Louis gruñó ligeramente, sintiendo los dedos de Harry acariciar su rostro con una suavidad que le hacía desear quedarse allí para siempre. La luz del sol de la mañana se filtraba a través de las cortinas, bañando la habitación en un cálido resplandor dorado.
—Mhm, déjame —pidió, bajando su rostro hasta el pecho de Harry, acomodándose para buscar más calor y confort en su cercanía.
Harry rió suavemente, abrazándolo más fuerte. —Amor, debemos ir al trabajo e ir a dejar a Matt al jardín —le recordó, aunque su tono estaba cargado de ternura y una ligera renuencia a moverse.
Louis hizo un sonido de protesta, cerrando los ojos con más fuerza. —Un ratito más, Harry —rogó, su voz apenas un murmullo contra la piel de Harry.
Harry suspiró, besando la coronilla de Louis. —Solo un ratito más, pero luego tendremos que levantarnos —concedió, acariciando su espalda lentamente, disfrutando de esos momentos de tranquilidad y cercanía.
La luz del sol jugaba sobre la piel desnuda de Louis, creando sombras y destellos que Harry encontraba fascinantes. Podía sentir el ritmo lento y constante del corazón de Louis contra su pecho, un recordatorio de lo real y precioso que era este momento.
Louis sonrió contra el pecho de Harry, sintiéndose completamente en paz. —Te quiero—susurró, sus palabras casi inaudibles, pero llenas de sinceridad.
Harry sonrió, sintiendo una oleada de cariño y gratitud. —Yo también te quiero, conejito —respondió, apretándolo un poco más fuerte. La realidad y las responsabilidades podían esperar un poco más mientras se acurrucaban juntos, disfrutando del amor y la conexión que compartían en la quietud de la mañana.
Después de unos minutos más de disfrutar del calor mutuo, Harry se removió suavemente. —Conejito, debemos levantarnos y bañarnos antes de que Matt se despierte —dijo en un susurro. —No queremos que nos encuentre en este estado —añadió con una sonrisa.
Louis gruñó de nuevo, pero asintió débilmente. —Está bien, solo porque lo dices tú —murmuró, levantando la cabeza para mirarlo con ojos adormilados pero llenos de cariño.
Harry rió suavemente y besó a Louis en la frente antes de ayudarse mutuamente a levantarse de la cama, listos para comenzar el día juntos.
Louis bostezo, caminando despacio hacia el baño, con Harry siguiéndolo por detrás, su mirada pegada en su trasero.
—Levanta esa mirada, Styles —dijo Louis tomando su cepillo de dientes y esbozando una sonrisa.
Harry se rió suavemente, levantando las manos en señal de inocencia. —No puedo evitarlo, conejito. Tienes un trasero demasiado tentador —respondió, acercándose para encender la ducha.
Mientras el agua comenzaba a calentarse, Harry hizo un comentario con una sonrisa pícara—. Espero que el agua no sea lo único que se caliente aquí —dijo, guiñándole un ojo a Louis.
Louis, con el cepillo de dientes aún en la boca, rodó los ojos pero no pudo evitar sonreír—. Eres un pervertido, Harry. ¿No tienes suficiente?
Harry soltó una carcajada—. Nunca tengo suficiente de ti, amor. Además, una ducha juntos siempre es una buena manera de empezar el día. Limpios y... bueno, ya sabes, más unidos —bromeó metiéndose a la ducha.
Louis terminó de cepillarse los dientes y se unió a Harry bajo el agua tibia. —Tienes una mente muy sucia, Styles. Pero creo que me gusta —admitió, dejándose envolver por el abrazo de Harry bajo el chorro de agua.
—Lo sé, y eso es lo que te mantiene interesado —respondió Harry, besando el hombro de Louis antes de tomar el gel de ducha y comenzar a masajearle la espalda.

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Obsesión Secreta
RomanceLouis Tomlinson, desde una temprana edad, tuvo la fascinación por ver sexo, especialmente el sexo gay. Al principio pensó que era algo normal, ya que se supone que todos pasan por esa etapa debido a las hormonas y demás. Aunque Louis, con ya veintic...