El viernes pasó como cualquier otro día, nada fuera de lo usual. Harry estuvo en una reunión toda la mañana y, cuando se desocupó, Louis ya no estaba allí.
Y rápidamente llegó el sábado, el día de fiesta, el día de salir y estar con un hombre que no volverás a ver nunca en tu vida.
Pero lo único en lo que Louis puede pensar es en él, en el abogado rizado de ojos verdes.
Harry, Harry, Harry.
Cómo desea que ese hombre lo destruya, cómo desea gritar ese nombre, cómo desea que lo tome.
Y es que está insatisfecho. Luego de drenar cada gota del espeso líquido blanquecino, Harry simplemente lo echó de la oficina, sin siquiera tomarlo.
Y necesitaba más, necesitaba todo.
Así que allí estaba, acostado en su cama pensando en él. La frustración y el deseo lo consumían. Se imaginaba a Harry dominándolo, haciéndolo suyo, y la necesidad se hacía insoportable.
Louis cerró los ojos, su mano deslizándose lentamente por su cuerpo. Se tocaba como un adolescente, cada caricia amplificando el deseo que sentía por Harry. Su respiración se volvió más pesada, su mente llena de imágenes de Harry mirándolo con esos ojos verdes intensos, su voz firme dándole órdenes.
- Harry... - susurró Louis, con un gemido apenas audible, mientras sus dedos trazaban líneas de fuego sobre su piel.
La sensación de vacío era abrumadora. Recordaba cómo sus papilas gustativas habían absorbido cada gota, cómo su garganta había sentido el líquido espeso deslizándose hacia su estómago. Y luego, el rechazo frío, la sensación de ser descartado.
Louis necesitaba más. Necesitaba ser tomado, destruido, amado. El recuerdo de Harry lo estaba volviendo loco.
Se arqueó en la cama, su cuerpo temblando de necesidad. Quería a Harry, lo deseaba con una intensidad que casi le dolía. Imaginó las manos de Harry sobre él, su voz ordenándole, su cuerpo reclamándolo.
Finalmente, con un grito ahogado y el nombre de Harry en sus labios, Louis alcanzó su clímax, su cuerpo sacudido por oleadas de placer. Se dejó caer sobre la cama, exhausto, con la mente todavía fija en el único hombre que deseaba más que a nadie en ese momento.
El teléfono de Louis sonó con estridencia, tan fuerte que casi lo hizo gritar por el susto. Su respiración aún era errática, producto de la intensa sesión de autocomplacerse que había estado a punto de culminar.
Con voz temblorosa y en un susurro apenas audible, respondió -¿Hola?-
-Hola- La voz profunda y ronca de Harry lo recorrió como una ola de electricidad, provocando un gemido ahogado que casi escapa de sus labios.
-Ha-harry- tartamudeó, tratando de controlar la ola de excitación que lo invadía.
-¿Hola, niño? ¿Te estás portando bien? Porque conozco esa voz... ¿Estás con alguien?-
-Yo-yo no, no. Estoy solo- Respondió Louis, su voz cada vez más ronca.
-¿Me estás mintiendo, Louis? Odio las mentiras.- La voz de Harry era un suave rugido, lleno de posesividad y dominio.
-No-no te estoy mintiendo, estoy solo. En casa, en mi cama...- Sus palabras se diluían entre jadeos mientras recordaba la intensa sensación que lo había invadido momentos antes.
-¿Qué estabas haciendo? Dimelo- exigió Harry, su voz cargada de deseo.
-Yo-em...- Louis dudó, consciente de la mirada invisible que Harry parecía tener sobre él.
-Dime- insistió Harry con voz ronca.
-Me estaba tocando...- confesó finalmente, su voz apenas un susurro.
-Oh, mi chico... ¿Quién te dio permiso para hacer eso?- La voz de Harry era una mezcla de reproche y excitación.
-Yo- nadie, nadie me dio permiso- respondió Louis, sintiendo un rubor ardiente extenderse por su cuerpo.
-Has sido un chico muy malo... tocándote sin mi permiso. Dime en quién pensabas cuando lo hacías, dimelo- ordenó Harry, su voz cada vez más ronca y dominante.
-Yo- en ti- Louis jadeó, incapaz de resistir la intensidad de la voz de Harry.
La confesión de Louis encendió una chispa de fuego en Harry. Su voz se convirtió en un gruñido bajo, cargado de deseo y posesividad.
-Muy bien, Louis. Ahora continúa lo que estabas haciendo, pero esta vez yo te guiare. Hazlo como si yo estuviera ahí contigo, tocándote, besándote... Hazlo hasta que te deseches en placer, solo para mí.-
Las palabras de Harry resonaron en los oídos de Louis como una orden irresistible. Con una mano temblorosa, tomó el objeto que había abandonado momentos antes y comenzó a acariciarse con renovado fervor, imaginando las manos de Harry sobre su piel, su boca devorando su miembro. Su respiración se aceleró, sus gemidos se intensificaron y, finalmente, con un espasmo final, liberó su placer en un torrente de ardiente éxtasis, susurrando el nombre de Harry en medio de sus jadeos.
-¿Te has corrido, Louis?- preguntó Harry con voz ronca, satisfecha.
-Si-sí, solo para ti- jadeó Louis, sintiendo un cosquilleo de satisfacción en su interior.
-Muy bien, mi chico. Ahora descansa. Te llamaré más tarde- ronroneó Harry, su voz llena de promesas.
Louis colgó el teléfono con una sonrisa en su rostro. La voz de Harry lo había llevado al borde del placer, y ahora solo podía esperar ansiosamente su próxima llamada.
850 Palabras.
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Obsesión Secreta
RomanceLouis Tomlinson, desde una temprana edad, tuvo la fascinación por ver sexo, especialmente el sexo gay. Al principio pensó que era algo normal, ya que se supone que todos pasan por esa etapa debido a las hormonas y demás. Aunque Louis, con ya veintic...