I

513 21 6
                                    

Probablemente este día se consideraba el peor de todos: el peor de la semana, el peor del mes, el peor del año, el peor de toda su vida.

Él lo sabía, sabía su secreto y ahora estaba acabado.

Sabía que no debía, no debía usar ese maldito vibrador doble, pero no se pudo resistir, no se conformó con las estúpidas bolas chinas.

No era su intención, pero él lo escuchó. Escuchó ese maldito vibrador en su interior, vio cómo sus pantalones se humedecían, lo escuchó gemir.

Debía considerar la posibilidad de suicidarse allí mismo, tal vez si se tiraba del octavo piso moriría por un infarto antes de caer al suelo.

Pero su cuerpo seguía excitado. Seguía jodidamente duro y húmedo, quería más, quería que ese rizado posara su mirada verde en él, que lo obligara a tocarse, a torturarse hasta correrse.

La mirada de Harry Styles, con esos ojos verdes intensos, lo había atrapado en más de una ocasión. Louis había fantaseado incontables veces con la idea de ser descubierto, de ser dominado por Harry. Pero nunca pensó que ese día llegaría, y mucho menos de esta manera.

Harry se acercó lentamente, sus pasos resonando en el suelo de la oficina desierta. Louis podía sentir su corazón latir con fuerza, cada segundo que pasaba se sentía como una eternidad. La vergüenza y el deseo se entrelazaban en su mente, creando una mezcla embriagadora que lo dejaba sin aliento.

-Louis -dijo Harry con voz baja, pero firme-. ¿Qué estás haciendo?

Louis tragó saliva, sus manos temblaban ligeramente mientras intentaba recomponerse. Sabía que no había escapatoria, que cualquier intento de disimular sería inútil. El vibrador seguía zumbando dentro de él, una tortura placentera que lo mantenía al borde del éxtasis.

-Harry, yo... -comenzó a decir, pero las palabras se quedaron atrapadas en su garganta.

Harry lo miró con una mezcla de curiosidad y algo más oscuro. Louis podía ver el brillo en sus ojos, esa chispa que indicaba que Harry también estaba disfrutando de la situación. Se acercó aún más, susurrando al oído de Louis.

-¿Tienes un vibrador en tu interior? -preguntó Harry, con un tono que mezclaba incredulidad y curiosidad.

-No-yo... -intentó negar Louis, su voz quebrándose.

-No me mientas, no le mientas a tu superior. Conozco ese sonido -interrumpió Harry, su tono severo.

Louis sintió que el calor subía a su rostro, su vergüenza mezclándose con una excitación aún mayor. Harry deslizó su mano por el cuerpo de Louis, recorriendo su pecho hasta llegar a la cintura. El contacto envió una ola de placer a través de Louis, que tuvo que morderse el labio para no gemir. Harry sonrió al ver la reacción de Louis y se inclinó para hablarle al oído nuevamente.

-¿Qué haces? -preguntó Louis, su voz temblando.

Harry sonrió, una sonrisa llena de promesas oscuras.

-Se que lo deseas desde hace meses -respondió Harry-. Noto tu mirada, noto el tintineo de las bolas chinas en tu interior mientras caminas por los pasillos. Sé tu jodido secreto y te voy a arruinar. Te voy a torturar.-

Louis tragó saliva, su cuerpo temblando bajo las caricias de Harry. Cada palabra que salía de la boca de Harry lo excitaba aún más, llevándolo al borde del éxtasis.

-No te muevas -ordenó, y Louis obedeció instintivamente.

Harry comenzó a desabrochar los pantalones de Louis, dejando al descubierto la evidencia de su excitación. Louis cerró los ojos, dejando que el placer y la humillación lo inundaran.

-Abre los ojos -ordenó Harry-. Quiero que me mires mientras te toco.

Louis obedeció, sus ojos encontrándose con los de Harry. En ese momento, todo lo demás desapareció. Solo existían ellos dos, atrapados en un juego de poder y deseo. Harry empezó a acariciarlo, moviendo el vibrador en su interior, aumentando la intensidad.

Louis se estremeció, su cuerpo temblando bajo el control de Harry. Cada caricia, cada movimiento del vibrador lo llevaba más cerca del límite. No podía aguantar más, sentía que iba a explotar en cualquier momento.

-Por favor -suplicó Louis, su voz apenas un susurro-. Necesito...

-No -interrumpió Harry, su tono severo-. No hasta que yo lo diga.

Louis cerró los ojos con fuerza, tratando de mantener el control. Pero era inútil, Harry tenía el poder absoluto sobre él, y Louis lo sabía. Cada segundo que pasaba era una tortura deliciosa, una prueba de resistencia que solo aumentaba su deseo.

Finalmente, Harry se inclinó y susurró en el oído de Louis.

-Ahora.

Louis dejó escapar un gemido ahogado mientras alcanzaba el clímax, su cuerpo sacudido por oleadas de placer. Harry lo sostuvo, sus manos firmes y seguras, guiándolo a través de la tormenta de sensaciones. Cuando todo terminó, Louis se desplomó contra Harry, agotado pero satisfecho.

Harry lo miró con una sonrisa satisfecha, sus ojos brillando con una mezcla de triunfo y ternura.

-Esto es solo el comienzo, Louis -dijo Harry suavemente-. Solo el comienzo.





813 Palabras.

Obsesión SecretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora