XXXIII

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La semana pasó jodidamente y en un parpadeo ya era el día del viaje a Italia.

Las valijas y bolsas estaban siendo empujadas por Harry en un carrito perteneciente al aeropuerto. Louis llevaba a Matt en su carriola mientras hablaba con su madre por teléfono.

Joder, no debería haberle contado a su hermana sobre el viaje, sobre Harry o Matt, nada. Era obvio que ella iba a hablar con Johanna.

-Joder, soy un adulto y es mi maldita vida. Puedo hacer lo que quiera con ella. Ya no soy el niño que crees que soy- murmuró contra el teléfono, tratando de mantener la voz baja.

-Soy tu madre, Louis, ¿entiendes eso?- respondió su madre, su tono autoritario traspasando la línea telefónica.

-Sabes, mamá, ya he aceptado que me importa muy poco lo que pienses. Ahora estoy formando mi propia familia por mi cuenta.-

-¿Formando una familia? Louis, tú no puedes formar una jodida familia.-

-¿Por qué? ¿Porque soy gay? ¿Porque estoy de novio con un hombre? ¿Porque él tiene un hijo? Dime, dime el jodido por qué.-

Hubo un silencio en la línea, y Louis pudo sentir la tensión creciendo. Harry se acercó, notando la expresión angustiada de Louis, y le dio un apretón tranquilizador en la cintura.

-Louis, simplemente no quiero que te lastimen- dijo finalmente su madre, su tono suavizándose un poco, pero aún lleno de desaprobación. -No es lo que soñé para ti.-

-Pues es mi vida, no la tuya, mamá. Y no estoy pidiendo tu aprobación. Estoy feliz, y eso debería ser suficiente para ti- replicó Louis, su voz temblando ligeramente con la emoción contenida.

Harry lo miró con preocupación, queriendo intervenir pero sabiendo que este era un momento que Louis necesitaba enfrentar por sí mismo.

-No sabes en qué te estás metiendo- insistió su madre. -No quiero verte destrozado por decisiones impulsivas.-

-No son decisiones impulsivas- Louis respiró hondo, sintiendo la frustración arremolinándose en su pecho. -He pensado mucho en esto, mamá. Harry me hace feliz, y Matt es un niño increíble. Estamos construyendo algo hermoso juntos. Si no puedes aceptar eso, es tu problema, no el mío.-

Su madre suspiró al otro lado de la línea. -Esta bien, has lo que quieras.

-Lo haré.- respondió Louis, sintiendo una oleada de determinación. -Nos vemos cuando regrese.

Colgó el teléfono, sintiéndose agotado pero aliviado. Harry lo envolvió en un abrazo, besándole la sien.

-Lo hiciste bien, conejito. Estoy orgulloso de ti- susurró Harry.

Louis asintió, tomando una profunda respiración. -Gracias, Hazz. Ahora vamos a disfrutar de este viaje.

Mientras se dirigían hacia la puerta de embarque, Louis sintió que, a pesar de las dificultades, estaba en el camino correcto. Con Harry y Matt a su lado, estaba listo para enfrentar cualquier cosa que el futuro les deparara.

Una vez en el avión, Louis se acomodó en su asiento junto a la ventana, con Matt en su regazo. Harry se sentó a su lado, asegurándose de que todo estuviera en orden antes de despegar. Louis todavía sentía el peso de la conversación con su madre, pero la presencia tranquilizadora de Harry y la inocente curiosidad de Matt lo ayudaban a relajarse.

-¿Estás bien?- preguntó Harry en voz baja, tomando la mano de Louis.

Louis asintió, apretando la mano de Harry en señal de agradecimiento. -Sí, solo... es difícil. Pero estoy bien. Gracias por estar aquí.

Harry sonrió, inclinándose para darle un suave beso en la mejilla. -Siempre, Lou. Vamos a hacer que este viaje sea increíble.

Matt, ajeno a las preocupaciones de los adultos, miraba con fascinación por la ventana, sus pequeños ojos brillando con emoción. Louis no pudo evitar sonreír ante la expresión de asombro en el rostro del niño.

-¿Puedo preguntar qué fue lo que sucedió?- cuestionó Harry, con una mezcla de preocupación y curiosidad en su voz.

-Lo acabas de hacer- respondió Louis con una pequeña sonrisa, tratando de aliviar la tensión.

-Lo siento- se disculpó Harry rápidamente, apretando ligeramente la mano de Louis.

-No, está bien. A mí también me daría curiosidad si te escuchara discutir con tu madre- murmuró Louis, mirando por la ventana del avión mientras su mente volvía a esos recuerdos dolorosos. -Mi madre... ella nunca aceptó el hecho de que soy gay, y eso que salí del clóset a los quince años. Aunque, en cierto punto, lo entiendo; viene de una familia católica, extremadamente tradicional. Sé que es difícil abrir la mente a cosas nuevas. Pero lo que realmente duele es que siempre fui el hijo que daba todo, el que se esforzaba por todo y no recibía ningún reconocimiento de sus padres.-

Harry escuchaba atentamente, su corazón apretándose al ver la tristeza en los ojos de Louis.

-¿Sabes lo que es eso para un adolescente?- continuó Louis, su voz temblando ligeramente. -Ver a tus padres admirar a tus hermanas, Lottie y Felicite, sin importar lo que hicieran. Feli, en particular, se metía en problemas en la escuela, en todos lados, y mi madre nunca se quejó, nunca le dijo algo. Pero a mí, cuando se me caía un cubierto o simplemente bajaba de nota a un ocho o tal vez un nueve en un examen, me llamaba una mierda inservible.-

Harry sintió un nudo en la garganta. -Lou, tú no eres...

-Lo sé, sé que no soy una mierda inservible- dijo Louis, interrumpiéndolo, su voz más firme ahora. -Tuve educación, fui a la universidad, tengo un buen trabajo y, bueno... los conocí a ustedes. Pero es difícil sacudirse esa sensación de no ser suficiente, de no ser querido tal como eres.-

Harry apretó la mano de Louis con más fuerza, sus ojos llenos de cariño y determinación. -Lou, eres increíble. Eres una persona increíble, y si tu madre no puede verlo, es su pérdida, no la tuya.

Louis sonrió débilmente, sintiéndose un poco más aliviado al compartir su dolor. -Gracias, Hazz. Tenerte a ti y a Matt en mi vida me ha mostrado lo que realmente significa ser querido y aceptado. Y por eso, estoy muy agradecido.

-Nosotros también estamos muy agradecidos por tenerte en nuestras vidas- respondió Harry, inclinándose para darle un beso en la frente. -Vamos a crear recuerdos hermosos en este viaje, Lou. Es solo el comienzo de muchas cosas maravillosas juntos.

Louis asintió, sintiendo una nueva ola de esperanza y emoción. Mientras el avión continuaba su vuelo hacia Italia, dejó que la calidez del amor de Harry y Matt lo envolviera, listo para enfrentar lo que el futuro les deparara.



1076 Palabras.

Obsesión SecretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora