—Mhm, ¿por qué tienes esta rara costumbre de mirarme mientras duermo? Eres un rarito —murmuró Louis, gruñendo ligeramente por el sol que se colaba por la ventana.
—Eres muy bello mientras duermes, ¿te lo he dicho antes? —respondió Harry, pasando sus dedos por la frente del castaño, acomodando su cabello.
—Puedo ser muy bello, pero eso no quita que eres un rarito —dijo Louis, por fin abriendo los ojos y conectando su mirada con el ojiverde.
Harry sonrió, una sonrisa suave y llena de afecto. —Quizás soy un rarito, pero es que me vuelves loco—dijo, inclinándose para besar suavemente los labios de Louis.
Louis suspiró, sus labios respondiendo al beso con ternura. —Sí, tu también me vuelves loco —admitió, envolviendo sus brazos alrededor de Harry y acercándolo más.
Permanecieron en silencio por unos momentos, el sol seguía filtrándose por la ventana, llenando la habitación de una luz dorada que parecía acentuar la paz y la conexión entre ellos.
Finalmente, Harry habló de nuevo, su voz baja y calmada. —¿Tomamos un baño, conejito?—
Louis rió dulcemente, sus mejillas coloreándose ligeramente. —Sí, aunque tal vez debas cargarme hasta la ducha.—
—¿Y eso por qué, conejito?—
Louis desvió la mirada, su rubor intensificándose. —Em... me duele un poco, eso es todo.—
Harry frunció el ceño, la preocupación dibujándose en su rostro. —¿He sido muy duro? ¿Te he lastimado? Déjame ver, tal vez te he desgarrado... Joder, Louis, ¿por qué no me lo has dicho antes? Deberíamos haber usado lubricante, joder, ni siquiera usamos un jodido condón. Soy un maldito imbécil yo... yo no, no hemos tenido esta conversación antes... Yo estoy limpio pero mierda... tú... tú quizás ni querías y yo solo...—
Louis levantó una mano, poniendo un dedo sobre los labios de Harry para detener su torrente de palabras. —Harry, cálmate. No es tan grave, de verdad. Estoy bien. Anoche fue increíble y lo quise tanto como tú. No te preocupes por eso.—
Harry respiró profundamente, tratando de calmarse. —Lo siento, Louis. Solo... me preocupo por ti. Quiero asegurarme de que estás bien y que no te hice daño.—
Louis sonrió, acariciando la mejilla de Harry. —Lo sé, Harry. Y aprecio tu preocupación. Pero te aseguro que estoy bien. Ahora, vamos a tomar ese baño, ¿sí?
Harry asintió, su expresión suavizándose aunque la preocupación no desapareció del todo. —Está bien. Te cuidaré, conejito. —Se inclinó y plantó un beso suave en los labios de Louis antes de levantarse de la cama.
Con cuidado, Harry envolvió sus brazos alrededor de Louis, levantándolo con facilidad. Louis rodeó el cuello de Harry con sus brazos, apoyando la cabeza en su hombro mientras Harry lo llevaba al baño.
—Gracias, Harry —murmuró Louis, su voz suave y cargada de afecto.
Harry sonrió, presionando un beso en la sien de Louis mientras lo depositaba delicadamente en el borde de la bañera.
Con movimientos gentiles, Harry ajustó la temperatura del agua, asegurándose de que estuviera perfecta. Luego, ayudó a Louis a desvestirse completamente, sus manos moviéndose con cuidado y ternura sobre la piel de Louis, evitando cualquier zona que pudiera estar sensible.
—¿Está bien así? ¿La temperatura del agua está bien? ¿Te duele algo más? —preguntó Harry, sus ojos buscando los de Louis para asegurarse de que no había más dolor. —Quiero que me digas si en algún momento te sientes incómodo.—
ESTÁS LEYENDO
Obsesión Secreta
RomanceLouis Tomlinson, desde una temprana edad, tuvo la fascinación por ver sexo, especialmente el sexo gay. Al principio pensó que era algo normal, ya que se supone que todos pasan por esa etapa debido a las hormonas y demás. Aunque Louis, con ya veintic...