito y necesitaban terminar unos pendientes antes de que pasara.
Desgraciadamente, cuando llegó a la mansión Addams, era todo un caos. Se adelantó el bebé.
Yoko suspira, no había de otra tendría que esperar.
Pasaron dos horas cuando todo se comenzó a tranquilizar, el señor Addams estaba que lloraba de felicidad.
- felicidades - dice ella cuando el hombrecito por fin estaba frente a ella.
Gomez Addams, el segundo hijo de la familia Addams y heredero del clan. Ya que la tradición hablaba de que solo el segundo de la famila podría ser el líder. Y desde hacía tiempo los vampiros del clan Tanaka eran aliados de ellos, por cuestiones muy antiguas más que su larga vida de la chica.
- oh pero si eres tu Yoko - dice el, mientras se limpia las lágrimas de felicidad.
- si, mi padre me pidió ayuda con el tema del negocio - responde acercándose a el y dándole una palmada en el hombro. - jamás cambias hombre... solo te hicistes más llorón - dice de broma, ella lo conocía desde hacía tanto que le gustaba gastarle bromas al hombre.
- oh que mala eres, ya estarás así cuando tengas hijos - dice ofendido Gomez.
Después de verse ambos serios, se empiezan a reír juntos.
Cuando se calmaron fue Yoko la que pregunto. - ¿niño o niña? - ambos camina hasta la oficina de Gomez.
- ¡es una niña! - grita el hombre feliz pero empieza a llorar. - es una pequeña niña, linda y preciosa - termina de expresar su amor por la pequeña bebé. - aunque mi suegra dice que será una bruja solitaria... - eso hace que a Yoko le tome mucha importancia a sus palabras. - no sé si sabes sobre la leyenda de los brujos videntes, peor es probable que mi pequeña sea una vidente y cuervo - esas palabras, eran de mucha importancia... pues había muchas historias sobre ello. - es una lástima, mi pequeña... espero que si pueda cambiar su destino... -
Ambos llegan a la oficina donde Gomez se sienta en un sillón exhausto, Yoko se sienta en un mueble cerca del escritorio y algo alejado al hombre.
- tranquilo amigo mío. Tu pequeña de seguro también tendrá la maldición Addams... - el hombre sonríe. - ý dado que es tu hija de seguro que lo conseguirá -
Ambos se vuelven a reír, pues sabían que era probable que le pasara a la niña.
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Yoko miraba a la chica oscura y lúgubre, que se encontraba sentada en el patio de la academia.
Sonriendo divertida murmura bajo. - si que se parece a su padres - sonríe, pero rápidamente se recompone, pues una chica rubia llegó a su lado.
- ¿puedes creerlo? - dice ella tomando del brazo a la vampira. - tiene un familiar que solo es una mano viviente - sonaba sorprendida y asustada, pero más sorprendida.
- te creo... algo así como una maldición... supongo - responde ella, aún con sus lentes oscuros podía trasmitir tranquilidad, su mirada se fue otra vez a la gotica.
- así es, pero ella dice que es más un misterio la verdad - se cruza de brazos, observando a la gótica con una mirada examinadora. - es linda - termina de decir Enid.
Yoko voltea la mirada a la rubia, la mirada que tenía la chica era muy honesta, le gustaba.
- bueno... no sé que decir... a mi me gustan más las sirenas - mira a Divina desde lejos, su novia.
