Pasaron un par de días hasta que Louis se dio cuenta de que no había llamado a Felicite, como Lottie le había sugerido.
Así que ese mismo viernes por la noche, con Matt dormido en su pecho y Harry tomando una ducha, decidió llamarla. Con cada tono de llamada, su ansiedad crecía. Finalmente, la llamada fue contestada.
—Hola—dijo Felicite, su voz débil y cansada.
—Feli, cariño, hola. ¿Cómo has estado? Disculpa por no haberte llamado antes—dijo Louis, acariciando el cabello rubio de Matt. Su corazón latía con fuerza, temiendo lo que su hermana pudiera decir.
—Está bien, no importa—respondió Felicite con un suspiro, su voz apenas audible.
—Lottie me ha dicho que te encontrabas mal, ¿qué ha sucedido?—preguntó Louis, su tono lleno de preocupación. Sentía un nudo en el estómago.
—Yo... yo, em...—Felicite titubeó, su voz quebrándose.
—Felicite, dime qué sucede—insistió Louis, su preocupación aumentando con cada segundo de silencio.
—Ya no estoy viviendo con mamá...—confesó finalmente, su voz apenas un susurro.
—¿Qué?—Louis se enderezó en el sofá, su preocupación creciendo. Sentía que el mundo se derrumbaba a su alrededor.
—Ella, bueno...—Felicite tomó una profunda respiración—. Me descubrió besándome con una chica y, bueno, tú sabes cómo es ella. Me echó. Me dijo que me fuera de la casa...
Louis sintió una mezcla de rabia y tristeza. Su madre siempre había sido difícil, pero esto era demasiado. Apretó los dientes, tratando de contener su ira.
—Dime dónde te estás quedando—dijo con firmeza, tratando de mantener la calma.
—En un motel—admitió Felicite, su voz temblando. Podía escuchar la desesperación en sus palabras.
—¿Desde hace cuánto? ¿Qué sucedió exactamente?—preguntó, tratando de entender la magnitud de la situación.
—Hace un par de semanas...—Felicite se escuchaba al borde de las lágrimas—. No tenía a dónde ir.
Louis sintió su corazón romperse por su hermana. No podía creer que hubiera pasado por esto sola.
—Mándame la ubicación ahora mismo. Te iré a buscar—ordenó, su voz llena de determinación.
—Lou...
—Mándame la maldita ubicación, Felicite—dijo Louis con determinación, sin dejar espacio para objeciones.
Unos segundos después, recibió la notificación con la ubicación del motel. Besó la frente de Matt suavemente antes de levantarse del sofá. Justo en ese momento, Harry salió de la ducha, envuelto en una toalla, su cabello aún goteando.
—¿Todo bien, amor?—preguntó Harry al ver la expresión seria de Louis.
—Tengo que ir a buscar a mi hermana. Está en un motel. Mamá la echó de casa—respondió Louis mientras se dirigía a la puerta, su mente corriendo a mil por hora.
—¿Qué? ¿Por qué?—preguntó Harry, sorprendido, su ceño fruncido.
—La encontró besándose con una chica—Louis tomó las llaves del coche—. Voy a traerla aquí.
Harry frunció el ceño y asintió, entendiendo la gravedad de la situación.
—Voy contigo—dijo Harry, secándose rápidamente y vistiéndose a toda prisa. Se puso unos jeans y una camiseta en cuestión de segundos.
—Harry, alguien tiene que quedarse con Matt—Louis respondió, aunque agradecía el apoyo.
—Podemos llevarlo con nosotros—insistió Harry—. No pienso dejarte solo en esto. Además, Matt puede dormir en el coche.
Louis suspiró, viendo la determinación en los ojos de Harry. Sabía que discutir con él sería inútil y, en el fondo, apreciaba el gesto.
—Está bien, pero hay que ser rápidos—dijo finalmente.
Ambos se apresuraron a abrigar a Matt y lo colocaron suavemente en su silla de seguridad en el coche. Harry condujo mientras Louis mantenía a Matt tranquilo en el asiento trasero, acariciando su cabello para que siguiera dormido.
Llegaron al motel en unos veinte minutos. Louis reconoció el lugar por las coordenadas enviadas por Felicite y la llamó de nuevo para que saliera.
Felicite apareció en la entrada del motel, visiblemente exhausta y con una pequeña maleta a su lado. Sus ojos estaban hinchados, y su ropa arrugada mostraba los días de angustia. Harry estacionó el coche y salió rápidamente para ayudarla con el equipaje, mientras Louis la abrazaba con fuerza.
—Vámonos a casa, Feli—dijo Louis suavemente, acariciando su cabello—. Todo va a estar bien.
Felicite asintió, sollozando en el hombro de Louis mientras se dirigían al coche. Harry colocó la maleta en el maletero y abrió la puerta trasera para Felicite.
—Gracias—murmuró Felicite con una pequeña sonrisa de gratitud, aunque sus ojos seguían llenos de tristeza.
—Todo estará bien, ¿sí?—dijo Louis cuando Harry arrancó el auto, tratando de ofrecerle consuelo.
Felicite se acomodó en el asiento trasero, limpiándose las lágrimas. Su mirada se dirigió a Matt, que dormía tranquilamente en su asiento de seguridad.
—¿Quién es este pequeño?—preguntó Felicite, tratando de distraerse del dolor con la ternura del niño.
—Nuestro hijo—respondió Harry automáticamente.
La respuesta fue tan natural que ni siquiera lo pensó, pero hizo que Felicite frunciera el ceño, sin entender la situación. No sabía que su hermano estaba en pareja, mucho menos que tenía un hijo.
—¿Adoptaron un niño?—parpadeó, sorprendida.
—No, no—Louis negó con la cabeza, riendo ligeramente—. Es el hijo de Harry. Su nombre es Matt.
—¿Y Harry es...?—Felicite dejó la pregunta en el aire, mirando a su hermano en busca de respuestas.
—Él—dijo Louis, señalando a Harry con una sonrisa—, mi novio.
Harry miró a Felicite por el retrovisor y sonrió cálidamente.
—Mucho gusto, Felicite. Lamento que nos conozcamos en estas circunstancias—dijo, su voz suave y comprensiva.
Felicite asintió lentamente, procesando la información. Aunque estaba sorprendida, la calidez de Harry y la evidente felicidad de Louis le dieron un poco de consuelo en medio de su caos emocional.
—Gracias a ambos por venir a buscarme—dijo finalmente, su voz aún temblorosa pero con un toque de alivio.
—Para eso estamos—respondió Louis, girándose ligeramente para mirarla—. Somos familia, Feli. Siempre estaremos aquí para ti.
Con esas palabras, el coche continuó su camino hacia casa, llevando consigo no solo a una hermana necesitada de apoyo, sino también la promesa de un futuro más brillante y unido.
999 palabras

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Obsesión Secreta
RomanceLouis Tomlinson, desde una temprana edad, tuvo la fascinación por ver sexo, especialmente el sexo gay. Al principio pensó que era algo normal, ya que se supone que todos pasan por esa etapa debido a las hormonas y demás. Aunque Louis, con ya veintic...