CHAPTER 15!

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Luego de jugar al Uno, en el que Chris y yo acabamos un poco mal. Por no decir que él se ha enfadado conmigo porque supuestamente he hecho "trampas".

Por fin llega la comida y nos sentamos en la mesa del salón. Yo no necesito cubiertos ni nada, así que cojo los palillos y abro mi sushi.

—¡Eh, no tenemos cubiertos!— dice Chris. —Vi ve a buscarlo& me ordena. Lo miro con cara interrogante mientras mojo un sushi en la salsa de soja. Matt y Nick lo miran con la boca abierta esperando mi reacción.

—¿Y yo porque?— pregunto desinteresada.

—Porque has hecho trampa— me dice obvio.

—Primero de todo, no soy tu chacha. Segundo, tienes piernas para ir tú solito a buscarte los cubiertos— le digo enfadada mientras señaló la cocina. Matt y Nick parecen pasárselo muy bien mientras comen su comida. —Tercero, no quiero.

Chris parece ir a decir algo más pero Matt y Nick intervienen.

—Yo de tu iría a buscar mis cubiertos— le dice Nick.

—No está de muy buen humor que digamos— le dice Matt está vez. Señaló a Matt estando de acuerdo con él.

—¡Bien! Ya voy yo— dice rindiéndose mientras se levanta.

—Y trae algo de beber— le digo. Más bien le grito cuando entra a la cocina. Suelta un sonido de cansancio y abre la nevera. Suelto un risitas de victoria. —¡Gracias!

—No te burles— me advierte Nick susurrando.

—¿Porque...?— pregunto, pero siento como algo helado baja por mí espalda. Me levanto de un salto y me encuentra a Chris detrás de mi con un hielo en la mano. Sacando mi camiseta por la espalda para que el hielo se caiga y voy hacia Chris.

—Por eso— dice Nick mientras se apoya en el sofá.

—¡Te voy a matar! ¡Christopher Owen Sturniolo!— le digo muy seria mientras corro tras él.

—Chris, te sugiero que ¡corras por tu vida!— le aconseja Nick riéndose.

—Parece muy enfadada— lo apoya Matt desternillándose.

—¡Y lo estoy!

Corro por toda la casa persiguiendo a Chris hasta que se encierra en su habitación.

—Has escogido un muy mal lugar. Porque no voy a irme de aquí hasta que salgas.

—¿Podemos negociar?— sugiere al otro lado de la puerta.

—¿El que?

—¿Que quieres?

—No lo se— le respondo pensativa. —Bien, no te voy a hacer nada pero me debes un favor. Y no podrás negarte— le propongo.

—Bien. De acuerdo— acepta. Abre la puerta y estrechamos las manos.

Pasa por delante de mi y le doy un colleja.

—¡Eh!— se queja.

—Te la merecías y no me digas que no. Venga, tira— le digo mientras lo empujó a las escaleras.

Casi se cae por las escaleras pero al final aparecemos los dos en el comedor, donde Nick y Matt hablan y se ríen mientras comen la comida que han ordenado. Paso por el lado de Nick y le robo una patata de su bolsa.

—¡Eh, son mis patatas! ¡Ladrona!— se queja mientras abraza la bolsa.

—No empieces...— le advierto mientras mi mejor amigo y yo nos sentamos.

Continuamos con la comida, hablando y riendo. Al final ya me duele la barriga de reir tanto.

Me levanto y recojo mis cosas, me dirijo a la cocina y lo ordeno todo. Como se que los trillizos son unos bajos les ordeno limpiar la mesa del salón. Pero hacen caso omiso y continúan hablando.

—Como no ordeneis la mesa, ose quedáis sin mobil hasta mañana— le amenazo apuntandolos con el índice.

Inmediatamente se levantan y corren a ordenar la mesa. Me siento satisfecha y agarro el mando de la tele de encima de la mesa.

—¿La tele cuentas como mobil?— les pregunto casi gritando para que me oigan, mientras apoyo los pies en la mesita.

—No, que si no nos aburriremos muchísimo— me responde Chris del mismo modo.

—Pero solo podemos mirar los canales predeterminados, nada de YouTube o Netflix— dice Matt.

—Es justo& me encojo de hombros y enciendo la tele. Busco algún programa interesante y lo dejo.

A medida que los trillizos van terminando, van viniendo y se sientan en sus sitios en el sofá. Chris se sienta a mí lado y apoya su cabeza en mis piernas. Me roba el mando mientras yo le doy un masaje en la cabeza. Cambia de canal a algo más divertido.

—Eh, yo también quiero masajitos en la cabeza— se queja Matt como un niño pequeño.

—Pues te jodes porque estoy yo— le responde Chris con el mismo tono que su hermano.

—Bueno tranquilos los dos. Luego te hago tus mimitos pesado— le digo a Matt mientras desbloqueo mi teléfono.

Contesto algunos mensajes que tenía pendientes y vuelvo mi atención a la tele.

—¿Chris puedes cambiar porfavor? Este programa es un mierda— se queja Nick. Dios estoy rodeada de niños de cuatro años atrapados en cuerpos de adultos.

Chris lo mira con cara de pocos amigos según lo que veo des de mi perspectiva, pero al final cambia.

Como a los veinte minutos Matt decide que ya es hora de cambiar, así que Chris se va al sitio de Matt y él viene a mí lado. Se tumba como estaba su hermano y le doy caricias en el pelo. La verdad es que esto me tranquiliza mucho, y a ellos también. Así que les va bien a ellos, en especial a Matt y a mí.

Nos pasamos la tarde hablando, riendo y mirando programas cutre que salen por la tele. Como a las ocho de la noche decidimos que ya es hora de ir a grabar. Así que me voy a la cocina y me cojo una silla. Voy al mueble donde están los mobil y los bajo. Vuelvo a guardar la silla en su lugar y les entrego a cada unos su teléfono.

—¡Dios, cómo te he echado de menos!— dice Nick besándolo.

Chris casi me arranca el suyo de las manos y lo abre para contestar los mensajes y revisar todas las notificaciones.

Matt no le hace mucho caso pero si que mira que mensajes tiene.

Yo por mí lado no le hago ni puñetero caso. Lo que menos me importa son los mensajes que tengo en el móvil, porque está tarde me he reído y me lo he pasado como nunca.

Luego de que todos hayamos revisado los mensajes, yo incluida porque me aburría de esperar a los otros, salimos de la casa y vamos hacia el mi coche. Subimos y conduzco hasta un sitio de comida rápida.

Fuck you! ~Matt Sturniolo~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora