Nunca antes Louis había ido a la casa de Harry; nunca se había presentado la oportunidad, ya que siempre quedaban en la casa de Louis.
El viaje fue bastante ameno. Louis posicionó a Matt en el pequeño asiento del coche con cuidado, asegurándose de que estuviera cómodo antes de iniciar el recorrido hacia la casa de Harry. Mientras conducían por las tranquilas calles nocturnas, Louis reflexionaba sobre cómo sería el lugar de Harry. Tenía en mente una imagen sofisticada y moderna, casi sensual, quizás algo similar a la vivienda de Christian Grey, como en los libros que había leído.
Cuando finalmente llegaron y Harry abrió la puerta, Louis quedó sorprendido por la acogedora y modesta atmósfera de la casa. No era en absoluto lo que había imaginado. La decoración era cálida y confortable, con muebles que invitaban a sentarse y relajarse. No había signos de opulencia excesiva ni de un estilo de vida extravagante como había asociado con Christian Grey.
Harry lo guió por la sala de estar, donde había juguetes esparcidos por el suelo y una manta doblada en el sofá.
-Bienvenido a mi humilde morada -dijo Harry con una sonrisa, cerrando la puerta detrás de ellos-. No es tan ordenada como tu casa, pero espero que te sientas cómodo.
-Es encantadora, Harry -respondió Louis sinceramente, mirando alrededor-. Tiene mucha vida.
Harry sonrió, evidentemente aliviado por la reacción de Louis.
-Llevaré a Matt a la cama -avisó Harry, su voz suave resonando en el pasillo.
Louis, siguiendo a Harry como un perrito faldero, observó cómo el rizado prendía las luces del pasillo y lo guiaba hacia una habitación con paredes en tonos grises y verdes suaves. Al entrar, Louis notó la cuidada decoración infantil: una cama en forma de auto, un cambiador con todo lo necesario, ropa limpia doblada con esmero y un par de osos de peluche sobre una estantería.
Harry se arrodilló junto a la cama y acunó a Matt, cuyos ojos curiosos brillaban en la penumbra de la habitación.
-Amor, debes soltar a papi -susurró Harry con ternura, acariciando suavemente la cabeza del niño.
-Mjh-pa -balbuceó Matt, aferrándose con más fuerza a la camisa de Harry.
-Matty, mi vida, es hora de dormir. Mañana visitaremos tu nuevo jardín -añadió Harry con voz calmada, intentando persuadir suavemente al pequeño.
El niño, enredado en la seguridad de los brazos de su padre, resistía con una determinación adorable, haciendo que el corazón de Louis se ablandara aún más. Era una escena que revelaba una faceta completamente nueva de Harry, alejada de la imagen del hombre dominante y seguro que Louis conocía tan bien.
Louis observó maravillado cómo Harry canturreaba una nana suave y acunaba a Matt hasta que finalmente se calmó, sus párpados pesados cerrándose lentamente. Con un cuidado experto, Harry lo colocó en la cama, cubriéndolo con la manta favorita del niño.
-Buenas noches, Matty. Papá te ama mucho -susurró Harry con un beso en la frente del niño, antes de apagar la luz y salir de puntillas de la habitación.
Louis, de pie en la puerta, se mordió el labio mientras observaba a Harry.
-¿Por qué eres tan buen padre, joder? -rió suavemente, dejando caer sus brazos alrededor del cuello de Harry-. Eres increíble. No me lo esperaba.
Harry se encogió ligeramente de hombros, sintiéndose halagado pero algo incómodo con el elogio.
-Intento hacer lo mejor que puedo, Lou. A veces no sé si lo estoy haciendo bien.
-Lo estás haciendo genial -aseguró Louis, acercándose un poco más a Harry. -¿Quieres besarme? -preguntó Louis de repente, aunque más como una declaración que como una pregunta, y antes de esperar una respuesta, ya había inclinado la cabeza para encontrar los labios de Harry.
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Obsesión Secreta
RomanceLouis Tomlinson, desde una temprana edad, tuvo la fascinación por ver sexo, especialmente el sexo gay. Al principio pensó que era algo normal, ya que se supone que todos pasan por esa etapa debido a las hormonas y demás. Aunque Louis, con ya veintic...