Wednesday no solo es descendiente de brujas, también tiene un don que le ha causado el apodo de "loca" y aún cuando no le molesta, ciertamente es lo contrario.
Pues no solo su familia son descendientes de varios tipos de excluidos en la historia. Sino que su madre es de un linaje de brujas muy poderosas y grande.
Al principio se creía que Wednesday sería normal en el sentido de la palabra, que solo sería una más de las jóvenes brujas que tienen el poder de maldecir y hacer posiones. Pero un día cuando recién había fallecido un familiar algo lejano y estaban en la ceremonia de entierro.
Su padres vieron a la chica hablando con la nada, solo tenía 6 años y Wednesday, estaba actuando algo extraña para ser ella.
Cuando su padre se acercó a la niña y pregunto con quien hablaba, se tipo que estaba hablando con el "tio" el mismo que acababa de ser enterrado.
Tanto su madre como su padre, se dieron cuenta que podía ver a los muertos.
De cierta manera, la pequeña disfruto mucho de dicho descubrimiento.
Pero no pasó tanto para desear no tenerlo.
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Tenía 22 años ahora.
Y Wednesday disfrutaba mucho de varias actividades en su vida.
Uno de esos era escribir novelas de terror y misterio, le iba bien la verdad. Con el seudónimo de "la dalia negra" se hizo un lugar en el mundo de la literatura. Pero no le era suficiente para ella, así que decidió meterse al área médica.
Más exactos a la parte de doctora.
Lo más extraño para sus padres fue saber que ella quería encontrar maneras de salvar vidas y no de provocar. Pero ella mencionó que le encantaba la idea de abrir una persona viva y poder mover órganos o hasta retirarlos para volver a dejar conciente a la persona. Le causaba un morbo.
Sus progenitores la dejaron ser, y decidieron no preocuparse por su otro don en su vida.
Aunque ella ya no lo mencionó otra vez, sabía que ese mismo problema le causo conflictos en su pasado.
Mientras terminaba de estudiar en su lúgubre departamento, una sombra pasa frente a ella e intenta llamar la atención.
Era el fantasma de un gato negro, ella le puso el apodo de Nero. Venia con el departamento donde ahora vivía, y no podía saber porque el estaba ahí. Era difícil saber lo que un animal siente o quiere decir.
- Nero, ya te dije que no puedo - dice ella mirando a los ojos medio cerrados del animal. - es difícil acariciar a un espíritu - murmura bajo, pero sabia que el animal entendía, los gatos son inteligentes.
Suspirando y solo observando como el animal se mueve de un lado a otro queriendo que lo acaricien, la chica intenta otra vez sin éxito.
- ¿ves? - pregunta ahora algo irritante, pues ella quería poder complacer al pequeño.
Se levsnto de su lugar de lectura y se dirige a su habitación, donde busca entre sus cosas su uniforme. Tenia clases nocturnas, era el momento de practicar con un cuerpo humano.
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De camino a la sala de la morgue, ve un joven intentando hablar con una enfermera y doctor. Pero ellos no le hacían caso, por un segundo pensó que estaba siendo muy molesto.
Fue cuando notó como intentó em chico tocar a las personas y fue atravesando como si nada.
"Oh no...." penso Wednesday al ver la realidad del asunto.