XXXI

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-¿Me puedes decir por qué estás sonriendo tanto en un día de trabajo? -cuestiona Leo, con sus ojos ambarinos brillando con curiosidad.

-¡Joder, Leo, me has asustado! -dice Louis, llevándose la mano al pecho.

-¿Qué te tienes entre manos, mi querido Tomlinson? -dice el pelinegro, levantando una ceja con interés.

-Nada en especial, Leo -tararea Louis, levantándose de su silla-. ¿Vienes a buscar los contratos para Brad? -pregunta, dirigiéndose al pequeño archivador de la oficina.

-Sí, justamente eso -responde Leo, siguiendo a Louis con la mirada-. Aunque ahora tengo aún más curiosidad por esa sonrisa tuya.

Louis encuentra el archivo y lo saca, entregándoselo a Leo. -Aquí tienes. Y sobre la sonrisa, digamos que tuve una buena mañana -dice, intentando disimular su felicidad pero sin mucho éxito.

-Ah, ya veo... ¿Y esa buena mañana tiene algo que ver con un cierto abogado de ojos verdes? -pregunta Leo, divertido.

Louis se sonroja ligeramente pero no puede evitar sonreír más. -Podría ser -admite.

Leo se cruza de brazos, fingiendo una expresión pensativa. -Hmm, un abogado de ojos verdes... ¿quién podría ser? ¿Alguien que te haga sonreír así? Vamos, suéltalo, Lou.

Louis ríe y sacude la cabeza. -Eres muy insistente, Leo.

-¡Claro que sí! Es mi deber como tu amigo. Además, necesito material para chismear durante el almuerzo -bromea Leo, guiñándole un ojo-. Así que, ¿tuvieron una cita romántica? ¿Hubo flores y violines?

-Algo así... tuvimos una cena muy agradable, y hablamos sobre... bueno, sobre muchas cosas importantes -admite Louis, tratando de no dar demasiados detalles.

Leo se apoya en el marco de la puerta, con una sonrisa amplia en su rostro. -¿Cosas importantes, eh? ¿Quizás una charla sobre convertirse en novios oficiales?

Louis se sonroja aún más y asiente tímidamente. -Sí, algo así.

-¡Sabía que había algo! ¡Lo sabía! -exclama Leo, golpeando suavemente el aire con el puño en señal de victoria-. Estoy feliz por ti, Lou. Harry parece un buen tipo...aunque me aterra un poco cuando se enfada.

-Lo es, y gracias por ser tan entusiasta al respecto -dice Louis, sinceramente agradecido por el apoyo de su amigo.

Leo es uno de los únicos amigos verdaderos que Louis tiene en el bufete. Se conocen desde que ambos entraron juntos a trabajar, comenzando como asistentes legales y avanzando juntos hasta sus puestos actuales. A lo largo de los años, han compartido innumerables almuerzos, confidencias y estrategias para sobrevivir en el competitivo mundo legal.

-De nada, amigo. Solo cuídate y mantén esa sonrisa -dice Leo, tomando los contratos y dirigiéndose a la puerta-. Y recuerda, estoy aquí para los chismes y los consejos de pareja, cualquier cosa que necesites.

Louis vuelve a sentarse, tomando un momento para apreciar lo bien que se siente. No solo por la relación naciente con Harry, sino también por tener amigos como Leo que lo apoyan. Con una última sonrisa, se enfoca de nuevo en su trabajo, listo para enfrentar el resto del día.

Cuando su teléfono suena, Louis suspira con resignación antes de contestar.

-¿Sí?-

-Louis, ¿podrías pasarte por mi oficina, por favor?- la voz de su jefe suena firme al otro lado de la línea.

Oh claro, su jefe. Ese tono solo puede significar un regaño monumental.

-Sí, enseguida, señor Daniel- responde Louis con un dejo de aprensión en su voz mientras se prepara mentalmente para lo que vendrá.

Obsesión SecretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora