XI

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¿Un momento para pensar? ¡Si fue él quien le mintió! Fue Harry quien mintió, Harry quien construyó una mentira, ¿verdad? Y ahora, ¿por qué es Louis quien se siente mal? ¿Por qué él es quien recibe la reprimenda?

Louis no hizo nada para merecer esto. No es su culpa tener sentimientos intensos hacia Harry, no es su problema lidiar con la obsesión que siente. Él simplemente no puede controlar lo que su corazón le dicta.

Pero Harry... Harry tiene una vida aparentemente perfecta, una familia estable, una esposa, un hijo. Mientras tanto, Louis se encuentra en las sombras, sintiendo que solo es visto como un amante clandestino, cuando en realidad desea mucho más que eso.

Louis anhelaba todo de Harry, no solo pequeños momentos a escondidas, no solo migajas de afecto en la oscuridad. Quería ser parte integral de la vida de Harry, quería que su amor fuera reconocido y compartido abiertamente.

Así que sí, Louis tenía todo el derecho de estar enojado, de sentir una furia abrasadora y una frustración abrumadora. No era justo que Harry actuara como si Louis fuera el único responsable, el único culpable.

No era justo que Harry, con su engaño y su doble vida, hiciera que Louis se sintiera como si estuviera perdiendo la razón, como si estuviera luchando solo contra una batalla que nunca pidió librar.

Se sentía traicionado, no solo por las mentiras de Harry, sino también por la forma en que ahora parecía echarle la culpa de todo. Era como si Louis fuera el único culpable de haberse enamorado profundamente de alguien que, aparentemente, ya tenía una vida completamente establecida.

-¿Cómo puedes simplemente caminar fuera de aquí y dejarlo así?- Louis murmuró para sí mismo, sintiendo cómo la rabia bullía dentro de él.

Se levantó de su escritorio con pasos pesados, la frustración haciéndolo sentir más pequeño de lo que ya se sentía. Miró por la ventana de su oficina, observando las luces de la ciudad que parpadeaban en la noche. Había momentos en los que creía que Harry podría ser el único para él, el único que entendía y compartía sus pasiones y sueños.

Pero ahora, esas ilusiones se desvanecían en el aire como humo. Se sentía como si hubiera sido engañado, como si hubiera sido conducido a un callejón sin salida emocional.

La puerta de la oficina se abrió de golpe, y Louis se giró bruscamente, esperando ver a Harry con una disculpa en los labios, con una promesa de que resolverían esto juntos. En cambio, era su jefe quien entró, con una expresión preocupada en el rostro.

-Louis, ¿estás bien?- preguntó el jefe, notando la tensión en la habitación.

Louis asintió con desgana. -Sí, estoy bien. Solo... necesito un momento para ordenar mis pensamientos.-

Su jefe pareció dudar por un momento antes de asentir lentamente. -Entiendo. Tómate el tiempo que necesites.

Con un suspiro, Louis agradeció con la cabeza y vio cómo su jefe se retiraba de la oficina, dejándolo solo con sus pensamientos tumultuosos. Cerró los ojos un momento, tratando de encontrar claridad en medio del caos emocional que lo invadía.

¿Cómo había llegado hasta aquí? ¿Cómo podría enfrentar a Harry nuevamente después de todo esto? Estas preguntas resonaban en su mente mientras luchaba por encontrar una salida, por encontrar un camino que lo llevara fuera de este torbellino de sentimientos que amenazaba con consumirlo por completo.

Louis salió de la oficina con paso pesado y cansado. Ya no podía soportar más el peso de las emociones que lo habían abrumado durante todo el día. La única cosa en la que podía pensar era en ir a casa y descansar, dormir hasta que el nuevo día trajera consigo nuevas posibilidades.

Mientras caminaba por las calles iluminadas por las luces de la ciudad, sintió cómo el calor en su pecho, ese calor que lo había acompañado durante tanto tiempo, se había desvanecido. Era un abrazo cálido que ahora se había convertido en una sensación vacía y fría en su vientre y en su mente.

Era extraño, desconcertante incluso. Louis frunció el ceño mientras intentaba entender qué había cambiado, por qué de repente se sentía tan desconectado de todo lo que una vez le había importado tanto.

Pero ahora, todas esas ilusiones parecían tan lejanas como las estrellas en el cielo nocturno sobre él. La realidad había llegado con toda su brutalidad, recordándole que nunca había sido más que una sombra, una complicación no deseada.

Al llegar a su apartamento, Louis cerró la puerta tras de sí con un suspiro de alivio. Se dejó caer en el sofá, sintiendo cómo el agotamiento físico y emocional lo envolvía como una manta pesada. Su mente seguía dando vueltas, tratando de encontrar respuestas que parecían eludirlo a cada paso.

Finalmente, se rindió ante la inevitabilidad del sueño. Se dirigió a la cama y se hundió entre las sábanas, cerrando los ojos con la esperanza de que el descanso le trajera algo de claridad en medio de la confusión.

Mañana sería otro día, con nuevas decisiones por tomar y nuevas realidades por enfrentar. Pero por ahora, en la quietud de la noche, Louis solo quería encontrar la paz que tanto ansiaba, lejos del tumulto emocional que había consumido su día.




867 Palabras.

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