XX

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—¿Acaso quieres que todos te escuchen, conejito? ¿Quieres que tus superiores te escuchen? ¿Eso es lo que quieres? Dime —Harry murmuró, su voz cargada de desafío.

—Harry... por favor —Louis suplicó, su voz temblorosa y llena de necesidad.

Harry se inclinó más cerca, sus ojos fijos en los de Louis, exigiendo una respuesta. —Responde mi pregunta. ¿Estás tan necesitado como para asumir las consecuencias?—

Louis tragó saliva, su respiración entrecortada. —Sí... —susurró finalmente, sus mejillas ardiendo de vergüenza y deseo. —Estoy dispuesto a asumir las consecuencias.—

Harry esbozó una sonrisa, satisfecho con la respuesta de Louis. Se inclinó aún más cerca, su aliento cálido contra la piel de Louis.

—Eso es lo que quería oír —murmuró Harry, su voz baja y cargada de promesas. Sus dedos rozaron la línea de la mandíbula de Louis, un toque suave pero lleno de autoridad.

Louis cerró los ojos, dejando escapar un suspiro tembloroso mientras la tensión y el deseo se acumulaban en su interior. —Por favor, Harry... —susurró de nuevo, su voz apenas audible.

—Sabes que no puedo resistirme cuando me ruegas así —respondió Harry, su tono de voz suavizándose un poco.

—No te resistas... por favor —ruega Louis, su voz temblorosa.

Harry sonríe con satisfacción, inclinándose más cerca. —¿Estás rogando por mí? —murmura aunque parece mas una afirmación, su tono cargado de burla y deseo—. Estás tan húmedo y duro, y ni siquiera te he tocado, conejito.—

Louis gime, su cuerpo temblando de anticipación. —Por favor, Harry... —suplica, sus ojos llenos de necesidad.

Harry acaricia suavemente el rostro de Louis con la yema de sus dedos, sus movimientos lentos y deliberados. —Dime qué necesitas, conejito. Quiero oírlo de tus labios.—

Louis cierra los ojos, su respiración rápida y superficial. —Te necesito, Harry... —susurra—. Necesito que me toques.—

Harry ríe suavemente, disfrutando del control que tiene sobre Louis. —Así me gusta —dice, sus manos finalmente comenzando a deslizarse por el cuerpo de Louis, tocándolo con firmeza—. Ahora, sé un buen chico y déjame hacerte sentir bien.—

Louis se estremece al sentir el toque de Harry, su cuerpo respondiendo inmediatamente a cada caricia.

—Dime tu color— demanda.

—Verde.— susurra Louis.

—Ahora, conejito —dijo Harry, su voz un susurro cargado de deseo—, —sé un buen chico y déjame mostrarte lo que sucede cuando me obedeces.—

Están allí, en una pequeña oficina de archivos. Harry había salido de su reunión y, con casi dos horas libres, fue directo hacia Louis. Lo encontró en una de las pequeñas oficinas de archivos en la zona oeste del bufete.

Harry necesitaba descargarse, necesitaba tranquilizar su cuerpo tenso. Al abrir la puerta, la visión de Louis, concentrado en su trabajo, lo hizo sentir un ardor inmediato de deseo.

—Harry... —murmuró Louis, su voz apenas un susurro cargado de anticipación.

Sin decir una palabra más, Harry tomó el rostro de Louis entre sus manos, sus pulgares trazando suavemente la línea de sus mejillas. Louis cerró los ojos, entregándose al tacto reconfortante de Harry, sabiendo que estaba en buenas manos.

El ojiazul suspiró contra los labios de Harry, su boca buscando la suya en un beso ansioso y necesitado. Los labios del rizado respondieron con fervor, moviéndose con los de Louis en una danza de deseos contenidos y emociones desatadas.

Obsesión SecretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora