XLII

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Harry le había pedido a Louis si podía ir a buscar a Matt al jardín, ya que él tenía una reunión importante.

Sin pensarlo dos veces, Louis aceptó. Se dirigió al estacionamiento y encontró el auto de Harry. Con una sonrisa, se acomodó en el asiento del conductor y encendió el motor. El trayecto fue tranquilo, con el sol de la tarde brillando a través de las ventanas y la suave música que llenaba el auto.

Llegó al jardín de infantes y estacionó frente a la entrada. Al entrar, fue recibido por la amable sonrisa de una de las maestras.

—Hola, buenas tardes. Vengo por Matt Styles—murmuró Louis, mirando a la mujer detrás del mostrador.

—¿Tu eres?—cuestionó la maestra, abriendo un cuaderno donde aparecían todos los padres y contactos autorizados para recoger a cada niño.

—Em... Louis Tomlinson, aunque no creo que esté en la lista—respondió, señalando el cuaderno con una sonrisa insegura.

La maestra revisó el cuaderno con atención. —Entonces no...—

Antes de que pudiera decir más, una pequeña vocecita interrumpió.

—¡Pa Lou! ¡Pa Lou!—gritó Matt, corriendo hacia Louis con los bracitos extendidos.

Louis se agachó y abrió los brazos para recibir al pequeño, quien se lanzó a sus piernas con entusiasmo.

—Hola, cariño—sonrió Louis, levantando a Matt y abrazándolo con ternura.

—¡Pa Lou!—dijo Matt, envolviendo sus bracitos alrededor del cuello de Louis.

La maestra frunció el ceño, mirando la escena con una expresión de confusión. —Usted no es su padre.

—¡Mi papi Lou!—dijo Matt, señalando a Louis y luego a la maestra con una sonrisa amplia, como si fuera obvio.

Louis sintió un nudo en el estómago, pero le sonrió al pequeño y lo abrazó más fuerte. —Sí, soy yo, Matt—dijo suavemente, mirando a la maestra con una mezcla de nerviosismo y determinación.

La maestra observó a Louis con una expresión de duda.

—Lo siento, pero solo puedo entregar a los niños a los padres o tutores autorizados—dijo, manteniendo una actitud firme. —No veo su nombre en nuestra lista.

Louis sintió una mezcla de frustración y preocupación. Matt seguía abrazado a él, mirando a la maestra con curiosidad.

—Mire, yo estoy aquí porque Harry, el padre de Matt, me pidió que lo recogiera—explicó Louis, tratando de mantener la calma. —Estoy seguro de que Harry dejó una nota sobre esto o lo mencionó cuando hizo la lista de contactos.

La maestra revisó nuevamente el cuaderno, frunciendo el ceño mientras pasaba las páginas. —No veo ninguna nota reciente sobre cambios en la lista de contactos. Necesito hablar con el director para resolver esto.

Louis asintió, entendiendo la necesidad de seguir los protocolos. —Está bien, por favor, hágalo. Matt y yo podemos esperar aquí.

Matt, ajeno a la tensión, seguía aferrado a Louis y murmuraba contento, señalando su mochila y charlando sobre su día en el jardín.

Louis intentó distraerlo con una sonrisa y un par de juegos mientras la maestra se dirigía a buscar al director. Su corazón latía con fuerza, deseando que todo se resolviera pronto para poder llevar a Matt a casa.

—¿Papá?—cuestiona Matt, tomando una pequeña pelota de fútbol entre sus manos y lanzándola a Louis con entusiasmo.

Louis recibe la pelota con una sonrisa, dándole un pequeño pase de vuelta al niño. —Papá Harry está ocupado en una mega reunión, campeón—le explica, tratando de calmar al pequeño con su tono suave. —Está trabajando, pero lo veremos en casa.

Obsesión SecretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora